Amor "imposible"

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Ese día no había absolutamente nadie en la biblioteca, miré por la ventana y estaba él, me avergüenza decirlo pero mi corazón se aceleró, quedé en blanco, mirándolo. Estaba acostado bajo un árbol del colegio, leyendo, no podía divisar que libro era ya que la biblioteca estaba en el segundo piso. Cambiaba las hojas lentamente. Un rato después llegaron unos tipos, se sentaron junto a él y comenzaron a reír. Comencé a sentir envidia, me preguntaba que se sentiría estar ahí, tan cerca, hablando y escuchando su voz, verlo desde cerca. Karen me interrumpió:

–Ya deja de mirarlo así o vas a terminar por enamorarte

–Eh, yo…no lo estaba mirando a él

–Por favor, hasta aquí oigo tus suspiros...

– ¡No estaba suspirando!

–Sí…claro…

 Ese día, en la última hora, entró el entrenador a la sala avisándonos que habría un nuevo taller de deportes variados:

–Hay basquetbol, futbol, y mucho más. Va a pasar una hoja por los puestos y pueden anotarse…–Decía muy lentamente. A mí no se me daban bien esas cosas, ¡las detestaba!, mientras él hablaba yo repetía en mi mente “Odio los deportes, ojala no existieran”.

–Daniel–Dijo mi compañero de adelante entregándome la hoja, leí sin querer los primeros nombres y me sorprendió el leer: “Diego Herrera” en la tercera línea. Pronto miles de pensamientos vinieron a mi cabeza.

“Me anotaré, es la mejor excusa para verlo de manera seguida, todos los días, quizás logre hacerme amigo de el. ¡No! Qué diablos estoy pensando, yo…en deportes, yo… Definitivamente no lo haré, además no hay forma de que yo y el…yo y el, que lindo suena…–Me sonrojé– ¡No! Tal vez me odie, pero…tal vez no”

El entrenador me interrumpió:

–Daniel, ¿vas a anotarte o no?, si no vas a hacerlo entrega la hoja…

–S-sí– Él sabía que yo era sumamente malo en deportes, tenía un 4,2 de promedio y me salvaba de pura suerte.

–Daniel…–Su presión me hizo actuar rápidamente, anoté mi nombre en la hoja y la pasé hacia atrás.