Margaritas

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Desde aquel día, Taehyung ya no hablaba tanto.
No era porque había perdido su voz, ni mucho menos porque había dañado sus cuerdas vocales o porque había tenido dificultades para serlo, simplemente ya no sentía la necesidad para hacerlo.

Ya hace tres años que había sucedido todo aquello, que había finalmente sentido el aire fresco en su rostros, desordenando sus largos cabellos que yacían habían crecido por el tiempo y estorbaban en su rostro, pero en vez de sentirse liberado, se sintió como en una cárcel.

Llevándolo de un lado a otro, tratando de alimentarlo y medicarlo siempre, pasando de un hospital a un centro psiquiátrico. Síndrome de Estocolmo, anorexia y depresión severa, eso había logrado escuchar de las voces de los demás quienes trataban de cuidarlo, pero sentía todo lo contrario.

¿Qué era lo que sentía? Estaba desesperado, quería encontrarlo, estaba decidido, lo decía una y otra vez cada noche sin cesar, solo quería volver a los brazos del de tez morena quien solo lo había cuidado todo este tiempo, pero los demás querían alejarlo, no aceptaban lo que ellos llamaban un enfermizo amor.

Kim sabía que esa era la noche, la indicada, había preparado ya un ramo de flores, unas lindas margaritas. Pues si, ahora él se había vuelto todo un fanático por las flores, consideraba que era uno de los mejores recuerdos que le recordaban a quien llamaba su destinado.

Huir, así como él lo hizo, también lo hacía ahora, solo sabía hacer eso, dejándose llevar por sus piernas largas que parecían no cansarse nunca, eran pasada de las dos de la madrugada y no tenía la menor idea de dónde podría terminar, pero dejaría que su corazón le guiara. Sentía una extraña sensación en su pecho, un calor cálido, de pronto, en su rostro ya había una sonrisa, después, una leve risa que pasó a carcajadas, tragándose todo el aire frío que golpeaba en su garganta.

No supo cuando, ni como, pero ya estaba casi a fueras de Seúl, se dejó caer por sus temblorosas piernas, tocando el húmedo suelo, embarrando sus manos de aquella tierra y por ende, su olor característico inundando sus fosas nasales.

— ¿De nuevo aquí?

TaeHyung levantó su mirada, encontrándose con aquel chico que, por al alguna razón, sentía un dejavú al estar en aquella situación, pero ahora no era momento de cuestionarse aquello. Sonrió en grande, aunque algo confundido por aquella pregunta, podría asegurar que sólo había estado en aquel lugar solo una vez.

— Solo estoy aquí para buscarlo, no sé dónde pueda estar.

Le regaló una sonrisa al menor, sonriendole apenado, pero se sintió algo cautivado por aquella sonrisa con hoyuelos. Tomó sus manos, sintiendolas aterciopeladas, como si fueran casi de seda y de pronto ya estaba a su lado, caminando hacia lo que parecía ser una cabaña.

— ¿Cómo te llamas?

Una carcajada, ¿Qué daba tanta risa?

— Siempre lo olvidas, soy Jung Hoseok. Yo sé dónde pueda estar Namjoon.

Dejó de lado el hecho de que simplemente era un total extraño pareciendo conocerlo, su emoción ya era demasiada, de solo oír su nombre ya era el hombre más feliz del mundo. Apretó el ramo entre sus dedos, pensando en él y casi soltando un suspiro tranquilo.

— ¿Enserio? ¿Puedo verlo?

Ya dentro de la templada cabaña, el contrario lo vió nuevamente apenado, rascando su nuca un poco dudoso, pero simplemente tomó con cuidado aquellas flores entre sus manos, observandolas con cariño y oliendo el dulce olor de éstas. ¿Por qué no pueden ser para mi?

— Las margaritas son indicadas para la ocasión, a veces realmente tengo la esperanza que estás dándote cuenta de la realidad.

Hoseok levantó su mirada, viéndolo con los ojos entrecerrados, apenas podía verlo con estos llenándose de lágrimas.

— Yo sé las daré, ve a dormir, Taehyung.

Era imposible, jamás lo lograría, pero estaba tan dispuesto, tan aferrado a que Taehyung pudiera recordar quién era él, estaba luchando tanto como él luchando por encontrar al moreno.
Pero estaba tan celoso, ¿Cómo era posible que todo esto hubiera sucedido?

Desde aquel día que había sido apartado de su lado, hace exactamente seis años había tenido que vivir con el duro infierno que fue tener a Taehyung lejos de él, velado por él noche y día esperando que pudiera pronto volver a sus brazos y ahora, tenía que vivir con el sufrimiento de que aquel quien fue su novio, ya no le recordaba.

Kim Namjoon había tomado su lugar, no le fue suficiente haberle arrebatado al menor de sus brazos, no, se había apoderado de su corazón y mente, ahora solo existía un hombre para él y, desgraciadamente no era él, sino otro.

A pesar de eso, HoSeok sabía cuánto lo amaba, por eso, cada vez que regresaba, escapando del psiquiátrico aceptaba aquellas flores que siempre traía las mismas que eran aquellas margaritas, dejándolas después en un florero con agua para que permanecieran, tal y como lo estaba haciendo ahora bajo la atenta mirada del menor.

— lo único que agradezco de ti, es que siempre lo traes hacia acá, además de que recuerda las flores que le dije que siempre debería traerte.

Murmuró solo para él, después girándose dándole una ligera sonrisa para tratar de darle confianza, por lo cuál recibió una igual.

Lo amaba, amaba aquella sonrisa y amaba todo de él, incluso si estaba enamorado de aquel idiota que lo separó de él por celos. Lo amaba tanto que soportaría todo, incluso si tenía que vivir por años viendo como su novio se deshacía por un hombre que no era él.

Lo amaba tanto que siempre quería verlo feliz, por ello, jamás le diría que Kim Namjoon se había suicidado hace cuatro años cuando lo había dejado libre, dejando una estúpida carta donde le pedía perdón a HoSeok, su mejor amigo, de haberse enamorado de su novio y haber hecho la peor de las acciones.

" Margaritas.
Son flores que se utilizan de luto, simbolizan un nuevo comienzo, además de darle homenaje a la persona fallecida."
















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jajajaja, hola.

Realmente quiero pedir muchas disculpas, se que he llevado mucho tiempo fuera de todo esto, hasta creo que un año y meses, para ser exactos.
Tal vez debería dar explicación por ello pero no creo que sea interesante decir que simplemente quería salir de todo esto porque me sentía todo un fracaso escribiendo.

Pero lamento muchísimo haberles dejado con mucha espera, pues estoy al tanto que hay tanto por terminar, escribir y editar historias. No prometo nada, pues realmente estoy considerando dejar de escribir y adiós, jujú.

En fin, hasta aquí ha llegado florimanía, muchísimas gracias por esperarme a quienes lo hayan hecho, espero haya sido de su agrado la historia y el final, al igual que su apoyo, son muy lindes, muak.

KxxSMxSx.

花 • 𝐅𝐥𝐨𝐫𝐢𝐦𝐚𝐧𝐢𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora