Rey se estiró en la cama y le tomó unos segundos recordar donde estaba. Cierto, la habitación de Kylo Ren. Entumida, se levantó y caminó rápidamente al baño que le habían señalado el día anterior, y agradeció el agua caliente de la ducha. Cuando llegó al comedor Ben se encontraba preparando un engrudo poco atractivo sobre el mesón, en una escena que a Rey se le antojó demasiado hogareña. Los aromas del pan rehidratado le abrieron el apetito.- Buenos días- dijo ella con timidez, inevitablemente recordó la voz a través de la puerta de la noche anterior.
-Buenos días - respondió él sin mirarla, concentrado en lo que hacía. Rey se sentó a la mesa y observó el montón de mantas sobre un asiento alargado al costado del comedor.
- ¿Dormiste aquí?- le preguntó la muchacha. Dándole la espalda, Ben sonrió de medio lado, siempre le habían sorprendido esas muestras de preocupación Aun cuando ella piensa que soy un monstruo, pensó - No se ve muy cómodo- insistió ella.
- Es suficiente para mi- le dijo él dejando los cuencos en la mesa y sentándose en frente de ella - Come, tenemos un largo día por delante-
Rey probó el engrudo, estaba tibio y sabía mejor de lo que se veía, sin duda mucho mejor que las porciones rehidratadas que comió por tantos años.
- Cómo aprendiste a hacer esto? No crei que tuvieras que cocinar en la Primera Orden- bromeó
-Mi madre solia hacerlo, cuando yo aun vivia con ella- comentó el mientras tomaba un poco de leche azul
-Ah...- suspiró con nostalgia. Imaginó a un pequeño Ben sentado a la mesa y a una joven la general Organa acariciandole el cabello con ternura, compartiendo un desayuno en familia. Nunca sabré como es eso pensó con amargura.
Ben estaba concentrado en su plato, y Rey se dio un momento para contemplarlo, la cicatriz roja que ella misma había puesto aun resaltaba en su rostro. El moretón de su ojo izquierdo y el magullón de su pómulo la perturbaban. ¿Qué le haria Snoke si supiera de su plan? El labio partido comenzó a sangrarle mientras comía.
-Deberías poner una venda de bacta en eso- dijo como restándole importancia, mientras engullía un poco más de su comida - Está sangrando-
El muchacho se limpió la boca- No soy muy bueno haciendo curaciones, los robots lo hacen todo en la base- se excusó
- Yo puedo hacerlo- se ofreció ella con una sonrisa - no hubiera sobrevivido si no supiera hacerlo- insistió. ¿Por qué eres tan buena conmigo? Se preguntó Ben, obligado a enterrarse en su plato para cubrir su rostro colorado.
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Luego de rastrojar en las habitaciones encontraron la sala medica del refugio, tenía suministros antiguos pero aun útiles. Ben se sentó en la camilla que estaba en medio de la sala, iluminado con la luz amarillenta de una lampara portátil. Rey a su costado preparaba el material de limpieza y curaciones, y su corazón se agitaba nuevamente por la cercanía inevitable de aquella muchacha.
Por su lado Rey luchaba con su propia emoción, ¿Por qué tenia que ofrecerme a curarlo? se reprochó nerviosa tratando de concentrarse en las herramientas.
- ¿Listo?- le dijo poniéndose frente a él - Trataré de que no duela mucho- dio un paso hacia adelante, quedando sus rostros frente a frente, y trató de concentrarse en la herida del pómulo -Levanta la cabeza- le pidió al tiempo que le movía la cabeza con un dedo en su mentón. Ambos tuvieron que ignorar la sensación electrizante de aquel primer contacto.
Rey limpió delicadamente la herida, y mientras lo hacía Ben pudo observarla sin restricción, sus brazos, sus manos, su cuello que se contraía con sus movimientos. Se sonrojó levemente al reposar la mirada en sus pechos. Tragó saliva, esperando que Rey no pudiera escuchar el estruendor de los latidos de su corazón, y miró sus labios, sintiendo como nuevamente se despertaba el deseo en él. Se percató de como la respiración de Rey le acariciaba el rostro y tuvo que apretar el puño en la orilla de la camilla para refrenar su ansiedad.
- ¡Lo siento te hice doler!- dijo ella viendo su reacción. El rostro de Ben estaba sin expresión.
- No. Continua - le ordenó. Tragó saliva otra vez y volvió a mirar su rostro, tan cerca...
- Pondré el bacta ahora- le indicó ella mientras desviaba su atención a la bandeja con el material. Rey preparó la venda y comenzó a extenderla con delicadeza sobre la herida. El nerviosismo inicial de sentir a Ben tan cerca aun no se calmaba, en la fría habitación casi podía sentir el calor emanando su cuerpo masculino, y su respiración acariciándole el cuello hacia que concentrarse en su tarea fuese particularmente difícil. El silencio entre ellos solo hacía la situación mas tensa, y tanteando en la Fuerza Rey no había podido detectar nada de él.
Terminó de cubrir la herida con la venda y se dió un momento para mirar el rostro del muchacho, sus ojos oscuros la miraban intensamente, siempre con un dejo de tristeza, pero mas allá de eso no sabia que había en su mente. Su agitación no le permitió sostenerle la mirada, en cambio se fijó nuevamente en la cicatriz fresca que ella había dibujado a través de su rostro. Inconscientemente acarició la linea roja, sintiendo el relieve bajo sus dedos, en un tacto largo y tibio, electrizante.
- Lamento esto...- le susurró Rey mientras recorría la cicatriz de su rostro. Volvió a mirarlo a los ojos.
- Es lo que merecía- le dijo él igual de quedo. Los dedos de Rey bajaron por su rostro hasta posarse en sus labios, donde la chica ahora clavó la mirada. Su pulgar tocó suavemente la costra del labio inferior partido, y algo en su interior le dolió con añoranza, con un calor y una fuerza que la asustaba
-Rey...- susurró él, despertándola de aquel trance.
-Shhh... te curaré esto ahora- dijo ella, volteándose y poniendo atención nuevamente a los implementos de curación de la bandeja ¿Qué estoy haciendo? se dijo con el rostro aun encendido.
Rey le limpió con suavidad el labio y él volvió a mirar su rostro, atesorando cada detalle, se dió cuenta del cumulo de pecas al rededor de su nariz y del rubor de sus mejillas, de como fruncía el ceño cuando estaba concentrada. Ben sentía el deseo agonizante de apretarla contra su cuerpo, pero el temor a su rechazo lo paralizaba, solo le quedaba el conformarse con esta cercanía, y memorizar cada pequeño detalle de su rostro.
- ¡Listo!- dijo ella finalmente con una sonrisa. Ben bajó de la camilla quedando de pie frente a ella, mostrando la diferencia de estatura natural entre ellos.
- Bien, entonces comencemos el entrenamiento- dijo fríamente y salió raudo de la habitación.
La muchacha guardó los implementos de curación con desgano ¿Qué estaba pensando? ¿Acaso creí que el "Gran Kylo Ren" iba a darme las gracias? -Argg!- Gruño exasperada con los puños apretados contra la camilla. Suspiró pesadamente y sacudió la cabeza para despejarse antes de salir de la habitación.

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-BREATHE-
FanfictionDesde aquella noche en que la Fuerza los unió, no han podido olvidar su tacto. Kylo Ren en el vacío del espacio, Rey en una isla sagrada. Ambos solitarios y la Fuerza trabajando para unirlos. (Todos los derechos al autor de la imagen de portada)