Capítulo III

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Habían sido semanas largas y extenuantes, ver a Honoka dos días seguidos era terrible, verla todos los días, ¡era espantoso! Maki no tenía idea de cómo la chica se aparecía en todos lados, no encontraba una lógica que lo explicara, porque ni siquiera ella misma sabía que iría a tales lugares.

Casi quiso dejar de salir y encerrarse en casa para evitarla, pero eso sólo la volvería cobarde. Y aunque siempre se mostraba renuente a entablar conversación con ella, terminaba metida entre sus disparates.

Primero la encontró en un Starbucks:

—Umi-chan dijo que eras una estudiante de honor, yo sólo he sacado buenas calificaciones en matemáticas —se encogió de hombros—, bu~ eso ni siquiera sirve ahora.

—¿No deberías estar... no sé, preparando mi café? —Maki reclamó con un severo tic en el ojo— ¡Deja de hacer que pierda el tiempo!

Después, la topó atendiendo un pequeño súper:

—Vaya, ¡esos son muchos tomates! ¿Son tus favoritos Maki-chan? ¡A mí me gustan las fresas!

—¡Cómo si me importara! ¡Sólo deja de holgazanear y atiende!

También la vio en la piscina repartiendo globos dentro de una botarga, en un día que salió de paseo con Rin y Hanayo. La descubrió sólo porque la idiota tropezó con ella y ambas acabaron en el suelo:

—¿Esas fotos las tomaste tú? —preguntó cuándo se levantaron y la ayudó a recoger sus cosas— ¡Son hermosas! ¡Tienes un talento increíble para la fotografía! Yo sólo tengo suerte para encontrar monedas.

—¡Deja de mirar y vete a trabajar! —la instó, arrebatándole sus preciadas fotos que tan celosamente guardaba.

En el observatorio, ella limpiaba los lentes de los telescopios:

—¿Mapas de constelaciones? ¿También te gusta la astronomía? ¡Eso es fascinante! ¡Debemos ver las estrellas alguna vez! Oh, ya sé, ¡a cambio te enseñaré el movimiento secreto para derrotar a Umi en el kendo! ~

—¿A qué te refieres? ¡No te entiendo!

No importaba dónde Maki quisiera ir, Honoka siempre estaba allí; incluso se la encontró como ayudante de dentista, ¡¿cómo podía siquiera estar allí?! Fue bastante embarazoso tener la boca abierta con Honoka observando atentamente todo:

—Te enseñaré mi fascinante colección de estampillas, ¡tengo cientos de ellas! Hasta conseguí una de tomates que me recuerda a Maki-chan~ ... ¿eh? ¿no es esa demasiada sangre? ¡¿Doctor?!

Sí, fueron unas semanas del infierno. Con todo y la nueva e inútil información sobre Honoka que nunca pidió, la fecha de entrega de las letras estaba a la vuelta de la esquina.

De nuevo se encontraba en el departamento de Umi-senpai, disfrutando de su compañía junto al silencio de la falta de presencia de Honoka. Según le había dicho la mayor, ella se encontraba trabajando de nuevo, algo que no le sorprendía viendo la expresión frustrada de Umi.

Ya habían terminado la primera ronda de revisión y ahora se encontraban descansando, mientras comían un pequeño refrigerio. La charla era amena, y agradable; la seriedad y tranquilidad de la mayor era contagiosa, era como estar en el mar nocturno disfrutando de la suave y fresca brisa. Todo lo contrario a Honoka, que parecía ser un mar vespertino bajo el cálido sol, con su ilimitada reserva de energía, la luz inagotable de su presencia que acaparaba la atención. No podías esconderte de ella, siempre terminaba encontrándote.

De vez en cuando, la curiosidad de Maki se extendía. Se excusaba con que solo estaba preocupada por Umi-senpai, aunque la verdad había algo más desconocido que le hacía querer preguntar, le tomó un cierto tiempo reunir el valor necesario.

Contagiosa Melodía [Love Live!! School Idol Project]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora