VI.

5.9K 464 45
                                    

Al día siguiente Karen me entregó las entradas y junto a ellas una lista de dos hojas con las direcciones de las personas a quien entregárselas, sin mirarla la eché a la mochila y escuché atentamente sus instrucciones.

-Sí Karen, después del taller iré directamente a las casas...

-Así tiene que ser, y no me hables así eh, si no lo haces te van a echar de la biblioteca y yo no quiero eso...

-Ya sé Karen, ya me dijiste...

Al pasar las horas se puso a llover, estaba un tanto resfriado y me sentía mal. No quería llamar a mi mamá para que me retiraran, quería asistir al taller y además debía ir a entregar las entradas sí o sí. Así que me aguanté, me dolía un poco la cabeza y sentía las piernas pesadas. Karen me dio unas pastillas en el almuerzo pero no me hicieron efecto, creo que solo me dieron sueño.

No vi a Diego en todo el día, pero me alegraba pensar que lo vería en el taller. Eso me animó. Al tocar el timbre me dirigí inmediatamente al gimnasio. Llegaron todos, excepto él. El tiempo pasó, corrí mucho, hice mucho ejercicio (había mejorado bastante, de FATAL había pasado a horrible~ (aunque no sé que es peor)) Diego no llegó, moría de ganas de preguntar qué le había pasado a uno de sus amigos, pero sería muy extraño de mi parte, finalmente el entrenador preguntó:

- ¿Alguien sabe qué pasó con Diego?

-No vino a clases entrenador-Respondió uno de sus amigos.

- ¿Le pasó algo?

-Siempre falta cuando llueve-Rieron.

"Que flojo-pensé- me siento horrible, me duele la cabeza y el cuerpo y aún así estoy aquí" -Sentí rabia, estaba enojado con él, no sé por qué. Hacía las cosas con rabia y de malhumor y eso sólo lograba que me sintiera más mal. Me sentía afiebrado y hasta el entrenador lo notó:

-Daniel ¿te sientes bien?

-Uhm...sí

-No te ves bien...tienes la cara roja y -me tocó la frente- ¡Tienes la frente caliente! Anda, ve a bañarte o no...no te bañes...ve a tu casa ahora mismo...y acuéstate...no quiero que te enfermes.

-Si entrenador-Respondí. No había notado lo caliente que estaba mi cara hasta que el entrenador lo dijo.

Fui al camarín a buscar mis cosas, saqué la chaqueta de la mochila y vi la lista junto a las entradas, recordé que debía hacer eso hoy mismo o no me dejarían atender más en la biblioteca, era injusto, pero Karen tenía que hacer lo mismo, me armé de ganas y comencé a caminar...

- ¡Cuídate! -Me gritó el entrenador, le sonreí.

"Por lo menos salí antes, así tendré más tiempo" pensé, saqué la lista y fui a la primera casa. Casa por casa, me sentía cansado, me dolían las piernas, y cada vez más la cabeza. "Desearía morir" pensé. Me quejaba cada dos segundos y ya no sonreía al entregar las entradas. Y pensaba mucho en Diego, con rabia, después lo extrañaba. Ya quedaban las últimas cinco, eso me hizo feliz. Al llegar a la última sentí un alivio enorme, eran probablemente 25 casas. Llegué a un departamento de dos pisos, apenas subí las escaleras, toqué el timbre y después de un rato se abrió la puerta.

Era Diego, no sabía si era una alucinación, estaba ahí parado, con la misma cara de siempre, la misma expresión:

-Diego... -Musité

-¿Nos conocemos?-preguntó.

"Él...no me recuerda" pensé...me sentí tan mal, mis piernas comenzaron a tambalearse, sentía una vergüenza abrumadora...y sin quererlo, me desmayé.

Amor "imposible"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora