Capítulo diez:
Valerie.
Al otro día, después de desayunar una taza de café, preparamos las maletas entre risas. La tensión ya se había marchado y unas sonrisas la habían remplazado.
—¿Cómo es Londres? —pregunté.
—¿No has estado ahí? —frunció el ceño.
Negué con la cabeza.
—Es muy bonito—comenté.
Sonreí, seguramente lo era.
Llegamos al aeropuerto y como siempre, llegamos tarde pero no perdimos el vuelo solo hubo muchos gritos por parte de Gine.
El viaje fue normal y duró muchas horas, conversamos y reímos. Pedimos café y nos conocimos más de lo que ya podíamos, solo tenía algo en claro que era ignorar a Gine.
Cuando llegamos a Londres, me emocioné mucho. Me mareé un poco y tuve ganas de vomitar pero no se lo dije a nadie, tuve que aguantarme.
El taxi nos llevó a una casa blanca llena de plantas y una señora de cabellos rubios teñidos nos abrió la puerta. Seguramente era la mamá de Zayn.
—¿Cuándo llegará Gine? —le pregunté al oído a Zayn.
Él se encogió de hombros y empezó a saludar a todos.
El timbre sonó y una Gine enfadada entró pero sonrío a todos, no sabía por qué estaba enfada pero seguramente por qué la dejamos tirada en el aeropuerto de aquí.
—Entonces… ¿cómo se conocieron? —preguntó la madre de Zayn.
—En una cafetería contestó él.
Después de la comida, Zayn fue a visitar a sus amigos, no quise ir. Ya le habíamos dejado en claro a Gine que éramos novios cuando realmente no lo éramos.
Estaba sola en la habitación de huéspedes, como las rodillas apretadas hacia mi cuerpo. Gine también había salido, yo en cambio, no quería y si lo hacía, seguramente me perdería porque era la primera vez que venía aquí.
Mi celular vibró y el rostro de mi mejor amiga salió en la pantalla. Debería costar mucho una llamada desde allá a aquí.
—Hola, Mel—saludé con una sonrisa aunque no pudiera verme.
Ya la extrañaba.
Me asusté cuando un sollozo se escuchó del otro lado.
—¿Tina? —pregunté confundida.
Era la mamá de mi mejor amiga, esto era un poco desesperante.
—Melody—sollozó—, tuvo un accidente, bueno… la atropellaron, yo…
Ella no podía hablar y con el nudo que se formó en mi garganta yo tampoco podía.
Colgar fue lo único inteligente que se me ocurrió en ese momento.
Empecé a llorar como segundo acto, me retorcí como el tercero y lloré más como el cuarto.
Me tomé muchas pastillas para dormir en el quinto acto y mis ojos se volvieron pesados en el sexto.
Quería agua, quería café. Quería comer, quería a Zayn. Quería a mi mejor amiga.
Toques en la puerta pero estaba con seguro y mi vista se iba volviendo cada vez más pesada y nublada.
—¿Estás bien, cariño? —la vieja y cansada voz de la madre de Zayn sonó en todo la habitación.
Sollocé, no podía respirar.
—¿Te ocurre algo? ¡George! —Llamó al padre de Zayn—, ¡¿tienes las llaves del cuarto de huéspedes?!
—¡No! ¿Qué ocurre? —escuché sus pisadas más cerca.
Lloré echada en el piso, la barriga me dolía y extrañé a pancitas, el cual se había quedado con la ahora muerta Melody.
Quisiera que fuera una broma. Con el vaso de agua que no había terminado en la comida tomé más pastillas.
La puerta de entrada se abrió. Ya casi no escuchaba nada, ni tampoco veía nada y el dolor en la panza era cada vez más fuerte.
—¿Qué pasa? —Era Gine.
—¡No lo sé! —Exclamó preocupada la madre de Zayn—. ¡Tira la puerta George!
Los golpes se hacían más fuertes pero no podían abrir la gran puerta de la habitación y yo ni siquiera podía arrastrarme y abrirla.
—¡Valerie! —me gritó Gine, estaba golpeando la puerta con las manos.
Tosí. No debí tomarme las pastillas, ni siquiera debí traerlas. Me apreté a mí misma en el suelo y cerré los ojos.
—Oh Dios mío, tienes que llamar a Zayn.
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coffee || z.m
FanfictionRecuerdo nuestras mañanas de café.© Todos los derechos reservados.