Capítulo cuatro:
Valerie.
—Sí, iré. Lo prometo—juré a Melody.
Ella asintió con una sonrisa.
—Bien, te veré ahí—dijo y giró sobre sus talones. Dejándome sola.
Estaba por la parte trasera de la cafetería donde trabajaba. Empecé a caminar a paso lento mientras sacaba los audífonos de mi cartera, los acomodé en mis oídos y una canción lenta empezó a sonar.
Cuando llegué a mí edificio, corrí hasta mi apartamento y cerré la puerta. Me duché y me cambié con un vestido amarillo que contenía dentro algunas florecillas turquesas. Fui en taxi hasta la casa de Melody mientras cepillaba mi cabello azul, el cual estaba muy enredado.
Pagué al taxista y traté de no caerme con los tacones mientras seguía corriendo como una loca, haciendo que mi cabello se enredara y el cepillado no valiera nada.
Ahora que lo pienso, cabello azul, vestido amarillo con flores turquesas y unos tacones azul oscuro no me favorecían en nada o eso creía.
La música era baja así que supuse que había llegado temprano pero cuando Melody me abrió la puerta, casi se me revientan los oídos.
—¡Hola! —me abrazó como si no me hubiera visto hace cinco meses.
Entré y me acomodé en uno de los sofás. Melody estaba conversando con una chica de la Universidad, yo no la conocía así que prefería quedarme sentada y sola a que estar haciendo mal tercio.
Escuché una tos cerca de mi oído y me alejé de Zayn Malik. ¿Por qué demonios estaba aquí? Él ni siquiera estaba en mi Universidad, ni conocía a Mel.
Se acercó a mi oído y susurró algo inentendible.
—Espera…—me giré hacía él—, ¿estás borracho?
Él frunció el ceño y río, tendiéndome su vaso de cerveza.
—No, gracias—lo alejé de mí.
—Bien, necesito un favor tuyo—pidió.
—Ni siquiera me conoces—carcajeé.
Él ladeó la cabeza.
—Ya averigüé tu nombre, Valerie—sonrío animado.
Rodé mis ojos y le miré fijamente.
—¿Qué quieres? —escupí.
—Un favor, simple y sencillo.
—¿Cuál es?
—Qué te hagas pasar por mi novia—contestó.
—¿Esa es tú idea de simple y sencillo? —reí.
—Sí.
—Hum…—no quería tener una charla con él. No me agradaba mucho.
—Entonces… ¿qué dices?
Fruncí el ceño ante su pregunta. No era porque me confundía, era porque me sorprendía, ¿acaso cuando ves a alguien como yo no sabes su respuesta?
—No—espeté.
—Bien, ay—hizo un rostro parecido al de un bebé—, ahora tendré que decirle al profesor George que te dejé en cinco.
Me gire a él con los ojos abiertos.
—¿Qué? —mascullé.
—Le dije a mi tío—se señaló a sí mismo—, George Army, que te ponga sobresaliente ante tú cinco en el examen, él claro está, lo hizo, porque es mi tío y director de tu Universidad pero ahora tendré que decirle que quité eso porque tú no me quieres ayudar.
Abrí mi boca y chillé.
—Eres… ¡Un maldito traidor! —le grité.
Él arqueó una ceja.
—¿Traidor? —preguntó confundido.
Negué con la cabeza ligeramente.
—Lo siento, era chantajista—reí por lo bajo.
Él asintió.
—Ahora sí—murmuré—. ¡Eres un maldito chantajista!
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coffee || z.m
FanfictionRecuerdo nuestras mañanas de café.© Todos los derechos reservados.