Eran cerca de las dos de la madrugada cuando bajó a la tienda veinticuatro horas de la esquina del complejo de pisos. Había pasado la tarde y gran parte de la noche tratando de escribir algo para la clase de literatura, su promesa al profesor, llevaba un par de semanas de retraso. Decidió bajar a comprar un snack en el momento en que se vio pensando demasiado: en su vida, en la totalidad de estar vivo, en su mera respiración. Sobrepasando sus capacidades de frustración. Llegó a pensar que la inspiración se había quedado olvidada en alguna otra parte de la ciudad.
Hacía algo de frío para ser finales de Junio y, aunque llevaba una sudadera, tuvo que frotarse los brazos mientras avanzaba unos metros desde el portal a la entrada de la tienda. Saludó al dependiente con un movimiento suave de la cabeza y una sonrisa casi imperceptible para, luego, adentrarse en la calle central en busca de la bollería industrial. Avanzó hasta el final y se detuvo a elegir la clase de azúcar procesada que recorrería su organismo en el intento de mantenerla despierta. Se debatía entre una oferta de donuts glaseados y un paquete de cuatro magdalenas de chocolate. Una decisión realmente difícil; pensó. Escuchó a lo lejos unas risas algo cansadas por la noche, unos pasos en su dirección. Desvió la mirada al comienzo del pasillo y vio aparecer a una chica que aparentaba trece años por su rostro aniñado y dieciocho por su cuerpo. Era de tez canela, algo alta y, su corto pelo rizado, estaba teñido de color rosa bebé. La chica le sonrió levemente mientras a su lado hacía presencia un chico que creyó haber visto antes. Le miró unos segundos más y dedujo que le había visto en la universidad.
Iban de la mano, con los dedos enredados y los labios mordidos, hinchados. Supuso que eran novios, que, tal vez, ella se había quedado en casa de él y se le habían antojado dulces antes de ver una película. Él le sonrió con una mirada de extrañeza, intentando recordar dónde la había visto. Fingió que no se daba cuenta.
Bajó la mirada en el mismo instante en que se detuvieron a su lado y continuó con su gran toma de decisión. El chico se dio por vencido con un leve suspiro y abrazó a la chica por la espalda, asomándose sobre su hombro curioso por saber en qué malgastarían el dinero.
Volvió a mirar inconscientemente de reojo a la chica y suspiró ante la rápida visión del color de su pelo. Recordando a personas de su pasado. Aquel suave rosa en concreto le recordaba a su adolescencia, a la primera vez que besó una chica, cuando estaba por cumplir los diecisiete años. Sonrió. Recordaba aquella mezcla de sandía y fresas que saboreaba al besarla, una explosión de color en los días nublados. Algunos buenos recuerdos felices se abrieron paso en su mente, dejando que por un momento se tomase un tiempo de descanso, una leve tregua de la concentrada búsqueda de la inspiración.Aquella primera chica se parecía tanto a ella cuando era más pequeña que era ridícula la conexión que llegó a sentir por ella cuando se conocieron. Recordaba a la perfección aquella parte de la historia de su vida, como si hubiera ocurrido recientemente. Recordaba que, al igual que lo había pasado muy bien, aquella chica le daba un horrible dolor de cabeza, lo mismo que la simple mención de su nombre. Todas y cada una de las letras de aquel nombre siempre implicaban los ojos en blanco y los suspiros de decepción. Aquella chica no se merecía lo que había llegado a sentir por ella ciertamente y, no mucho después, fue cuando dejó de sentir por las personas.
- Perdona- una voz grave la sacó de sus pensamientos.
Agitó la cabeza y se fijó en que el chico le había hablado. Le sonrió.
- ¿Sí?- dijo perdida.
- ¿Vas a la Universidad Julien Rommeo?- preguntó él, soltando a la chica y acercándose a ella con interés.
Asintió y metió las manos en los bolsillos de la sudadera con pereza.
- Eso pensé- sonrió alegremente- Compartimos varias clases- explicó- Soy Danniel Ritzo- añadió poco después, tendiéndole una mano a modo de saludo.
La aceptó con una amplia sonrisa que iba realmente a la chica detrás de él, no podía evitar mirarla.
- Ella es Venus- sumó señalando a la chica con un movimiento de cabeza.
Sus ojos se encontraron con los de ella, quedándose absorta.
- Yon Ha-Neul- se presentó por fin tras un leve silencio- aunque, Hannah, es más fácil.
Ambos sonrieron.
- ¿Vives cerca?- se interesó Venus de pronto, dejándola escuchar su voz por primera vez.
Se obligó a desviar la vista de sus labios a la estantería que tenía enfrente y asintió.
- Justo arriba, en el séptimo piso- contestó calmada, cogiendo finalmente la oferta de donuts y las magdalenas también- En fin...- suspiró- Debo irme ya- sonrió, haciendo amago de marcharse- Tenemos mucho que estudiar, ¿verdad?- murmuró pasando junto a Danniel y dándole un leve codazo en el costado con una sonrisilla traviesa- Nos vemos el Lunes- se despidió finalmente.
Él asintió como respuesta, siguiéndola con la mirada mientras salía del pasillo y llegaba a la caja sin mirar hacia atrás.
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Channel Red
Teen FictionEn esta novela hay: • yuri (chicaxchica) • mommykink • sexo lésbico • violencia Si no te gusta este tipo de contenido, por favor, no denuncies, sólo sal de la novela. Gracias❤ Yon Ha-Neul es una universitaria asiática con el sueño de ser escritora...