Pasan más de las seis treinta y hemos terminado con la mayoría de los chicos. Honestamente, no tengo idea de donde salieron tantos brazos y fuerzas para seguir atendiendo, pero lo logramos. Justo ahora estamos descansando en una de las mesas libres, y le he contado a Lucy lo sucedido con Lala.
—No le hagas caso. Ella ladra mucho pero no muerde —dice Lucy para tranquilizarme. Pero Charles ya se ha encargado de ponerme de nervios al decirme que Lala es de las chicas más populares y temidas del campus. Su padre es uno de los principales aportadores de Royal Holloway, por lo que ella puede hacer y deshacer a su antojo—. A mí nunca me ha agradado.
—No te preocupes, no estás sola. Nos tiene a Luiggie y a mí, y no dejaremos que nadie te haga nada.
—Y ahora me tienes a mí también —salta Lucy—. Pero créeme, ella no te hará nada. Solo intenta asustarte.
Lucy me reconforta con una enorme sonrisa, pero después tiene que regresar a la cocina a seguir preparando comida. Tina se queda conmigo, mirándome con pena. Y no la culpo, porque hasta yo siento pena por mí. Pena por ser tan tonta y tan boca suelta.
—Gracias por aceptar ayudar a Lucy —Ella sonríe. Tiene la cara posándose en su mano derecha, mientras me sigue mirando, pero ya no con pena.
—Si mi madre se entera que estuve vestida así y de mesera, estoy seguro le daría un ataque. Bueno, en realidad no.
—No me gustaría causarte problemas con tu familia.
Ella se remueve incomoda sobre su asiento, y de inmediato borra su sonrisa. —A ellos no les importa mucho lo que haga o donde me encuentre. Siempre ha sido así. Para ellos solo ha existido mi hermano, así que... —resopla—, a ellos les da igual si estoy como mesera o como desnudista —suelta con tristeza.
—No creo. Son tus padres y aunque no lo creas, ellos se preocupan por ti. Te quieren y estoy segura que te extrañan.
—Tú en serio no conoces a mis padres —sus enormes ojos color miel pierden brillo al mencionarlos, y no sé porque, pero ahora me encuentro abrazándola, mientras la escucho sollozar—. Siempre me han hecho a un lado, como si fuera la vergüenza de la familia. Siempre obligándome a estar lejos, a vestirme como ellos quieren, a decir lo que ellos quieren. Pensé que si accedía a todo lo que ellos pedían, me habrían dejado con ellos, o al menos mostrarían un poco de amor por mí. Pero al parecer solo les doy vergüenza.
—No digas eso. No hay razón por la cual ellos puedan avergonzarse de ti —Ella no responde, fija su mirada en la nada, mientras las lágrimas quedan estancadas en sus enormes ojos.
—En realidad si la tienen, pero no es algo que quiera contar ahora —solloza—. Lo siento, me adelantare a la habitación —Y se va antes de que pueda detenerla. Tengo dos días y medio de conocerla, pero sé que ella no pudo haber hecho algo tan malo o tan vergonzoso como para que sus padres se avergüencen de ella. Tina parece ser una chica encantadora, sincera y amable... ¿Por qué se avergonzarían de ella?
Me quedo un par de horas más para ayudar a Lucy y a Charles. Afortunadamente, no ha llegado tanta gente como en la tarde, por lo que nos da más tiempo de atender mejor. Algunos han sido amables y me han dejado propina.
—Oh, no —chilla Lucy mientras revisa su móvil—. Tyler no llegara hasta dentro de un par de días.
—Si quieres yo puedo ayudarte después de las clases —La cara de Lucy se ha trasformado por completo al oírme. Me regala una enorme sonrisa, lo que confirma que si acepta.
—Sera solo un par de días, en lo que llega él. Además, te pagare y podrás venir a comer las veces que quieras. Claro, siempre y cuando sea después de tus clases —me dice con tanta emoción que comienzo a sentirme igual. Nunca había pensado en tener un trabajo aquí, pero después de todo, tener dinero extra me caería de maravilla.
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El Ladrón de mis Noches [1]
Novela Juvenil(TERMINADA SIN EDITAR) Primer año de universidad. La dulce e inocente Lía ha recibido una gran oportunidad al ser admitida en una de las universidades más prestigiosas de toda Europa. Nuevos amigos, nuevas aventuras, nuevos sentimientos... Ella de...