Esa noche no tardé en quedarme dormida, cosa inusual en mí. Cuando desperté tenía los músculos resentidos por el anterior esfuerzo físico. Miré el reloj de mi mesilla, las 8:30. Me levanté rápidamente de la cama con el corazón acelerado. Me preparé lo más rápido que pude dejando algunas cosas sin hacer. A esta hora debía estar ya en el nivel 11 sala 3. Salí escopeteada por la puerta con la camiseta mal puesta y los cordones sin atar.
Irrumpí en la sala abriendo la puerta con agresividad y disculpándome al instante sin reparar en que la sala estaba totalmente vacía. Esto me sorprendió y me obligó a mirar a mi reloj para comprobar a que día estábamos. Puede que estuvieran en el salón contiguo, el 5.
Esta vez entré más tranquilamente y el resultado fue el mismo. Continué revisando algunas de las salas de ese nivel interrumpiendo algunas de las clases ajenas.
Finalmente decidí ir al comedor donde seguro que habría algo más de vida y alguien a quien preguntar. De camino para allí reparé que la puerta de mi habitáculo estaba abierta. Sin saber porque mi cuerpo entró en estado de alerta e instintivamente bajé mi punto de gravedad y me arrimé lo máximo posible a la pared que daba con mi habitación. Me acerqué con extremada cautela y cuando asomé la cabeza vi a un soldado que preguntaba por mí. Al instante me relajé y contesté.
- ¿Me buscabas?
- Por fin te encuentro Lexa, me han pedido que me acompañes y por el camino te explicaré a que viene tanto cambio.
El soldado me explicó que la coordinación de todos los proyectos Alfa Prim 02' había decidido hacer una reunión de todos los participantes, la cual yo era una, para evaluar los progresos y hacer algunas mejoras. Estarán presentes todos nuestros comandantes y directores personales. También irán algunos instructores y deberemos enseñar nuestras mejores cualidades.
En el tiempo que había estado allí esto había pasado en solo cuatro ocasiones y siempre acababan por subir a la mayoría de nivel, lo que implicaba mucho más esfuerzo y por realizar algunas pruebas de ''análisis cerebral'' las cuales me parecían insultantes e innecesarias.
Cuando entramos en la sala estaba a rebosar. Se habían formado algunos grupos pero otros decidían hablar con sus comandantes, lo que teníamos en común era la edad, adolescentes de unos 17 años. El sonido que hizo la puerta al cerrarse sonó en mi cabeza como una gran explosión, al instante la mayoría de las personas presentes voltearon a mirarme y comenzaron a murmurar entre ellas. Muchos de los jóvenes miraban a los demás con soberbia, con aires de superioridad, y sus comandantes no hacían más que alimentar a ese fuego.
- Me alegro de que hayáis venido todos- la voz provenía de un hombre de edad algo avanzada pero con aspecto serio y corpulento. Su voz era grave y cada palabra parecía un golpe de tambor. A ambos lados había soldados bien formados y armados, alerta y en busca de cualquier amenaza. Él era coordinador del proyecto y una de las personas con más peso del complejo.
Algo en el rabillo de mi ojo me llamó la atención. Era Rain, observando y analizando a cada persona presente en la sala con sus profundos ojos negros. El hombre continuó con su discurso:
- Ya os habrán explicado el porqué de vuestra presencia y por eso considero innecesario volver a explicarlo. En la tabla de la derecha podréis encontrar una lista con los horarios, de la cual todos los comandantes tienen una copia. Empezaremos por la parte física, os distribuiremos entre las 6 primeras salas de este nivel y os daremos 15 minutos para calentar. Espero que tengáis un buen día y que deis lo máximo de vosotros, ya podéis retiraros.
Cuando me quise dar cuenta Rain ya estaba a mi lado con los brazos cruzados y la cabeza bien alta. Me indicó que la siguiera a la sala cinco.
- Espero que hoy no te dejes vencer- dijo mientras caminábamos rodeados de gente.- Ya sabes que esto es importante.
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Soldado
General Fiction¿Qué pasa cuando una niña es entrenada para convertirse en una máquina perfecta? Lexa nunca fue una persona normal, sin conocer el mundo exterior es obligada a exponerse a pruebas imposibles a diario sin cuestionar sus obligaciones. Pero cuando esa...