Capítulo Nº 2: "Al final del verano" - Su mejor amiga -

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¡Lumos!

17:40 - 29 de Agosto de 1975

Algunos años habían transcurrido desde aquél triste recuerdo; su convivencia familiar no había variado desde entonces, pero sí su propia vida.

Ahora tenía una amiga; la persona más sincera, bondadosa y amable que él había conocido. Con ella pasaba largas horas a solas conversando, dando largos paseos, y desde que la carta de Hogwarts les llegó a los dos, también ocupaban su tiempo estudiando juntos. Porque ella también tenía magia en su ser y Severus fue quien la descubrió unos seis años atrás...

La conoció una tarde de abril, mientras caminaba torpemente por un parque cercano a su casa. Vestía ropa muggle —es decir, de personas que no son mágicas como él— pero su aspecto no era como el de ellos. Ni él ni su madre sabían bien cómo combinar las prendas, es por eso que al verlo, daba la impresión de que estaba disfrazado. En ésa ocasión llevaba puestos unos pantalones cortos de color oscuro, con una camisa grisácea a rayas azules, algo desteñida y un saco oscuro varias tallas más grandes. En sus pies, calzaba unas botitas negras acordonadas que estaban algo rotas en los costados.

Sus pasos lo fueron llevando hacia unos arbustos que guardaban detrás un arenero y un par de hamacas. Justo detrás de éste, había dos niñas hablando, una de ella con voz muy suave y la otra con una actitud reprobatoria y gruñona.

Severus se asomó y descubrió una abultada melena de color rojo oscuro, muy larga y muy espesa. Ésta pertenecía a una de las niñas, la que le daba la espalda en ese momento. La otra, quien tenía una mueca de enojo constante en su cara, era rubia, muy delgada y su rostro se asimilaba al de un caballo por lo alargado y enjuto.

La pelirroja se dio vuelta de repente al notar la cara de asombro de su hermana, fue allí cuando sus preciosos ojos verde esmeralda, chocaron por primera vez con los de Severus.

Ellas eran Lilian y Petunia Evans, respectivamente. Y así como las descubrió también supo en poco tiempo que, una era de fiar y sería su mejor amiga, y la otra, todo lo contrario.

Lilian se hizo amiga de Severus casi de inmediato. Él fue quién le reveló que ella era una bruja y que algún día al igual que él también recibiría la carta de Hogwarts.

Y el día llegó. Ambos llegaron a Hogwarts en el mítico expreso, fueron seleccionados para sus respectivas casas y separados por primera vez. Pues Lilian fue enviada a Gryffindor, la casa de los valientes y Severus a Slytherin, la casa de las sangres puras y los determinados.

Pero aún así, su amistad seguía siendo fuerte.

Ahora, años después de aquellos días, a finales de un caluroso agosto, estaban nadando en el río cercano a la casa de Severus; lo hacían todos los veranos justo antes de que empezara Septiembre y tuvieran que regresar a Hogwarts.

Severus había salido del agua hacía apenas unos momentos; se hallaba sentado bajo la frondosa copa de un ombú cuyas raíces se extendían por encima de la tierra hasta hundirse en los extremos bajo ésta.

Ella llevaba más de diez minutos bajo el agua de aquél río; el calor era abrasivo por lo que no deseaba salir a la superficie, pues el aire que le proporcionaba el encantamiento del casco burbuja, podía mantenerla allí abajo por tiempo indeterminado.

Severus observaba de vez en cuando el agua aquietada desde su lugar y luego volvía a posar su vista en un libro de magia avanzada que ahora sostenía con una de sus largas manos.

Lily, en tanto, movía sus manos bajo el agua imaginando por un instante sentir aquella suavidad etérea. Sin querer, de tanto pensar en aquella sensación, se desconcentró y rompió el encantamiento del casco bajo el agua. Soltó el poco aire que había contenido en sus pulmones sin tener tiempo de reaccionar y comenzó a dejarse llevar al fondo del río como si fuera un cuerpo inerte.

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