Día 2963

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Tres días con Alan y ya me parecía una autentica penitencia. Cierto era que durante el día solía estar acompañada por Rain, pero esto era muy distinto. Ya no gozaba de esos momentos de tranquilidad y soledad por la noche ni a primera hora de la mañana y eso me estaba matando, por no mencionar que el Sr. Turner no lo ponía fácil: era impertinente, frío y distante por lo que habíamos llegado al mutuo acuerdo de no hablar el uno con el otro a menos que fuera una situación de vida o muerte. Morrison no parecía tener intenciones de retirarlo de su servicio en un futuro próximo por lo que me tendría que adaptar a este nuevo peso.

El entrenamiento con el grupo A.1 ya me iba algo mejor, seguía siendo de las últimas pero ya empezaba a notar la mejoría y el grupo ya empezaba a respetarme sin la necesidad de la presencia de Roy. Todo parecía volver a la normalidad después del incidente hasta que otro inconveniente se añadió a mi lista de problemas.

Como era habitual me encontraba sentada en una de las mesas del comedor desayunando junto a Alan y Roy. Desde que mi nuevo guardaespaldas se había incorporado al servicio Roy intentaba encontrarse más cerca de mí. Por la puerta vi como Rain entraba acompañada de Johanna, como era habitual, pero esta vez no se juntaron con los otros comandantes, sino que se sentaron con nosotros.

- ¿Qué os trae por aquí?- preguntó Roy con un extraño tono irónico.

- Bueno, como ya te había comentado- dijo dirigiéndose a Roy pero con la atención en mí.- hoy Johanna Baker se incorpora a nuestro grupo.- Rain siguiendo la broma a Roy, esto nunca me lo hubiera imaginado.

- Primero Alan y ahora Johanna ¿alguien más?- me quejé.

- Cuida tu tono conmigo Walsh- me amenazó Johanna. Sus ojos trigueños se clavaron en mí y sus cejas finas y enarcadas hicieron la frase más intimidante. Rain agachó la cabeza y soltó una pequeña carcajada. Yo al momento me encogí un poco para indicar que lo había entendido.

- Johanna te ha preparado un recorrido para medir tus cualidades, desayuna fuerte, te hará falta- declaró Rain mientras abandonaba la mesa junto a Johanna. Roy me lanzó una de sus sonrisas y dijo:

- Por si Rain no fuera suficiente ahora tienes a Baker.

- Me has quitado las palabras de la boca.- Le di un pequeño abrazo de despedida y me dirigí a la sala indicada seguida por Alan.

El circuito no era difícil, al ser en el interior no había lago ni tierra con la que resbalarse. Algunos obstáculos, vayas, cuerdas y conos eran los componentes del circuito, nada de lo que preocuparse... o eso creía.

El recorrido no tenía final ni tiempo, es decir, yo decidía a qué velocidad corría y cuando debía dejar de hacerlo. Con esto Johanna quería medir mi espíritu de superación y resistencia mental.

En cuanto me dieron la señal salí a un 80% aproximadamente de mi velocidad máxima para poder aguantar lo suficiente. Una pantalla mostraba el tiempo trascurrido, los kilómetros corridos, mi velocidad y mis pulsaciones por minuto.

La primera hora me fue bastante bien, en la única recta que había lograba alcanzar sin problema los 28km/h, con los cambios de ritmo y dirección la velocidad variaba pero según pasaba el tiempo mis músculos más me pedían parar. Mis piernas cada vez se resistían más a los saltos o mis brazos a trepar por la cuerda. Veía que mis pulsaciones cada vez se aceleraban más, consciente de que no podría aguantar mucho más di una última vuelta lo más rápido que pude y después de 2 horas 37 minutos corriendo me tiré al suelo, con la respiración acelerada y los músculos doloridos.

- Hubiera apostado más por ti- declaró la nueva asomándose por encima de mi cabeza. Detrás de ella se encontraba Rain que me tendió una mano ayudando a levantarme, pero seguía agotada y me senté en la silla más cercana.

- No lo has hecho tan mal- rebatió Rain

- Vaya par, si ha estado genial- gritó Roy desde la otra parte de la habitación.

Yo seguía sin poder contestar, el sudor me bañaba toda la cara y mis extremidades seguían sin contestar.

- Venga va, levántate y en 30 minutos a comer, más te vale ser puntual- mandó Johanna. Acto seguido hizo volar su media melena castaña perfectamente recortada junto a su destacable mecha roja.

Roy me ayudó a levantarme y prácticamente me llevó de la mano hasta la habitación. Yo le miré fijamente a los ojos y le pregunté:

- ¿Por qué te preocupas tanto por mí?- sin dudarlo me dio un fuerte abrazo y me dijo al oído.

- Porqué eres alguien muy importante para mí.

Me duché rápidamente con Alan en la puerta de fuera preguntándome cada dos minutos si seguía allí y estaba bien, algo bastante molesto. A penas me podía sostener en pie, por suerte las clases de esta tarde eran teóricas y de manejo de ordenadores. Básicamente en esos cursos me enseñaban a acceder a la información más importante y protegida de una inteligencia artificial sin contar con contraseñas o instrucciones.

Cuando acabé Alan y yo nos dirigimos hacia la habitación y me resultó muy extraño cuando me dijo que él debía iba a otro sitio, que no tardaría en volver más de 10 minutos, aun así no busqué más explicaciones. Cuando entré en la habitación algo todavía más raro pasó, las luces estaban apagadas pero algo más iluminaba la habitación, la pantalla de un ordenador. Corrí hacia el pequeño escritorio en el que se encontraba y en el teclado de este vi una nota en papel escrita por ordenador que decía:

- Alan estará fuera 15 minutos, por lo que contarás 10 minutos para ver todo lo que puedas. En el ordenador encontrarás unas imágenes que puede que te traigan algunos recuerdos. Cuando acabes, y recuerda que no debes tardar, esconde el ordenador bajo tu camastro, mañana me encargaré de recogerlo.

Leí la nota una vez más absorbiendo la información. Más tarde ya tendría tiempo de pensar en quién había sido o el objetivo, ahora debía aprovechar el tiempo en lo que el papel decía. En el escritorio del portátil solo había una carpeta con el nombre de ''fotos familia''. Al abrirla aparecieron un montón de archivos de imagen JPEG, cliqué en la primera. En ella podía ver a cuatro personas sentadas en un sofá, dos adultos, una niña pequeña y un niño un poco más mayor. Todos sonreían mirando a la cámara, parecían realmente felices y su claro parecido apuntaba a que eran familia.

En la siguiente imagen se veían las mismas personas pero esta vez en el exterior, con una montaña de fondo, todos vestidos con un chándal. Me resultó curioso comprobar que la niña había sacado los ojos verdes al padre en cambio los ojos azules del niño eran muy distintos a los marrones de la madre.

Continué pasando las fotos, todas eran distintas a las anteriores, lo único que se repetían eran los cuatro protagonistas, aunque en algunas ocasiones otras personas se añadían al momento captado.

Unos pasos que provenían del pasillo exterior me sacaron del ensimismamiento para comprobar que el tiempo había pasado. Guardé rápidamente el ordenador dónde la nota me había dicho y me tumbé en la cama para que Alan no sospechara al entrar.

- ¿Para qué te habían llamado?- pregunté cuando entró.

- Nada importante, un error de papeles- contestó con su típico tono neutro.- deberías estar ya acostada.

- Lo sé, es que prácticamente me quedo dormida así.- me inventé una excusa. Alan pereció tragárselo o no quiso discutir pues no dijo nada más hasta el día siguiente.

Cada vez que cerraba los ojos las fotografías asaltaban mi mente, alguien me las había querido mostrar y estaba segura de que había algún motivo. La respuesta obvia no abandonaba mi cabeza pero algo en mí se negaba a aceptar que la niña de las fotos fuera yo o que esa fuera mi familia. Quizás la intención era otra y esas personas debían transmitirme una información distinta, puede que esa gente se tratase de alguien importante de la organización y mi misión era hacérselo llegar a esa persona, incluso podría haber sido Morrison con intención de estudiar mis respuestas y reacciones... no dejaba de darle vueltas al asunto con nuevos matices y soluciones pero todo apuntaba a que alguien del complejo se había interesado en mi situación y quería ayudarme.

SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora