El Ladrón de mis Noches [1]

AFTER PARTY

— ¿De qué tanto hablaste con Ryan?

Me acomodo en el asiento y me pongo el cinturón.

—Secreto de confesión —respondo con una sonrisa. Luiggie pone los ojos en blanco.

La verdad no tengo idea de que acaba de pasar hace unos momentos, bueno, en realidad nunca sé qué pasa cuando se trata de Ryan. Aunque sé que él está siendo amable solo porque es mi cumpleaños, y por lo que entiendo, él me tratara bien por el resto del día.

El camino se me hace eterno, pero solo han sido cinco minutos; minutos donde las palabras y actitud del Trío R han aparecido en mi cabeza, dejando en claridad que algo paso ahí y no me di cuenta. Debería preguntar sobre por qué Roland dijo algunas cosas, o porque todos parecían nerviosos. Pero he decidido dejar esto para después, ya que todos parecen emocionado con la fiesta sorpresa que ya no es sorpresa.

—Bien, tendré que vendarte ya que se supone que es sorpresa —Luiggie me acomoda para colocarme una tela rasposa, bastante distinta a la tela suave que me pone el Ladrón. El nudo de mi amigo está bastante flojo, que temo se caiga en cualquier momento—. ¿Quieres que te ponga el collar que te ha regalado Ryan?

—Si, por favor.

Le entrego la cajita y después siento el frío metal que comienza a adornar mi cuello. Escucho el sonido de la puerta al abrirse y una mano que esta frente a mí me sujeta con fuerza. El aroma a vainilla me ayuda a saber que es Luiggie quien me conduce hasta algún lugar.

—Bien, te quitare la venda, pero te pido por favor que luzcas sorprendida —Me susurra a modo de que solo yo escuche. No puedo evitar reírme un poco—. De acuerdo. Uno, dos, tres...

— ¡Sorpresa! —grita un montón de gente que parece estar amontonada una sobre otra.

Resulta que no ha sido necesario que yo finja, porque en serio estoy muy sorprendida de lo que están viendo mis diminutos ojos: El Cubo ha sido adorando por globos y en la pizarra está escrito una enorme felicitación, al igual que una enorme mesa repleta de bocadillos, bebidas, regalos y una tarta gigante que lleva mi nombre.

— ¡Feliz cumpleaños, muñeca hermosa! —Lucy es la primera en atraparme. Tardo unos segundos en corresponderle porque sigo sin creerme esto. Detrás le siguen Charles, después Tyler, Lulu, Zu, y más compañeros del salón.

—De verdad muchas gracias a todos por estar aquí, les juro que no me esperaba esto —digo al borde de las lágrimas.

—Los chicos y yo nos hemos estado organizando desde hace mucho tiempo. Sabemos que es tu primer cumpleaños fuera de casa y queríamos hacerte sentir especial.

El sentimentalismo me golpea de pronto, queriendo llorar a mares. No sé qué hice para merecer a tanta gente buena y que además me quiere de la misma forma que yo a ellos.

—En serio no sé qué decirles. Estoy tan emocionada... —Mi voz apenas audible y a punto de romper en llanto—. Este ha sido de los mejores cumpleaños de mi vida y estoy agradecida de pasarlo con todos ustedes.

Jamás había tenido una fiesta sorpresa. En realidad, jamás había tenido una fiesta. Jamás había tenido a tantos amigos. Jamás me había sentido tan querida y especial como me estoy sintiendo ahora.

—Vamos todos a darle un fuerte abrazo a la cumpleañera —chilla la diva. Y de pronto todos se me abalanzan entre abrazos y gritos—. ¡Bueno ya!... ¿Quién demonios me ha tocado el trasero?

—Lo siento, ese fui yo —responde Roland mientras esconde el rostro de mi amigo. Luiggie lo mira de forma desaprobatoria mientras los demás se dispersan entre risas.