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Cuando Celeste llegó a mí lado la felicité por haber ganado a una de las amigas de Douglas. Ella solo se sonrojo y se sentó junto a mí a mirar el duelo de otros dos compañeros en la arena.

—Estar aquí es muy distinto a estar allá dentro.

Admitió ella. Yo solo coloqué mí mano en su hombro feliz por verla pasar a la siguiente ronda después de dar una muy buena batalla de inicio y por sobre todo del como Shelby desde el otro de las gradas miraba enojada a Celeste por su derrota. Douglas tenía una cara de suficiencia hacia mí pensado obviamente en el comentario que hizo en la cafetería y que de seguro ganaría, pero como solo podía hacer gestos obscenos por la distancia y la presencia de los profesores y el director no le presté mucha importancia y me centre en los duelos. Tan solo ansiaba mí turno para liberar a mí familiar y demostrar que tan debajo de mí nivel se encontraban todos.

Los familiares eran seres mágicos unidos al alma de su mago, concordaban en poder con su brujo y con su elemento más fuerte y era su fiel compañero, si uno moría el otro también, por lo que la mayor parte del tiempo vivían dentro de su mago. La clase de familiar demostraba que tan poderoso era el mago. Habían distintos tipos y niveles pero no existía familiar más poderoso que un dragón, y estaba seguro que tan solo Esteban y yo teníamos uno como familiar entre todos los estudiantes.

Los dos que estaban ahora en la Arena eran chicos. Dylan, del grupo de Shelby y compañía con un caballo bicolor entre marrón y blanco, de los elementos aire y tierra al que llamó Arett; el otro, Mikael, con un lobo negro con la cola y los ojos en llamas llamado Frex. Pese a que el chico con un familiar de doble elemento era por definición más poderoso, no era bueno haciendo hechizos o estrategias de ataque y contraataque, por lo que el chico con el lobo aprovecho eso a su favor y logró vencerlo en un ataque doble con su familiar dejándolo inconsciente tras chocar contra la barrera.

—Y pasa a la siguiente ronda, Mikael. —Grita la profesora a lo que todos aplauden para celebrar al ganador.

De esa manera otros compañeros se baten a duelo. Cada vez que el director saca los papelitos y llama a los estudiantes a la Arena todos hacen silencio. Hasta el momento se vió familiares de todas formas, tamaños y elementos como así categorías, ganando no sólo aquellos con mayor poder, sino aquellos chicos y chicas que supieron manejar mejor la presión y formar una estrategia para darlo todo. Por ende en la segunda ronda de competidores lograron acceder familiares perros, gatos e incluso conejos además del colibrí de una estudiante del que Douglas se burló cuando lo invocó. También estaban los animales más grandes, como tigres y leones con dos o un elemento que, combinados con sus magos realizaron grandes tácticas en ataques combinados obteniendo la victoria de manera espectacular. Celeste y yo lanzamos vítores aquí y allá, alentando a todos aquellos que luchaban contra los del grupo de Douglas aunque no los conocíamos.

Ya más de la mitad había estado en duelo de la primer ronda y aún no había sido llamado ni Douglas tampoco. Con muchas ganas de salir, Kodak deseaba enfrentarse a su familiar para defender a mí familia. El duelo que estaba llevándose a cabo queda ganado por una chica rubia con un toro de fuego y tierra contra otro con un caballo de viento de tierra de una chica castaña. La profesora dice el nombre, el cual no escucho por prestar atención al director que se pone de pié para llamar a los próximos combatientes.

El director mueve sus manos por la fuente de cristal ya medio vacio de papeles con nombres y extrae dos nuevamente, da un  carraspeo para que todos prestaran atención y así poder llamar a los próximos estudiantes a la Arena para el  duelo.

—Pasa a la Arena... Douglas Marsh y ...—dejo el papel con el nombre de Douglas y abrió el otro—... Esteban O'Neill.

Mí suerte no podía ser mejor, me iba a enfrentar en el primer duelo al idiota que se creía "el mejor de la clase" y quién siempre trató tan mal a mí hermano, lo iba a humillar frente a todos en la escuela para darle una lección, como quien dice, le daré una cucharada de su propia medicina.

Soy Tu Reflejo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora