Cita

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—Pero no te lo piensas quedar, ¿verdad? —insiste Tina, que se ve bastante enojada con sus manos posadas en sus caderas.

—Te repito por quinta vez que no me lo pienso quedar. Se lo he dicho —aseguro—. Estos detalles no me van. Es demasiado y no quiero algo que me ate a él.

—Yo te lo puedo cuidar... —chilla Luiggie, quien ha tomado el nuevo detalle del Ladrón con recelo—, o sea, solo por ayudarte. Ya sabes que siempre estoy dispuesto a sacrificarme por ti...

—No. Lo pondré de vuelta en la cajita y lo dejare sobre el buró.

Han pasado al menos dos horas desde que me han entregado la copia de la nueva llave de mi habitación y que este par ha llegado de su día de compras. Ambos se veían tan contentos, que tarde todavía un rato más para contarles sobre el móvil. Y por supuesto, Tina es quien más ha estallado con esto, diciéndome que es una locura, que el tipo está loco y que no vuelve a dejarme sola. Por su parte, Luiggie se ve bastante tranquilo y creo que es porque me conoce lo suficiente como saber que esto del Ladrón ya no me está molestando del todo.

—He estado viendo algunos folletos sobre otras residencias. Hay unas que son mucho mejores y que tienen comedor y sala para nosotros. Podría pedir informes para conseguir una lo antes posible.

—Se dé cuales hablas, pero no puedo permitir costearme una de esas; mucho menos cambiarme como si yo hubiera hecho algo malo.

—Por el dinero no te preocupes, que lo pagaría yo. Lo importante es tu seguridad. Nuestra seguridad.

Tina se ve bastante liada con este tema y la verdad no quiero que se sienta así. Este es problema mío y ella no tiene por qué preocuparse.

—Agradezco muchísimo este gesto, pero la verdad no quiero que gastes dinero. Se lo bastante caras que son esas residencias y no me sentiría cómoda que tú lo pagaras todo... — Ella abre la boca para interrumpirme, pero después la cierra. Me mira con suma preocupación pero en segundos cambia a mirarme de una forma extraña, como si tratara de leerme la mente.

—Te gusta, ¿no es así? —La miro con la boca abierta, como estaba ella hace unos segundos—. Veo que no estás tan asustada como antes, lo que supongo que él ha logrado convencerte en esa llamada.

—Necesitas tratar de digerir tus pensamientos antes de hablar. Yo me di cuenta desde anoche pero ahora lo estoy confirmando —Le asegura Luiggie—. Ella nunca ha tenido un pretendiente, mucho menos le han dado detalles de tal manera, y entiendo que estés preocupada por la forma en la que está actuando este chico. Y la verdad es que yo también lo estoy, pero podríamos al menos darle la oportunidad a lo que ella decida

—Pero esto está mal. De seguro es un riquillo que solo quiere mofarse de ella. ¿Lo vas a permitir?

—No, por supuesto que no. Pero hasta ahora todo parece inofensivo —Tina ha vuelto a abrir la boca dispuesta a atacar; pero Luiggie se apresura: —Sé que no es normal que entre a media noche y que la acose de esta manera, pero pienso que si él quisiera hacerle daño ya lo habría hecho. Ha tenido oportunidad antes —Luiggie se ha puesto serio, dejándola callada, y a mí también—.Quiero decir... soy gay, pero sigo siendo un hombre y se perfectamente cómo piensan y cómo reaccionan al estar con una chica. Y sé que si él quisiera atacarla... bueno, él lo habría hecho en la primera oportunidad.

—Entiendo —Tina se coloca frente a mí, con toda la expresión neutra—. ¿Tú que quieres?

Mi mente divaga, permitiendo que mi corazón de adolescente hable: —No me gusta, es un hecho. Pero esto es interesante. Después de esa llamada y de lo que he oído... No lo sé. Tengo muchas dudas y me ha despertado la intriga. Quiero saber qué es lo que quiere, a pesar de que ha dicho que me quiere a mí. Y no sé, él ha dicho un montón de veces que no me hará daño.

El Ladrón de mis Noches [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora