🌷☕ ; f i n a l

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Namjoon está a pasos del jardín de una casa que se veía completamente normal y gigante, y eso le dejaba los pelos de punta. Un dulce, dulce hogar en unos suburbios de pura armonía, dinero y paz eran los lugares más usados para realizar secuestros y asesinatos sin que nadie se diera cuenta. Temía, bastante, por Seokjin. La culpa le dolía en el corazón, porque si no hubiera pasado lo de Jeongyeon, Seokjin no habría huido, y no habría pasado nada de esto. Por eso mismo, Namjoon se veía en la obligación de actuar por su cuenta, así que, sigilosamente, se abrió paso hasta dentro del terreno de la casa, observando por la ventana.

No había nadie dentro, o eso creía él. Todo estaba pulcramente ordenado al igual que la casa de Taehyung. Miró la puerta principal y esta estaba entreabierta, al igual que, repito, la casa de Taehyung. Namjoon no tuvo más remedio que pasar dentro de la casa, en silencio y lentamente. Debía ser sincero: Namjoon estaba completamente cagado y no se sentía como un personaje heroico en ese preciso momento. No obstante, su lobo estaba cegado por la rabia, y sólo quería atacar. Namjoon y su lobo eran la perfecta combinación de rabia y paciencia; no iban a actuar como unos cavernícolas e iban a pensar bien todo. 

Namjoon no sabía por dónde comenzar. El sitio era muy extenso, y podían estar tanto fuera como dentro de la casa, porque el cobertizo era también de grandes dimensiones. Deseó usar su confiado olfato, siguiendo el aroma de Seokjin. El problema es que era muy débil y suave, al igual que cuando dormía y soñaba cosas extrañas. Seguro cuando lo habían traído a ese lugar estaba inconsciente, sino hubiera hecho un escándalo, llamativo y escandaloso como lo era Kim Seokjin. Su tan especial alfa. 

El sólo pensar en Seokjin le motivó a hacer una búsqueda exhaustiva por la casa. De manera cautelosa revisaba las habitaciones, hasta que llegó a una de las últimas del pasillo del segundo piso. Esta estaba cerrada, y no entreabierta como las demás. Abrió la puerta y asomó la cabeza con discresión, ahí había una persona amarrada. Namjoon al ver eso abrió la puerta completamente, asustando al individuo en la cama, quien al contemplarlo abrió los ojos como platos y empezó a retorcerse en la cama, tratando de advertirle de algo. 

Namjoon no comprendía a qué se refería, pero no pasó poco tiempo hasta que un saco envolvió su cabeza y lo inmovilizaron de manos y piernas. 

—¡Suéltenme, hijos de puta! —gritó el moreno, agitándose de un lado a otro— ¡Déjenme ir o ya verán lo que es bueno! 

No decían nada, sólo se llevaban a Namjoon como si fuera un maniático que había escapado del psiquiatra. Eran más grandes y fuertes que él, él no podía combatirlos. No obstante, no desistió. Siguió luchando por la libertad hasta que lo lanzaron al suelo luego de bajar unos escalones. Namjoon soltó un quejido por el golpe, pero se sacó la bolsa de la cabeza y miró a todos lados. Todo estaba oscuro, y en el momento que los hombres cerraron la puerta, pues más oscuro se puso el lugar, terriblemente tenebroso y él ya estaba cagado y tenía la adrenalina al cien por ciento. 

Trampa. Déjame salir. 

Aún no es el momento, sé paciente. Eres muy impulsivo, y siempre gastas mucha energía

Mientras que Namjoon trataba de hallar la manera de salir, unos pasos se escucharon por detrás, crispando todos sus sentidos y poniéndolo en posición defensiva. No veía a nadie alrededor. 

—Kim Namjoon. —se escuchó una voz ronca y desgastada— O debería decir... ¿Oh Namjoon? 

El moreno frunció el ceño, desorientado. ¿A quién se refería con Oh Namjoon? 

—No me hagas esa cara de tonto. —exigió, alzando la voz— Sé que sabes. Sé que sabes de dónde vienes. 

—¡¿Quién eres y dónde está Seokjin?! —preguntó, apretando los puños y averiguando a su alrededor— Déjalo ir y después arreglas tus extraños problemas conmigo, ¿bien?

¡Tú, idiota! 🌷  namjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora