🌷 ; s e i s

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Seokjin se encuentra en su fiesta de graduación. Con 11 años cumplidos veía cómo sus compañeros bailaban en el centro de la sala de fiestas mientras que él permanecía sentado en una mesa mientras comía aperitivos junto a su mejor amigo quien había sido obligado por su madre a venir. Ambos alfas viéndose las caras mientras charlaban de cosas triviales como el nuevo juego de Mario Bros o el nuevo mp3 que Yoongi estaba pensando en pedirle a sus padres.

Algunos representantes parloteaban al otro lado de las mesas junto a los profesores y el castaño no pudo evitar preguntarse en donde estaban sus padres, supuestamente iban a llegar pronto para buscarlo y llevarlo a casa a tener una pijamada con Yoongi.

Mientras hablaban, sacaron el tema de la presentación del más bajo. Para algunos había sido una sorpresa que Yoongi se había presentado como alfa pues, su rostro simplemente no encajaba con el estereotipo normal de lo que debería ser esa "especie". Incluso cuando era un cachorro su lado lobuno era un lobo con colores platinados como la nieve y unos ojos negros y oscuros, era realmente tierno y ligero; no tenía la normal apariencia y actitud de un lobo dominante pues este era normalmente perezoso y evitaba las confrontaciones con otros alfas, pero al final no podían decir mucho pues él era apenas un cachorro. Sin embargo, cuando husmeabas más en la verdadera naturaleza del más bajo te dabas cuenta que no podía evitar ciertas actitudes alfas, como el extraño sentimiento de protección que tenía con su mejor amigo.

El más bajo tenía un agradable pero extraño olor a lluvia y tierra mojada. Siendo la lluvia el olor heredado por su padre y la tierra mojada por su madre. Su propia esencia característica aún no había sido revelada, o al menos, las personas a su alrededor no habían podido diferenciarla.

- Es que... es que tienes cara de niñita... -murmuró a lo bajo, seguido de una risa burlona y malvada. Seokjin amaba molestar a su mejor amigo, pues su mueca de fastidio era realmente graciosa.

- Cállate, imbécil. -respondió sin más el más bajo, mientras comía la gelatina de fresa. El castaño abrió los ojos como platos y le dio un golpe en el brazo, recibiendo un quejido de molestia de parte del contrario.

- ¡No digas groserías! -le regañó. A él se le habían escapado una que otra grosería, pero eran leves como... maldición y... joder. Se les había escapado sólo porque el otro alfa las decía tanto que se le habían pegado, él era toda una esponja de nuevas palabras cuando se lo proponía.

- Ajá, lo que digas. -hizo un ademán con la mano para quitarle importancia, después, al terminarse su gelatina, puso sus brazos en la mesa y recostó su cabeza en estos- Ah, ¿cuándo va a llegar tu mamá? Qué aburrido.

Seokjin que estaba entretenido mirando cómo sus compañeros bailaban, devolvió toda su atención hacia el alfa perezoso que dormitaba en la mesa. Frunció sus labios pero después sonrió, levantándose y tomando el brazo de su mejor amigo, que le miró confundido.

- Vamos a bailar mientras tanto, anda. -animó con una sonrisa. El pelinegro sólo soltó un largo bufido e intentó zafarse del agarre, pero tenía tanta flojera que su brazo sólo colgaba- No se ve tan difícil, digo, todos bailan igual de mal. Si nosotros bailamos mal, nadie lo notará, ¿no?

Yoongi arqueó una ceja ante la lógica del castaño, este sólo sonrió juguetón y jaló más al peliblanco que terminó cediendo. Caminaron hacia el centro donde todos danzaban y ellos intentaron hacer lo mismo, riendo por los intentos inútiles de seguirle el ritmo a la canción. Ambos eran terribles bailando, y eso lo supieron cuando a los 10 tenían que hacer un acto y destruyeron toda la coreografía porque Seokjin fue hacia abajo y Yoongi a la izquierda.

Los dos alfas seguían con su trabajo arduo de bailar cuando Seokjin se fijó en algo, o más bien alguien que miraba a todos lados. Automáticamente sonrió y tomó a Yoongi de la muñeca, para proceder a caminar con rapidez.

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora