Soy Tu Reflejo©

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Erik parecía estar desesperado recitando hechizo tras hechizo mientras tomaba prestado las energías de Mirian y Romina. Ambas mujeres parecían agotadas mientras daban todo lo que podían para mantener el sello que se estaba formando. Una vez que estos estuvieron grabados en la piel brillando tenuemente los tres se relajaron. El doctor sostuvo a su lado a Romina cuando esta, agotada por el esfuerzo, casi se cae de rodillas. Mirian en cambio con toda la dignidad de una dama fue y tomó asiento en la silla del escritorio.

-Temo que tienes razón Franco. Logré retrasar lo máximo posible que suceda pero si no hacemos algo pronto temo y que suceda algo que pueda no se pueda revertir.

Las palabras de Erik provocaron en mí dos reacciones distintas, culpa, pues no me había percatado de que Isaac estaba en mal estado y quería lastimarlo más y la otra, una retorcida sentía satisfacción de victoria por la justicia llegó, haciendo crecer mí culpa.

-¿Cómo es-stá? -la voz de mí hermano me trajo de nuevo al presente.

-Esta estable por el momento- suspiró mientras veía a su paciente en cama-. Pero no sé por cuánto tiempo podré mantenerlo de esa manera, dependeremos de que luche y trate de tranquilizar sus parte animal y humano aunque esta mal, parece que no ha comido ni dormido en días y su mente es un completo desastre para llegar a él.

-Su lobo está sufriendo. Lo siento en su aroma.

-Tendremos que avisar a sus padres.

-Yo me ocupo de eso. -Mirian dijo reuniendo fuerza para ponerse de pie y salir de la habitación para ir al teléfono.

-Tengo que pedir asistencia. -Informó Erik sacando su móvil del bolsillo.

-¿Podrías bajarme junto a él? -pidió Esteban a Franco. El con duda lo bajo en la cama.

-¿Qué haces? -.

-Ayudarlo. -Aseguró mientras agarraba su mano.

-¿Por qué querrías ayudar a una de las personas que más daño te ha hecho?

-Porque dejando de lado lo que sienta o lo que él me haya hecho es lo correcto. Si tengo la oportunidad de ayudar a alguien lo haré, no me quedaré de brazos cruzados.

Franco apartó la vista mientras trataba de disimular la lágrima que se escapó. Tonto. Es tan bueno que dejará del lado el pasado para darle una oportunidad a su peor enemigo. Mí corazón duele, porque por más que parezca que soy más fuerte que él la verdad es todo lo contrario, no poseo la fuerza de espíritu tanto como él, su facilidad de perdonar y dejar atrás todo como si nunca hubiera existido o restándole importancia. Un sentimiento de amor y agradecimiento por Dios, la vida o cualquier fuerza mayor que me dió a Esteban como hermano se instaló en mí y una nueva meta surgió, quería ser digno del cariño de mí hermano y de su grandiosa bondad y amor.

-Estoy orgullosa de ti cariño. -Mirian se acercó a Esteban y lo lleno de besos en el rostro-. Ya avisé a sus padres, estarán aquí en breve.

-El equipo médico mandará a sus mejores expertos aquí también. Expliqué que era muy peligroso mover a Isaac de este lugar. -Nos dió aviso el doctor cuando ingresaba a la habitación.

-Tendrán que apurarse, los sellos se debilitan.

-¿Crees que puedas ayudar? -le pregunté a mí hermano a lo que esté asintió.

Sabía que luego me arrepentiré de lo que estaba a punto de hacer pero en este mismo momento era importante apoyar a mí hermano. Me senté del otro lado de la cama y pude percibir más de cerca el estado de Isaac. Transpiraba mucho y parecía que estaba sufriendo porque su rostro tenía el ceño fruncido, lo que sea que esté provocando su malestar debía de ser grave.