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Christofer


Justo en la camilla esta acostado un chico que en apariencia física es idéntico a mí y hasta las expresión facial de sorpresa que ahora posee es idéntica a la que estoy teniendo yo en este momento.

—¿Quién eres? -Incluso escuchar mi voz en la boca de él me pareció muy extraño.

Es anormal verte a ti mismo en otro lado que no sea solo un reflejo. Me fije mejor en él y noté que tenia un pie enyesado y con varias vendas.

-/—Soy Christofer McWhite. Un placer, ¿y tú eres? —Cuestioné poniendo mi rostro serio que siempre usaba frente a la empresa.

—Soy Esteban O'Neal. Esto es tan extraño, ¿por que te ves idéntico a mí?

Fue la pregunta que me hizo y me dejo paralizado porque por primera vez no sabía que responder.

—No lo sé, estaba a Punto de preguntarte lo mismo. —Admití en voz alta y me acerqué a la cama de él.

—¿No somos hermanos gemelos o algo así? —Pregunto mientras reía de manera nerviosa.

Soy adoptado. Esa podía ser una gran posibilidad de que fuera cierto y tenía un hechizo en mente que me ayudaría a descubrir si eso era cierto o no. Me senté con más confianza en su cama bajo su atenta mirada y agarre sus manos.

Dos ecos iguales, susurro celestial. Déjenme ver en su mente hacía atrás.

Cuando terminé de pronunciar mi hechizo este se activo de manera instantánea y mucho más poderoso de lo que alguna vez pensé por lo que a mi mente llegaron sus recuerdos desde que era un niño hasta este momento. Todos los sucesos que vivió con su padre a quién él amaba profundamente, cuando su madre se casó con su actual padrastro y este comenzó a golpearlo a ella y él, como en la escuela le maltrataban y hacían bulyng porque le costaba usar su magia aunque en realidad no era así. Cada emoción vivida fue compartida a mi mente y sentí que había vivido dos vidas.

Separé mis manos de las suyas y ví a Esteban mirarme con tristeza y un poco de vergüenza a la cara por ver toda su vida. Sus sentimientos aun podía sentirlo y de pronto escuche algo dentro de mi cabeza.

<<-¿Por qué quiso ver mis recuerdos?>>

—Perdón por ser tan intrusivo en tus recuerdos, no fue mi intención, mí magia al parecer reaccionó a la tuya y se intensificó. —Él solo asintió ante ello y pensé que teníamos incluso el hoyuelo en el mismo lado.

—Puedo oírte. —Dijo asombrado mirándome a la cara.

—Si, lo se y es rarísimo. —Admití para también reír.

—¿Cuántos años tienes? —Fue su manera de iniciar un tema de conversación.

—Dieciocho cumplidos hace tan solo dos meses atrás. —La fuerte carcajada se oyó por toda la habitación después de que le respondí.

—Creo que hasta tenemos la misma fecha de cumpleaños. —Me aclaró la razón de su repentina risa.

—Pues creo que somos gemelos. Von Trein, puede pasar. —Llamé fuerte al doctor que estaba afuera esperándome.

—¿Para qué me necesitas niño? -Me preguntó poniéndome ese apodo que a mi me molestaba de sobre manera mientras su rostro tenía una sonrisa.

-¿Qué le sucedió a Esteban? -Cuestione ya que me pareció raro sus golpes en la cabeza y su pierna quebrada.

-Lo atropellaron cerca del History Natural Museun. Un conductor se pasó el semáforo en rojo por estar alcoholizado. -Fue su explicación.

-¿Cuanto tiempo llevo aquí? -Indague.

-Unas horas solamente, eso fue a la mañana. -Me contestó Von Trein.

-¿Mis compañeros no me buscaron? -Indagó un tanto decepcionado.

-¿Cómo te llamas muchacho?

-Esteban O'Neal, doctor. -Vi a mi doctor poner ojos de orgullo al ser llamado por su título.

-Creo que hace dos horas llamaron preguntando por ti, pero como asumieron que eras Christofer te registramos como tal. -Informó.

-¿Tienes algún número para avisar que estas aquí? -Cuestioné a lo que me negó.

-Llamaré a Romina y ella explicará la situación a tus profesores. Pero no diremos que te pareces a mi. Pensándolo mejor nadie tiene que saberlo.

Planifique teniendo un idea en mente que instintivamente me hizo sonreír.

-¿Qué planeas hacer muchacho? -Me trató de advertir el doctor al cual no le hice caso.

-Esteban,- llamé su atención -tu estadía en éste hospital corre por mi cuenta y tómalo en atribución y disculpa por inmiscuirme en tus recuerdos. -Le pedí a lo que el solo asintió.

Dicho eso entre al cuarto de baño y marqué el numero de teléfono de Romina.

-¿Qué sucede corazón? -Habló de forma melosa tal cual siempre lo ha hecho.

-Quiero que vengas al hospital de Von Trein y te encargues de mi, estoy en la habitación del tercer piso, ya te dirán en que número. -Fue lo único que le dije para cortarle la llamada, ya que la conocía de sobremanera ella vendría en pocos minutos si le decía que estaba mal.

Salí del baño y vi a Esteban riendo con Von Trein. Nunca pude llamarlo por su nombre, siempre lo había llamado por su apellido o por el apodo que le había inventado, Tren. No es el apodo mas original pero para mi era excelente.

-Ya viene hacia acá. -Le dije a ambos.

-¿Quién?

-Romina, Tren. ¿Quién más esperarías?

-Bien, te quedarás un día mas en observación y luego podré darte de alta. -Le habló a Esteban ignorando mí apodo aunque un leve sonrojo cubrió sus mejillas.

-De acuerdo. -Fue su única respuesta.

-¡Dios! Son el mismo rostro y cuerpo y son tan distintos. -Rió por sus propias palabras Tren.

-Tren, ¿podrías dejarnos a solas? -Le solicité poniendo esa cara de borrego a medio morir que siempre había hecho desde que era un niño pequeño, él apenas me vio bufo en molesto porqué como siempre iba a hacer lo que le pedía.

-Algún día podré decir que no a tus caprichos. -Chilló él a lo que reí.

Apenas salió por la puerta me encamine hacia la cama para sentarme en ella. Esteban aún me miraba no pudiendo creer lo que veía y yo creo que tenia la misma cara.

-¿De dónde vienes? -Traté de entablar una conversación mas personal con él para que él entrara en confianza conmigo aunque yo sabía su vida por medio de la conexión era mejor que el mismo me contara las cosas, así el podría también preguntarme cosas y conocer un poco mas de mí.

-Danville, Virginia. Y tú ¿eres de aquí?

-Si y, ¿tus padres? -pregunté pero al instante noté como su rostro se ensombrecio.

-Vivo con mi madre y mi padrastro. Mi padre falleció. -Fue lo que me respondió aunque creí que no lo haría.

-A los mios los enterré hoy. -Se me escapó de repente haciendo que la barrera emocional se rompiera soltando las lágrimas que no había soltado a causa del dolor de perder a mis padres.

No sé exactamente la razón o más bien el sentimiento del lazo pero llorar frente a él no me hizo sentir mal, todo lo contrario, me hizo sentir acompañado. Él al verme llorar me abrazo por instinto y acarició mis brazos en señal de apoyo mientras guardaba silencio. Lo había conocido hace como una hora y sentí su compañía tan familiar.

Soy Tu Reflejo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora