Comerse al monstruo

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Capítulo 20: Comerse al monstruo

That's the price you pay
Leave behind your heartache, cast away
Just another product of today
Rather be the hunter than the prey
And you're standing on the edge, face up 'cause you're a...

Natural
A beating heart of stone
You gotta be so cold
To make it in this world
Yeah, you're a natural
Living your life cutthroat

Imagine Dragons; Natural

El burdo concepto del amor patético; ese fue el que se le enseño —y el que con creces entrego—, aquel que apresa y lleva al borde. Podía verlo entre el sexo, las medusas de cariño, la familia y la imagen de felicidad típica y preformada.

Acción de gracias y cenas de navidad a lado de ejecutivos, sonrisas plásticas y miradas incómodas, contestaciones obedientes que solo lo ponen peor diciéndole que, aunque todos sus hermanos estuvieron expuestos a la misma bacteria, solo él se contamino y todavía se siente sucio.

Solo si Katakuri dijera que está limpio él podría creerlo, pero ya le había dado suficiente de su asfixia que entendía, tenía que creerlo por sí mismo, aunque fuera el camino más difícil. Al paso que estaban siguiendo, solamente lo haría enloquecer y él enloquecería junto a Katakuri, pensamiento que casi lo hizo hipar de la risa.

Las lágrimas —el reflejo de una tristeza y un llanto— no se veían bien en una cara como la suya, pero aun así les daba la libertad de fluir cuanto querían.

Había una imagen en la laguna de su cabeza, una mujer muy guapa en la habitación de su padre observándolos desde el barandal. Ella siempre los miraba desde el mismo sitio.

Yonji dame tu pelota, la mía ya no tiene aire— agito la mano, haciendo al nombrado fruncir el ceño. —¿Vas a llorar como Sanji? Pensé que eras fuerte.

Volteo el rostro hacia Niji, quien acababa de estampar su propia pelota en la cabeza del rubio.

Ni, tú también pensabas que Yon era fuerte, ¿verdad? Vaya decepción.

No seas llorón Yonji, suficiente tenemos con Sanji, solo dásela, es una simple pelota.

— ¡Entonces dásela tú! — San rugió. —Tal vez él haga algo más productivo con ella que solo arrojármela.

No me la pidió a mí y tampoco te la pidió a ti, así que ni lo intentes. —flexiono las rodillas y giro la cadera, fingiendo una pose de jugador de béisbol, pero le arrebataron la bola antes de lanzar el tiro.

¡Oye! ¡Reiju! Devuélveme mi pelota, tu no estas jugando.

—Ni Sanji juega contigo, Niji.

Ichiji miro con hastió a sus hermanos comenzar a discutir, rodó los ojos y volvió a concentrarse en el niño de cabello verde.

No, Yonji, tú eres fuerte, no necesitas que Reiju te defienda como a Sanji, ni que Niji te de órdenes, por eso me darás la pelota, ¿no? Ya que eres valiente y yo me equivoque al dudarlo. —sonrió estirando la palma con más ahincó. —Vamos hermano, enséñame cuan equivocado estoy. No me gusta enfadarme.

De pronto la bola estaba en sus manos y él la miraba feliz, pero rápidamente descubrió que la pelota de Yonji se sentía igual que la suya y poco le faltaba para desinflarse, se sintió engañado; la sonrisa de su cara se volvió una mueca temblorosa y deforme, lanzo el juguete con rabia y escupió un improperio.

Ara, ara, cinco niños. La niña es bailarina, ¿a que sí? Reconoces a una por la manera en que se mueve, es como si tuvieran una delicadeza involuntaria en la punta de los pies.

Sentimientos  por Contrato [KataIchi/ZoSan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora