La ruptura había sido el golpe más duro que había recibido en mucho tiempo y, aunque me creí capaz de superarlo, fui incapaz. Traté de continuar con mi carrera como idol, luchando contra el sentimiento de dolor que cada día crecía en mi pecho, pero terminé perdiendo el control sobre mis sentimientos y, eventualmente, sintiéndome incapaz de hacer nada que no fuese comer y dormir. Aunque cobraba un buen sueldo y no trabajaba tanto como otros de mis compañeros de grupo (especialmente Mark, un muchacho que estaba en todas las subunidades y no tenía a penas un segundo de descanso), decidí renunciar a mi posición. Despedirme de los nuevos amigos que había hecho allí fue difícil, pero me sentí reconfortado al saber que, dado el tiempo que habíamos pasado juntos, jamás llegaría a perderles del todo.
Cuando salí de la empresa, habiendo ya recogido mis pertenencias, el primer contacto con las fans fue duro. Un par de desquiciadas corrieron a agarrarme, gritándome que no podía dejarlas y que era suyo, pero terminaron yéndose tras un leve forcejeo; por otro lado vi al resto tan solo despidiéndose, llorando, deseándome un buen viaje y una buena vida. Logré perderlas metiéndome por callejuelas a las que a penas llegaba la luz del sol y, tras un rato, alcancé en completa soledad la parada de autobús. Entré, pagué y me senté en un asiento vacío; agradecí que aquel día tan solo hubiese un par de señores mayores que no parecían siquiera reconocerme, pues pude tener un viaje tranquilo.
A punto estuve de quedarme dormido, pero tuve la suerte de llegar sin problemas a la misma parada en que había conocido a la que, por un tiempo (y aún entonces, en el fondo del corazón) había considerado al amor de mi vida. Observé en silencio la marquesina por un buen rato, ahogándome en mis propios pensamientos y sintiéndome perder la razón. Quise gritar, destrozar con mis propias manos aquel viejo banco, pero terminé limitándome a mirarlo con angustia y quizá cierta melancolía. Necesitaba que volviese a mi vida pero, tras el tiempo pasado y la noticia de mi supuesta relación con otra mujer, estaba seguro de que ya debía haberme olvidado por completo.
Me alejé en silencio, con las manos metidas en los bolsillos, del lugar en donde todo había comenzado en su momento y, pasado el tiempo, terminado, sintiéndome perdido. No sabía qué hacer ni adónde ir, y es que todo en cuanto podía pensar era en el recuerdo de su sonrisa. Sentí que comenzaba a llover, pero no busqué cubrirme ni huir del agua que comenzaba a empaparme la ropa; me limité a avanzar, casi vagando, en busca de algo que hacer en aquel asqueroso pueblo. Tan inmerso me encontraba en mis propios pensamientos que siquiera pude reaccionar cuando, como un espejismo, la mujer cuya figura inundaba mi mente apareció ante mí.-Johnny...
Me percaté entonces de que las piernas, probablemente por costumbre, me habían llevado hasta una calle cercana a la casa de ella. Tragué saliva, confundido, y la observé.
-JunOh...
Se acercó lentamente a mí, como si temiese hacerlo, y me cubrió luego con el paraguas.
-Estás empapado... -Me dijo, esbozando una sonrisa.
Verla de nuevo había logrado revivir mi ya marchito y destrozado corazón y, con tan solo haberla visto feliz, me sentía mejor.
-Lo sé. Ya sabes que soy un desastre. -Repliqué, suspirando.- ¿Qué haces fuera de casa, con lo que está lloviendo?
-Iba a ir a comprar algo de comida... Tengo gente en casa y no tengo una triste galleta para tomar con el café.
-Creí que todos tus amigos estaban acostumbrados a que terminases con las provisiones antes de que llegasen.Ambos nos reímos, pero pude percibir en su mirada la nostalgia y la tristeza que también embargaban mi corazón. Sin saber qué más hacer para ayudarla deposité sendas manos en sus hombros y la miré a los ojos, ante lo que ella se ruborizó de forma casi imperceptible.
-¿Pasa algo? -Inquirí, en un susurro.
-Te echaba de menos, Johnny. -Confesó, mordiéndose el labio inferior.Estaba nerviosa, quizá demasiado, y estaba convencido de que no era por mi simple presencia. Tras un par de segundos me incliné con suavidad sobre ella y, aunque esperé que se limitase a corresponder el abrazo que planeaba darle, depositó un fugaz beso en la comisura de mis labios y me dejó sin habla.
-Y yo a ti. -Mascullé, aún sorprendido.
-Pero tengo... Tengo novio. Espero que lo entiendas.Lo entendí, de todo corazón, pero algo se rompió en mi interior al oírla. Tenía la esperanza de que aquel beso hubiese significado que la recuperaría, pero había terminado pareciendo una amarga despedida. Estaba convencido de que sería incapaz de enamorarla de nuevo y me encontraba al borde del colapso cuando, con voz dulce, logró relajarme.
-Aún así... Tengo mucho en lo que pensar, Johnny. -Aclaró, desviando la mirada.- Y tú tienes mucho que demostrar. Si, para empezar, quieres que en algún momento te perdone, vas a tener que empezar por acompañarme al supermercado y presentarte luego ante mis amigos y mi novio. Ya saben quién eres, pero quiero que les conozcas.
Asentí con un cabeceo, tan solo rezando por poder, en algún momento, lograr que volviese a amarme como yo la amaba a ella.
-Mi novio se llama Jaebum. -Explicó, comenzando a caminar.- Y está esperando con YuGyeom y JiYoon, así que...
-¿JiYoon? Me va a matar en cuanto entre por esa puerta. -Comenté, avanzando a su lado.
-Probablemente... Lo pasé realmente mal tras la ruptura.La obligué entonces a detenerse y a mirarme, semblante serio. Me observó, alzando una ceja, supuse que esperando a oírme.
-Quiero que sepas que yo también, y que jamás salí con Lisa. -Espeté.
Percibí que aquello, en cierto modo, la había alegrado, y no pude hacer más que sentirme dichoso; si se sentía bien al saberlo, quizá significase que seguía amándome.
-Te creo. Ahora, vamos.
Iba a ser una tarde difícil: tendría que enfrentarme a la terrible ira de la mejor amiga de la mujer a la que había abandonado cruelmente tiempo atrás, conocer a su novio (hacia el que ya sentía cierto odio irracional) y comenzar a enamorarla de nuevo. Fuese como fuere, tomé entonces la decisión de, de no ser capaz de regalarle la felicidad que se merecía, desaparecer de nuevo de su vida y permitirle vivir tranquila y contenta, aunque fuese sin mí.
Solo quería verla feliz y, a pesar de que prefería que fuese a mi lado, me conformaba con saber que lo sería."Te amo, y todo cuanto quiero es verte sonreír. Siento lo que has tenido que pasar por mi culpa y siento parecer un tanto egoísta ahora... Pero te extraño y necesito sentirte de nuevo a mi lado."
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Para ti. ✎ Johnny 「NCT」 fanfic.
Fanfiction✎ Segunda temporada de la novela "Para mí". ✎ Me viste. ¿Dónde estás? En aquella parada de autobús, creo que dejé de conocerte; hacía buen tiempo, pero pareciste llevártelo contigo, dejándome sola en la tormenta.