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—¿Christofer? —Me miró buscando una respuesta. Siguió  olfateando el aire y sus ojos cambiaron a los de su lobo y miró a Esteban fijamente.

—¿Qué haces abriendo la puerta muchacho y no descansando? —Le reprendió Von Trein, Franco gruño en su dirección a él.

Esto definitivamente se estaba volviendo bastante estraño, Franco al parecer el día de hoy no podía controlar a Tyr y eso era completamente anormal.

Por precaución me acerque a Esteban para darle seguridad y lo abracé.

—Hola hermano—. Saludé, haciendo que mi mejor amigo volviera en si y me mirara con mucha confusión.

—Hola. Fue su tímida respuesta.

—Quiero una explicación de porque hay alguien idéntico a ti en este puto instante sentado en una silla de ruedas lesionado en tu casa y, ¿Por qué coños lo has llamado hermano?—.

Franco tenía la costumbre de cuando una situación lo superaba se dejaba dominar por los instintos de Tyr y atacaba verbalmente, se comportaba  bastante rudo.

—Pasa y adentro y hablamos.

Tomé el manubrio de la silla de ruedas hasta llevar a Esteban a la sala y ponerlo al lado de donde me senté, frente a mi se sentaron Romina y Von Trein mientras que Franco se mantenía en pie mirando de mi a Esteban y viceversa.

—¿Has dormido bien? —Preferi prestar atención a mi hermano ya cansado del actuar de mi amigo. Ya se calmaría.

—Demasiado bien, tu cuarto es gigante y la cama es tan comoda que casi ni sentí el yeso—. Confesó, logrando que sonriera.

—Deja de sonreír con cariño, me da escalofríos—. Se burló de mi Tren. Rodé los ojos por su comentario.

—Me alegro.

—¡Me vas a explicar de una vez!—. Reclamó mi mejor amigo a lo que hice invocar mi magia ya que había asustado a Esteban.

Kodak rugió desde mi interior en defensa haciendo temblar la casa  asustando al alfa que había frente a él. Desde que había llegado había sentido la conexión de nuevo con Esteban y como mí magia aumento exponencial me.

—Puedes sentarte, calmerte y luego te lo explico.

Franco sólo acató mi pedido sentándose en la otra silla individual.

—El día de ayer, luego del entierro de mis padres llegué a casa y a la media hora recibí una llamada de Von Trein diciendo cosas extrañas y solicitando mi presencia de inmediato en el hospital, accedí a ir. Cuando llegué fui directo a donde él estaba y solo me indicó que si quería saber que sucedía que entrara a la habitación detrás suyo. De seguro si hubieras visto mi cara de sorpresa al ver a Esteban te hubieras destornillado de la risa. —Miré unos momentos a mi hermano quien tenía un ligero sonrojo por la inquisitiva mirada de Franco—. Ahí lo vi, me acerqué a él y como sabrás Kodak por instinto me hizo que urgara en su memoria.

Y así seguí relatando todo lo que paso el día de ayer hasta los sucesos de hoy, Franco no había dejado de mirar a Esteban y estaba muy callado.

—Von Trein, ¿son hermanos de sangre o una muy extraña y loca  coincidencia? —Preguntó.

—Hermanos de sangre, comparten madre y padre. —respondió.

—¡Mierda!, esto es tan extraño—. Se quejó.

—No me parece para tanto—. Expuse.

—No lo entiendes. —Gritó.

—¡¿Que es tan difícil de entender?!, ¡es mi hermano gemelo!—. Respondí ya que su actitud estaba colmando mi paciencia.

—¡Es extraño que mi pareja destinada sea la copia exacta en apariencia de mi mejor amigo!—. Confesó, logrando instalar en la sala un silencio sepulcral.

Romina estalló de repente en carcajadas haciendo que todos la miremos con cara de "¿en serio?".

—¿Qué? —se hizo la desentendida—, tienen que admitir que la situación es hasta cómica.

—¿Pareja destinada?...

La voz de Esteban me hizo verlo a los ojos, el miraba fijamente a Franco y viceversa. ¿Tenía algo de malo que eso suceda? No. Yo mas que nadie conocía a mi amigo y sabía que podía hacerlo muy feliz. Rápidamente un plan perfecto se formó en mí mente pero aún no era el momento, primero tenía un plan que concretar.

—Que bueno. —Coloqué mi mirada seria haciendo que todos se mantuvieran en silencio . Los tres que me conocían tragaron duro al verme, ya sabían que nada bueno para ellos iba salir de mi.

—Otra vez no. —Se quejó el doctor.

—Tengo que volver, falta poco para que termine el horario de clases.

—El helicóptero ya esta por llegar. —Me informó Romina.

—Sabes que eres la mejor del mundo. —La halague a lo que ella sonrió y viró sus ojos.

—¿Cómo que te vas? ¿Qué sucede? —Franco aún no creía que era buena idea de usurpar el lugar de Esteban y él el mio.

—Te dejo a cargo de mi hermano pues ya es momento de que vuelva, quédate aquí en la casa y cuidalo.

—¿Cómo que a cargo?, ¡Christofer!—. Se quejó.

—Simple, te quedarás a vivir acá por seis meses mientras ayudas a  mí hermano a hacerse pasar por mí y en ese tiempo tienes la oportunidad de conocerlo, ¿no es una gran idea? —Expuse.

—Eres un vil monstruo, sin corazón y manipulador, el ni siquiera a dicho una palabra desde que estamos aquí. —Se quejó con aún mas fuerte como si fuera un niño pequeño haciendo reír a todos.

Me acerqué a Esteban y lo tomé de las manos: —¿Estarás bien?

—¿Prometes que mamá no sufrirá?

—Nunca lastimaría a alguien inocente, su amor por ti es tan grande que sé que ella me descubrirá pronto, como decía mamá: "una madre conoce mejor que nadie el corazón de su hijo."
—Él se acercó y me abrazó.

—Dale una oportunidad, él es bueno. —Le aconsejé.

—No es justo, yo también quiero un abrazo porque está confusión me hizo muy mal. —Franco hizo reír a todos otra vez diciendo aquello en voz alta.

—¡Ya callate o te callo!. —Amenacé.

—Niño, deja de dar miedo. —Me reprendió el doctor.

—Si, Tren, andando. —Reí ante mi propio chiste.

Un pitido en el celular de Romina y el sonido que provocaban el motor y las hélices del helicóptero me indicó que ya estaba aquí, me despedí de todos dejando a Franco por último. Le pedí que me acompañe mientras Romina llevaba a ambos hombres a la cocina a preparar algo para almorzar.

—Con que un hermano, ehh...

—Si, quién lo diría que justo cuando creí que me quedaría completamente solo aparecieria él.

Mi voz sonaba melancólica, extraño a mis padres mas que a nada y creo que nunca podré superar su muerte. Aunque no por ello me dejaría estar ni mucho menos estar por siempre deprimido, la vida sigue y yo con ella.

—Siempre admiré eso de ti, pareces no sentir nada pero a la vez sientes todo, admiró esa fuerza para superar todo. —Confeso haciendo que mi corazón quede tibio.

—Sabes que mientras tenga algo por que luchar seré fuerte, y ahora lucho por vengar a mi hermano y descubrir quiénes son nuestros verdaderos padres.

Soy Tu Reflejo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora