Deseos Encontrados (Libro 2)

capítulo 14

Estamos por entrar al infierno, Matthew se encuentra sospechosamente alegre. Y no pregunten porque, porque no tengo la mínima idea.

- Al fín!- dice mi queridísima madre al vernos. Trae puesto un vestido muy bonito, pero no va con la ocasión... Al menos que tenga una cita con papá, ya eso sería diferente.

- Buen día señora Collins- dice Matt al ver que sigo descifrando lo que trama mi madre.

- Adelante hijo pasa!.- le da paso a Matthew para que entre a la casa.- Angela, vas a entrar o te quedarás ahí parada?.- se  cruza de brazos.

Hago lo mismo y cruzo los míos.

- Que traes entre manos mamá?...- digo sin vacilar.

- Porque lo preguntas?.- me responde con otra pregunta.

- Joselín!, no me contestes con otra pregunta, contéstame la que te hice.- abre sus ojos y me mira amenazante.

- No me faltes el respeto jovencita!, que te hayas mudado con Matthew no me impide castigarte, pero como no quiero dejar "futuramente" viudo a mi nuero....- dice, pero se percata de algo y tapa su boca.

Alzo mi cejas y pongo expresión de póker.

- Quien dijo que él sería tu suegro?.- es hora de interrogar...

- Ashk!, deja de hacer tantas preguntas y entra antes de que venga el hombre del saco.

- Ya soy adulta mamá, no creo en esos cuentos.- le saco la lengua.

- Enserio?...

Asiento muy segura.

- Pues mira tras de ti...- abro mis ojos nerviosa, y niego.- házlo!.

La curiosidad me mata, pero no quiero morir joven.

- No caeré en esa mamá- digo nerviosa.

- Pues... cuando te lleve, no grites- se voltea y se adentra a la casa.

Giro mi cabeza lentamente hacía atrás y veo un hombre vestido con arapos viejos. Trae un un saco viejo que al parecer está lleno de botellas de vidrio.

Grito y entro a la casa cerrando la puerta con seguro.

- joder!...- digo agarrando mi pecho.

Veo a Connor, Sofía, mi padre y por último a Matthew mirarme con susto. No menciono a mi linda madre, Ya que ella solo me observa con gracia.

No puedo creer que sea su hija...

- Que tienes?- dicen mi padre, Matthew y Connor a la vez. Los tres se miran con gracia y yo aquí toda pendeja.

- oh... nada, aquí asustada, ya que se ha convertido en mi hobby. - ruedo mis ojos.

- No pues hermanita, con ese sarcasmo que tienes...- mucho tiempo duró sin hablar el simio descerebrado.

-ja,ja- río con sarcasmo.

Me dirijo a la cocina, ya que es el único lugar donde me siento amada. Busco en el refrigerador algo digno de comer y veo un delicioso pedazo de pizza.

- Aleluya eh visto la gloria!, Alabado sea Dios!.- me siento en el desayunador y le doy un bocado a esta delicia.

- No lo creo, pero tienen que estar al pendiente de ella, vendré más tarde y traigo lo necesario.

- le dirás tú?

- tengo que hacerlo, es por su bienestar...

Arrugó mi frente al escuchar susurros que vienen de la sala.