Capitulo 3

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Ya habían pasado dos semanas y media desde el primer día de clases. Melissa se había hecho una buena amiga y ahora, tanto yo como mi hermana, formábamos parte de su grupo de amigos. Aunque todavía no los conocía muy bien, me trataban tan bien que los comenzaba a apreciar. Siempre andábamos los 7 juntos cuando teníamos tiempo, tanto fuera como dentro del instituto.

Era sábado, por lo cual me levanté de la cama tarde. Cuando vi el reloj, eran las 12 del mediodía. Por suerte no tenía nada que hacer, por lo que me tomé mi tiempo en bajar las escaleras y saludar a mi familia, que había comenzado a almorzar sin mí.

- Buenos días hijo, o mejor dicho buenas tardes. ¿Dormiste bien?- me dijo mi papá, Carlos.

- Si, dormí perfectamente, podrían haberme llamado para almorzar. ¿No?- les pregunté, levantando una ceja; aunque realmente no me importaba pero me hice el molesto.

- Evan... te llamamos como 30 veces y tú nos contestabas que ya bajabas, al parecer lo decías dormido. - me dijo mi mamá riéndose, siempre me pasaba lo mismo, es que tengo un sueño muy profundo.

- Bueno... no importa. ¿Me puedo unir a la comida?- tenía bastante hambre.

-Claro, toma asiento.

La comida estaba muy rica, era la lasaña de mi papá, a él le encanta cocinar y lo hace realmente muy bien. A mitad de la comida sonó el teléfono y mi mamá se levantó para contestarlo. Luego de hablar nos explicaron que debían irse unos días a una ciudad cercana a hacer unas investigaciones urgentes.

- No hay problema, ustedes vayan a trabajar, lo entendemos. - les dijo mi hermana, ya que nuestros papás se veían preocupados por dejarnos así- Pero... ¿Podemos invitar a nuestros amigos? - dijo con un tono divertido mientras me miraba a mi, y yo le sonreí de vuelta, me agradaba la idea de que vinieran nuestros amigos a casa.

- Claro, pero no hagan una fiesta, eso sí que lo tienen prohibido. - nos contestó nuestra mamá seriamente.

En la tarde, empacaron unas cosas y se despidieron, recordándonos nuevamente que teníamos prohibido hacer una fiesta. Aquello solía pasar en mi familia, Anne y Carlos trabajaban en la NASA y siempre tenían alguna investigación importante para hacer. La NASA había logrado desarrollar una tecnología avanzada, la cual les permite descubrir cosas fascinantes sobre otros planetas y también llegar a comunicarse con lugares muy lejanos, hasta de otras galaxias. Dentro del equipo de investigación de mis padres, ambos ocupan puestos muy importantes, es por eso que siempre tienen que estar viajando. Lo interesante es que muchas veces nos suelen contar que es lo que hacen, solo una vez lograron comunicarse con otro planeta, Neptum. Pero ahora que lo pienso... nunca más hablaron de ello, tal vez perdieron la conexión. Realmente no lo sé, pero me resulta muy interesante, tal vez el día de mañana sea astrólogo.

[...]

Luego de que se fueran mis padres, invitamos a nuestros amigos para que vinieran más tarde. Esta era la primera vez que venían a nuestra casa, así que estaba emocionado por que ya llegaran. Intentamos ordenar un poco la casa junto con mi hermana, ya que había quedado alborotada por la rapidez en que se marcharon nuestros padres. Por suerte llegamos a ordenar justo a tiempo, porque al terminar habían tocado la puerta.

El primero en llegar fue James, quien era un chico que parecía tímido, pero que en realidad no lo era cuando entraba en confianza. Este tenía pelo rubio y ojos marrones, era realmente atractivo.

Luego llegaron Melissa y Sam, esta última era una chica muy extrovertida, era rubia y sus ojos eran verdes. Casi siempre tenía el pelo teñido de algún color, siempre le quedaba bien, fuese el color que fuese.

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