Capítulo 9

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Cuanta calma…
Esta tan oscuro, no puedo ver nada en lo absoluto. Ya había estado aquí antes… Este lugar es…

—Sorey…— Reconocí de forma inmediata la voz del niño que me llamaba, era Maotelus.

—Maotelus, al fin, necesitó tu ayuda — dije desesperado.

—Lo se, ¿Que es lo que necesitas?

—Quiero encontrarte, pero no se donde buscarte. ¿Donde estas? Dímelo.

—No lo se Sorey, no se donde me encuentro —. Pude ver su rostro aflijido a la vez que suspiraba y ponía una expresión reflexiva—. Es un lugar oscuro, sin embargo, es muy cálido y acogedor. A pesar de estar en una oscuridad absoluta, no siento miedo ni frío.

—¿No tienes idea alguna de donde pueda ser? —. Negó repetidas veces con la cabeza —. Ya veo.

—Me he dado cuenta que has cumplido con mis condiciones. Dime ¿Como van las cosas ahora?

—Han mejorado mucho. Siento como si hubiera vuelto a empezar. Como cuando me hice pastor por primera vez y trataba de limpiar el mundo de la malicia mientras te buscaba. He recuperado a mis amigos. Aun así, necesito hallarte si en verdad quiero ayudar a la gente y a mis amigos.

—Ten paciencia Sorey, se que podrás encontrarme.

—La tendré, te prometo, te encontrare.

Esa fue la ultima vez que tuve contacto con Maotelus. Ya han pasado 7 meses des que empecé su búsqueda, y aun no tengo resultados.

Limpiamos el mapa por completo, son éxito alguno. Registramos tanto Rolance como Hyland, de extremo a extremo, de ciudad en ciudad, cada ruina, valle, acantilado, desfiladero. No había rastro alguno de Mautelus. Restrablecimos las bendiciones en todas las ciudades. Pirificamos a todos los infernales peligrosos. Incluso exploramos de arriba a bajo cada ruina que encontramos. Resolvimos varios problemas humanos. Detuvimos las amenazas de guerre y alcanzamos las paz entre ambos reinos.

Hisimos todo y cuanto pudimos mientras buscábamos a Maotelus, pero aun no tenemos ni idea de donde pueda estar. He llegado al punto de querer perder la esperanza, pero e hecho una promesa y voy a cumplirla, además, la gente que me acompaña siempre me esta animando, por ello no me voy a dar por vencido.

Hoy nos hemos tomado un descanso luego de haber exterminado un infernal que aterrorizaba a la ciudad de Pendrago en Rolance. Ya casi son pocos los infernales que nos hacen dar mucho de nosotros en combate, eso quiere decir que las cosas van mejorando. Nos hemos detenido en los pastizales, cerca a donde pasta el ganado. Un lugar algo elevado desde el cual se puede apreciar gran parte de los pastizales. Mikleo se haya sentado en el pasto, sintiéndome muy frustrado me acerque y me recoste en su regazo soltando un sonoro suspiro.

—¿Que sucede? — me preguntó sin apartar su vista del paisaje.

— Ya ha pasado mucho tiempo y aun no tenemos no rastro de él.

—Te comprendo, yo también estoy frustrado. Pero las cosas no andan tan mal ¿no crees?

—Cierto —Me quede pensativo, con los ojos cerrados sintiendo como Mikleo empezaba a acariciar mis cabellos. Me hacia sentir tanta calma. Y en eso recordé. —Mikleo...

—Dime.

—Repite me el por que no puedo purificarte —. Llevaba tiempo haciendo la misma pregunta. Ya no sabría decir cuantas veces se lo he preguntado, agradezco de corazón que me tenga tanta paciencia como para repetirme esa respuesta sin desesperarse una y otra vez.

—Es por que la malicia a alcanzado mi alma y se a apoderado completamente de ella. Si me purificas, lo más posible es que destruyas mi alma y yo desaparezca —. Suspire, me sentía tan frustrado por no poder hallar a Maotelus como también no poder salvar a Mikleo. Era un peso sobre otro y mas que agobiarme me entristecía. De nuevo hubo silencio hasta que lo volvía a llamar.

—Mikleo.

—Dime —. Platicas como estas, se daban muy seguido, sobre todo cuando me sentía demasiado frustrado por la situación actual.

—¿Hace cuanto no comes?

— Cuatro días.

—¿Y estas bien?

—Si.

— ¿Por que cuando vas a cazar no me dejas ir contigo?

—Por que si para mi es horrendo lo que hago no quisiera imaginar lo que pensarías tu.

—Sabes que yo no pensaría mal.

—Lo se, pero aun así. Prefiero que las cosas sigan igual.

—Entiendo.

Esa era nuestra forma de pasar las tardes en estas ultimas semanas. La malicia había disminuido junto al numero de infernales, pero aún no era seguro, en cualquier momento podría aparece un nuevo infernal poderoso e incluso un nuevo señor de la desgracia. Pero nosotros nos sentíamos tranquilos.

Los días siguieron trascurriendo de igual forma, hasta que un día...

—Lo encontré…

Así es, pude encontrar a Maotelus, y fue en el lugar menos pensando.

—A estado aquí todo este tiempo… ¡A estado dentro de ti todo este tiempo.!

No podía cree lo. Me sentía sorprendido, feliz y mil emociones más. Me pregunte una y otra vez como no lo sospeche antes. Maotelus había estado oculto dentro de Mikleo todo este tiempo y no lo había notado. No hasta ahora.

Ocurrió por razones del mismo destino. Debido que el Logrind comenzó a haber avistamientos de un infernal poderoso en sus alrededores, nosotros fuimos a corroborar ese hecho. Nos topamos con un infernal escorpión de gran tamaño…y también de gran poder so podría decir. Los golpes dados por Eizen y Edna no les causaba daño alguno. Los de Lailah o fuego en general no le generaban un daño muy consistente y Zaveid también empezó a tener problemas. No importara si armatizaramos o no. Los ataques con elementos de Tierra tenían un efecto nulo, y los de fuego y aire eran débiles. En un acto despertado y apunto de perder. Forcé  a Mikleo a restablecer el pacto para poder armatizar y potenciar su elemento.

Allí fue cuando me di cuenta. Poco después de derrotar al infernal y estar a pinto de deshacer la armatización fue que lo sentí. Pude sentir la presencia de Maotelus, como aquella fugaz vez cuando nos enfrentamos a Eizen y Edna. Lo sentí. Y provenía de Mikleo.

Después de analizarlo una y otra vez recordé la pista que yo mismo deje. Mikleo ya me lo había comentado hace mucho. Cuando empecé este viaje.

«Lo has escondido en un lugar a simple vista.»

Aunque muchas veces lo pensé, jamas creí que se refiriera a esto. En verdad ni Mikleo se lo esperaba, también se sorprendió mucho al enterarse.

—Y bien Sorey. Ya lo hemos encontrado ¿Ahora que? — Me cuestiono Rose.

—Mas que obvio ¿no crees?— le contesto Edna.

—Debemos llevar a Maotelus a su templo— termino por declarar Lailah.

—Eso quiere decir…—continuó Rose

—Debemos volver a Camnlam.

Dije por ultimo. Todos nos miramos y sabias perfectamente que hacer. Ya hemos recuperado a Maotelus. Es hora de restablecer su luz.

Al fin, el mundo muy pronto volverá a brillar.

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¡¡Muy buenas a todos!!
He vuelto con nuevo capítulo.
Se acerca el final definitivo amores :"Dson las 2:03 a.m. y aunque me muero de sueño debo terminar otro capítulo aprovechando que mi imaginación esta a mil por hora.

Bye bye~🍄

Vuelve a Brillar (SorMik) [Concluido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora