coffee || z.m

|gine|

Capítulo siete:

Zayn.

—La Universidad es asquerosa—siseó Valerie.

Reí y me señalé.

—Dímelo a mí.

Ella soltó muchas carcajadas haciéndome sentir bien porque me gustaba hacerla reír mucho.

—Por cierto, tengo una tarea. Necesito dibujar a alguien y serás tú—comenté.

Su rostro palideció.

—¿Sin ropa? —preguntó.

Negué y reí con la cabeza.

—Con ropa, no me atrevería a verte sin ropa—confesé.

—¿Debo tomarlo como una ofensa? —preguntó riendo.

Cerré los ojos con fuerza.

—No me refería a eso—me apresuré de decir.

—Lo sé—frunció los labios y luego formo una sonrisa.

Entramos a mi auto. Desde ahora íbamos en mi auto a su casa, ahora yo la recogía de la Universidad, tal vez podamos llegar a ser buenos amigos. Ahora que Jo está en Londres y siento como la envidia me carcome vivo, puedo pasar todo el tiempo y puedo conocer mucho más a Valerie aunque siento que ya la conozco del todo.

—¿Trabajas hoy? —pregunté.

Negó con la cabeza.

—¿Tú?

—Yo no trabajo—contesté riendo.

—Lo sé—murmuró sonrosada.

Fruncí el ceño.

—Entonces ¿Por qué lo preguntas?

—No sé, es la necesidad de seguir la conversación—se encogió de hombros.

Reí por lo bajo.

—Bien, ¿cuál es tú banda favorita?

—Ya te lo he dicho—me fulminó con la mirada.

Me quejé.

—¿Por qué yo no puedo preguntar cosas que ya sé? —bromeé.

Sentí su mano en mi hombro y paré en la casa de Gine. Ella me miró arqueando una ceja.

—Iba a ir a tu apartamento pero ahora vamos a decirle a Gine que somos novios—sentí como se quedaba helada.

—Falsos novios—respondió.

—Sí pero no le diremos eso—le guiñé mi ojo.

Escuché su bufido para luego seguirme por detrás. Toqué la puerta de Gine y ella abrió, cuando me vio se puso en una posición coqueta.

—Hola—ronroneó mordiéndose el labio.

Valerie me empujó.

—Hola—sonrío.

Reí. ¿Esto era en serio? Al parecer Valerie quería acabar con esto ya.

—Hola, Gine. Vengo a decirte que ya no puedo follar conmigo porque…

—Soy su novia—interrumpió mi ahora compañera de ¿todo?

La cara de Gine se deformo por completo.

 —¡¿En serio?! —exclamó sorprendida.

Valerie se tapó la boca con las manos.

—¡¿En serio también?! —preguntó la chica de cabello azul (Valerie), también.

Las miré confundidas.

—¡Es Gine la recepcionista! —la señaló.

Bufó.

—¡Ella llama a su gato pancitas y…!—pauso—, ¡Y tiene el cabello azul!

—Eso no importa—Valerie se giró hacia ella.

Llevé a Valerie por la cintura.

—¡Gracias por todo Gine! Ya no te puedes meter conmigo porque amo a mi novia—grité y mentí a la vez.

Valerie se trepó al auto enfadada y fruncí el ceño.

—¿Por qué estás enfadada? —le pregunté arqueando una ceja.

Gruñó y se encogió de hombros.

—No lo sé—respondió.

Reí fuertemente.

—Fingiré que esté día no ha pasado—arranqué.

—Haré lo mismo—contestó.