Capítulo IV

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La brisa de la mañana era cálida, las hojas rojizas del arce comenzaban a surcar los cielos de la ciudad mostrando el esplendor del otoño. Algunas hojas cayeron sobre su estómago sin molestarse en apartarlas, prefería permanecer el mayor tiempo posible tumbada en la hierba, con las sombras de las copas de los árboles cubriéndola.

Paz, tranquilidad, mantener la mente en blanco, eso era lo que necesitaba. No pensar en nada, no sentir absolutamente nada. Esperar a que el dolor desapareciera.

—¡Hey Maki-chan nya~!

—Hola Maki-chan.

Sintió las conocidas presencias acercarse, prueba de ello era la pequeña diferencia en la luz que cubría su retina. Exhaló lentamente antes de abrir los ojos.

—Hola chicas —las saludó, levantando su mano desde su lugar en el pasto.

—Vaya que no tienes buena cara nya~ te ves igual a un mapache-nya~

—¡Rin! ¡No le digas esas cosas!

Maki rió por primera vez en días, con cuidado, palpó la pequeña inflamación bajo sus ojos.

—Ella no está tan equivocada —murmuró. Sus ojos se sentían pesados y había un leve tic en uno de ellos.

—Deberías descansar más —sugirió Hanayo, preocupada por su deplorable estado.

Dio un suspiro prolongado.

—Eso intento, solo que es un poco imposible ahora.

—¿Es por lo de tu padre-nya?

—¿Mi padre...? —Le tomó unos segundos procesar el por qué él podría ser culpable— Oh, sí, algo hay de eso también.

Hanayo y Rin compartieron miradas confusas.

—Si no es por él... ¿Entonces tal vez sea por Honoka-chan?

Escuchar su nombre le provocó un involuntario temblor, abrió más los ojos y con cierto esfuerzo, despegó su espalda del pasto para mirarlas, turbada.

—¿Por qué...? ¿Por qué creen que tiene que ver con ella?

Hanayo se encogió temerosa, al notar que había dado en el clavo. Rin ladeó la cabeza, siendo ella la que explicó:

—Es que desde hace una semana que empezaste a verte así-nya~ al mismo tiempo que Honoka-chan dejó de hablar de ti, Kayo-chin y yo creímos que era una coincidencia, no pensamos que estuviera relacionado, hasta ahora-nya~

—¿Quieres hablar de ello? Te escucharemos, tal vez podamos ayudarte.

Lo dudaba, era obvio que ellas pensarían primero en su padre, después de todo, también había pasado una semana desde que se reunió con él, justo después de su horrible encuentro con Honoka.

Al día siguiente, estando en el despacho de su padre, él le recriminó con una voz inusualmente seria.

—Maki —le había dicho mirándola con afilados ojos—, me siento profundamente decepcionado por tu actuar en la noche anterior— aquello terminó de hundir su estado de ánimo—. Ryuji me informó del desplante que le hiciste a su hijo. Tú no eres así, creí que entendías lo importante de todo esto, ¿qué excusa tienes para dar?

No tenía palabras ni discursos preparados, su mente seguía rememorando el rostro en lágrimas de Honoka, matando cualquier idea. Su padre seguía esperando impaciente una respuesta, ¿qué decirle? ¿Qué debería explicar para que él estuviera lo suficiente satisfecho?

—Maki...

—Estuve... Estuve pensando que tener una relación con alguien podría afectar mis estudios— dijo sin pensarlo demasiado, no pudo dormir mucho debido a lo ocurrido y su cerebro no estaba en la mejor condición para inventar algo más. Intentó reunir la mayor seguridad en sus palabras, enfrentando su mirada—, ya lo viste papá, estuve pensando sobre qué debería ponerme, o los lugares a dónde ir, fue por ello que terminé apartando un poco mi atención de la escuela. Lo siento.

Contagiosa Melodía [Love Live!! School Idol Project]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora