Capítulo 4

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NARRADORA:

Matthew y Ángela disfrutaban su momento, pero no sabían lo que estaba pasaron a su alrededor.

— Tenemos que contarle a la jefa, que hay una chica...— dice uno de los hombres mientras visualiza con sus binoculares la pareja que nada felizmente en la piscina.

— Todo a su momento, necesitamos más información.— coloca sus manos detrás de su espalda y camina lentamente.— Nuestra señora le encantará una nueva víctima.

Dice y ambos se marchan.

(Mientras que En la piscina....)

— Ángela, tenemos que salir de aquí, debes comer.— dice Matthew.

Ella hace un puchero con su boca. Y niega.

— No quiero. Es que me quieren rellenar más de lo que estoy?.— Matthew ríe, y le agarra su rostro con ambas manos.

— No es que quieras, es que debes hacerlo.— le besa la frente.— Además estás muy delgada, mejor necesitas peso.

Ella le fulmina con la mirada.  Y el le aprieta los cachetes.

— Te había dicho lo adorable que eres?… pareces una pequeña niña, por más que te dicen algo no obedeces y solo contradice lo que yo digo.— la atrae a sus brazos y la carga.— Debería castigarte.

Ella ríe y posa sus brazos en su cuello mientras el sale con ella de la piscina.

— Deberías...

Ambos entran a la casa, y luego se dirigen a la cocina.

— Que quieres que te prepare?— pregunta el buscando en El refrigerador.

Ella lo observa gracioso.

— Cocinas?— el le regala una hermosa sonrisa.

— Lo dudas?.— ella niega graciosa.

— Debería?.

El saca la pasta y la pone a hervir, mientras empieza a cortar los condimentos.

— Marta me enseñó desde muy chico.

El recordó esos momentos, en los cuales sus padres se marchaban por negocios, y el se quedaba solo con Marta. Ella le indicaba como tenía que agregarle los ingredientes a la comida, mientras el aprendía y probaba de lo que hacía.

— ¿Que más sabes hacer?. Digo además de dirigir una empresa, ser gruñón,cocinar y ser gruñón nuevamente.— dice Ángela.

El voltea a verle.

— También tengo el poder de cautivar y hacer gritar las mujeres, hasta que pierdan el sentido.— dice En forma sensual.

Angela voltea sus ojos.

— De que sirve todo eso, con la actitud de mala leche que llevas?.

Él se lava las manos y deja que la pasta tomé su tiempo. Se acerca a ella y la abraza por detrás.

— Dime qué el carácter que tengo… no es lo que te atrae de mí?...

Le susurra cerca de su cuello y la respiración de ella, se le empieza a dificultar.

— Dime qué no te vuelvo loco...

— Y dime que en este instante no estás húmeda por mí?...

ANGELA:

Maldición, todo lo que dice es cierto. Mí cuerpo no se controla cuando él está cerca. Matt me levanta del suelo y me coloca sobre el desayunador.

— Siempre te pongo nerviosa y muy caliente, cuando tu cuerpo siente la cercanía del mío.— muerdo mí labio nerviosa.

— No es cierto...— trato de no mostrar lo nerviosa que estoy.

Pero al aparecer el siente todas las vibraciones de mí cuerpo, como un lobo trata de detectar a su presa, olfatea mí cuello y yo empiezo a sentir toda mí entrepierna humedecer.

— Matt... Porfavor debes parar...— siento su mano deslizar mí bata de baño.

— No creo que quieras que pare...— dice En un susurro.

No quiero que pares, quiero que me hagas tuya nuevamente. Digo en mi mente.

— Debes parar...— rio.

Trato de apartarlo un poco de mí.

—Debo pero no quiero.— me atrae de un jalón a sus brazos. De mí boca sale un pequeño quejido y hago una mueca de dolor.

Joder! creo que me rompió un hueso.

Se aparta de mí y miro su cara arrepentida.

— Te hice daño?— pregunta con miedo y un poco de preocupación.

Niego y respiró profundamente. En verdad me dolió un poco, pero no puedo preocuparle mas de lo que está.

— Solo estoy un poco agotada, necesito descansar.

El asiente y besa mí frente. Bajo del desayunador con su ayuda, y me dirijo hacia las escaleras.

— Descansa. En vente minutos te llevaré tu comida y tus medicamentos.— hago una mueca de asco y asiento desganada. Me dirijo a la habitación y literalmente me tiro en la cama. Me quedo mirando al techo de la habitación, y recuerdo que debo comprar más píldoras, ya casi no me quedan y con el paso que está llendo Matt, no puedo andar descuidada...

Cierto. Hablando de cuidado, Matthew me dijo que iba a reservar una cita con una ginecóloga, y al parecer se le olvidó. Me encargaré de recordarle más tarde, aunque no me hace nada de gracia que alguien esté mirando allí abajo...Es algo incómodo.

Siento algo mordisquear mí pie, y por mí mente pasan miles de horrores.

Grito y pateo lo que halla mordido mí pie.

— VINO POR MIIII!!— Me subo completamente en la cama y me quedo parada.— sabía que la Cucaracha se vengaría!.

Veo la puerta de la habitación abrirse bruscamente y en ella entrar a un Matt muy agitado con espátula de defensa en su mano.

Enserio.Me salvará con una espátula?

— ¿QUE PASA!?¿ ESTA TODO BIEN!?.— pregunta buscando con la mirada, la habitación completa en  posición de ataque.

— Creo que la Cucaracha quiere vengarse de mí, te dije que la mataras!.— señaló el suelo.

El mira en la direccion señalada y ríe mientras baja la espátula.

— No es una cucaracha.— dice gracioso.—Es el cachorro.

Se agacha y carga mí bebé.

— Mí pequeño bebito.— extiendo mis brazos para cargarlo, pero él me gruñe.— Perdoname pequeño, no te quise patear.

Lo cargo, beso y acurruco en mis brazos.

— Pobre al tener una madre como tú.— susurra Matthew, casi inaudible.

Abro mí boca ofendida y le golpeo en el brazo.

— Tonto.— le saco la lengua.— No le hagas caso a tu papito, mamita te quiere y te ama.— le beso su cabecita.


— Y quién dijo que soy su papá. Acaso me ves con cara de perro?.— dice serio.

Pongo mí cara pensativa. Y el me pone mala cara.

— Estoy bromeando. — río y el pone sus ojos en blanco.

— vístete, para que comas.— dice y se marcha.


Qué raro. Él nunca me dice que me vista, si no lo contrario. Será que el pequeño susto que pasó, lo dejo sin ganas?.

Río con mí ocurrencia. Me visto con un shorts y una blusa de tirantes y cepillo un poco el nido que llamo por cabellera

















Deseos Encontrados (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora