La vida nos odia ⁞ Nightcross

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Cross muy concentrado escogía la carta correcta para poder ganar el juego. — ¡Cross! — El grito hizo eco en las paredes de todo el inmenso castillo.

— ¿Qué? —Respondió el susodicho al tener a Nightmare de pie a un lado, pues él estaba sentado en el suelo jugando cartas con el resto de su grupo.

— ¿Tomaste mis cosas? 

— ¿Ha? ¿Yo? Obvio no, ni que estuvieran tan interesantes. 

— ¿Y qué? ¿Entonces por qué mi corona estaba en un nido de pájaros? 

Cross lo pensó. —Necesitaban un nido, duh. —Nightmare inhaló profundamente preparándose para otro reclamo cuando el chico le puso un alto a sus palabras levantando un dedo frente a su rostro. —Espera, es mi turno. — Dijo manteniendo su concentración en las cartas.

—Lo repetiré de nuevo, ¿por qué mi corona estaba haciendo de casa para unas aves? — Interrogó con molestia y una sonrisa, que a vista de todos era tétrica.

—Ya te lo dije, necesitaban una casa. La pajarita va a tener bebitos. 

— ¿Y eso que tiene que ver conmigo? 

—Pensé en construirles una casa, pero no soy bueno en eso, así que, mejor llené tu corona de paja. —Sonrió. —Astuto, ¿no? —Nightmare se mantuvo viéndolo fijamente sin una sola expresión. Cross lo entendía perfectamente. —...¿Me das diez segundos de ventaja?

—Cinco. 

— ¡¿Cinco?! ¡Eso no es nada!

—Cuatro. 

— ¡No, espera! ¡Ya, ya voy!