Abro mis ojos y trato de enfocar la vista. Cuando por fin pude prestar atención a mi entorno ví a Erik parado junto a dos adultos tratando de calmarlos a la vez que ellos bastantes alterados trataban de ingresar a la habitación. Romina junto a él apoyándolo para que no se salieran de control mientras Mirian estaba a mí lado. Baje mí vista a mí mano la cual la tenía entrelazada con la de Isaac quien aún seguía inconsciente, pero visiblemente mejor, su respiración era tranquila y su temperatura ya estaba normalizada.
—¡Queremos ver a nuestro hijo! —demando el hombre en la puerta tratando de entrar a la habitación mientras la mujer miraba preocupada a Isaac.
—¿Estás de vuelta? —Mirian pregunta a mí lado.
—Si.
—Esteban, ¿Cómo está? —Habló Erik por sobre la demanda del hombre que parecía a punto de saltar a su cuello para acabarlo en un mordisco.
—Ya se encuentra estable, ahora mismo solo está descansando. Necesita que no lo muevan ni molesten, está muy agotado por lo que es prioridad que recupere sus fuerzas, además cuando despierte estará hambriento.
Mí voz sonó ronca. No sabía cuánto tiempo paso desde que comenzó el hechizo o cuanto tiempo había estado dentro de su cabeza pero debió transcurrir por lo menos una hora o dos, Esteban no estaba en ningún lado ni Franco tampoco.
—¡Necesito llevar a mí hijo al hospital de la manada, ahora! —demandó el hombre nuevamente.
—Ya escuchó. Debe permanecer aquí hasta que despierte. Casi se perdió en su lobo por lo que no es conveniente moverlo a ningún lado. Soy doctor y estoy perfectamente capacitado para atender cualquier necesidad de su hijo, señor Ludy.
—¿Puedo pasar a verlo? —habló la mujer mucho más calmada que su marido pero igual de preocupada.
—Adelante, pase. —La invité a entrar poniéndome de pie con ayuda de Mirian quien me sostuvo por el pequeño mareo que me atacó para luego soltarme para dejar el lugar que tenía a ella.
La mujer se acercó a mí y me miró a los ojos fijamente por unos momentos para luego sentarse y agarrar la mano que anteriormente yo estaba sosteniendo. Ella comprobó su temperatura y la respiración de su hijo para posteriormente suspirar aliviada.
—Ismael. Está bien, nuestro niño está durmiendo.
—Teresa...
—¿Qué fue lo que sucedió? —habló ella, claramente preocupada por su hijo.
—Estaba perdiéndose en su lobo. Afortunadamente a que mí tío que nos visitaba desde Nueva York y es un excelente médico, como han comprobado gracias a su rápida intervención su hijo logró recuperarse bastante rápido por lo cual no ocasionará secuelas debido a su estado.
Ambos padres dieron un gemido de preocupación. Ellos como lobos sabían que perderse en su parte animal era algo muy delicado y peligroso. El hombre ya calmado entro dentro de la habitación pero de pronto levantó la vista y olió el aire. Mirian rápidamente fue hasta la ventana y la abrió para que circulará el aire y se logrará dispersarse el aroma de Franco.
—¿Por qué? ¿Qué detonó está situación? Noté que estaba mal y que ya no comía o dormía bien pero nunca pensé que estuviera tan mal.
—Eso es cierto, lo noté decaído y cuando no me quiso decir porque estaba así lo regañe y lo castigue.
Ambos padres miraban a su hijo con preocupación, su pecho subía y bajaba al ritmo de sus respiraciones y ninguna de las tres marcas que antes habían brillado en su pecho estaban.
—Creo que fue mí culpa.
—¿A qué te refieres? —Ismael me miró con molestia.
—Soy la pareja destinada de su hijo y le dije que estaba saliendo con otra persona.
—¡¿Qué?!.
Todos los adultos en el cierto me miraron con asombro en su rostro. Mirian y Romina rápidamente se posicionaron junto a mí para apoyarme mientras que Erik asentía en señal de aprobación.
—Eres la pareja de mí hijo...
—Asi es. Y debo confesar lo he descubierto minutos antes mientras entraba a la mente de Isaac.
—Tienes una suerte de perros. —Comentó Romina a mí lado riéndose sin importar la mirada de enojo que Von Trein le dirigió por su comentario.
—¿Qué acaba de decir sobre mí hijo? —Ismael, ofendido, se paró molesto.
—Pues señor... —Romina dió un paso adelante pese a que claramente Erik hacía señas para que no lo hiciera. Pero era muy tarde, una vez que comenzaba no se detenía más—. Es una pena pero su hijo no es un santo de mí devoción. Desde que ingresó al instituto ha estado agrediendo tanto física, mental y sentimentalmente. ¿Qué crees que provocó eso en él? Eh...
—Lo siento. No sabía nada de eso. —Confesó Teresa.
—Yo tampoco. —Aceptó su esposo.
—Es normal que ahora no lo quiera cerca.
Siguió defendiendo Romina. Mirian la miraba agradecida y orgullosa, pues tenía el valor y la fuerza para defender a alguien que no era nada de ella hasta hace poco.
—Tienen que entender los sentimientos de mí hijo. —Mirian me apoyó también.
—¿Podríamos hablar abajo ya que mí paciente necesita dormir sin interrupciones? —Medio pidió medio ordenó Erik, haciéndose a un lado para dejar el camino libre en la puerta.
Todos captaron su indirecta y su mirada y de uno a uno fueron retirándose rumbo a la sala. Fui el último en salir para que luego el doctor cerrará la puerta. Una vez todo bajaron y tomaron asiento, Mirian se disculpó para ir a la cocina a preparar té para todos siendo acompañado por el doctor. Ambos padres se sentaron en el sofá largo, ya más tranquilos mientras que yo me acercaba a mirar por la ventana. El auto de Franco no se veía por ningún lado y la conexión no estaba, donde sea que se habían ido no iban a volver hasta que los llamemos. Era ya de noche y deseaba que este lunes de una vez terminara. Todos guardaron silencio hasta que Mirian junto al doctor volvieron a ingresar a la sala, uno con una fuente lleno de tazas de té y otro con aperitivos para acompañar.
—¿Qué sucederá ahora? —tomó la palabra Teresa por todos los presentes.
—No lo sé, —admití pues era la verdad. No sabía que sucedería de aquí en más—. Pero de algo estoy seguro, sea lo que sea que pasé se decidirá entre Isaac y yo, por lo que pediría que ninguno de ustedes interfieran.
—Pero mí hijo...
—No. —Corté antes que Ismael se atreviera a comenzar—. No les estoy preguntando, solo fue una advertencia. Ahora, si me disculpan iré a atender a Isaac.
Subí las escaleras para volver a ingresar a mí habitación. Me senté y miré a quien por mucho tiempo lastimó a mí hermano. Yo estaba destinado a él, que irónico resultó las cosas y que problemas me trae esa información. Me recosté contra la cama a pensar.
—Papá... Mamá... ¿Qué hago?...— susurré soltando una lágrima.
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Soy Tu Reflejo©
WerewolfDos bebes, separados al nacer por distintas familias, crecerán y se convertirán en dos grandes jovenes con distinto carácter pero el mismo corazón. Christofer y Esteban, gemelos idénticos se conocerán en en una trágica situación dónde Christofer de...