CAPITULO 7

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¿Qué hora es?

Recorríamos un estrecho pasillo que se curvaba ligeramente. Las paredes estaban hechas de una extraña mezcla de piedra oscura y ladrillo visto. Cada poco rato, las parpadeantes lámparas de gas que colgaban de anticuados apliques de hierro negro sobresalían s e la pared, proporcionando un suave resplandor amarillo que era, pro suerte, muy agradable para mis ojos.

No había ventanas en el pasillo y no nos encontrábamos con nadie más {a pesar de que no paraba de mirar nerviosa alrededor, imaginando mi primera visión de niños vampiro}.

*-Son cerca de las cuatro de la madrugada, lo que significa que las clases han acabado hace casi una hora dijo Neferet, y luego sonrió levemente ante lo que estoy segura era mi expresión de absoluto asombro.

*-Las clases comienzan a las ocho y terminan a las tres de la madrugada Explicó. los profesores están disponibles hasta las tres y media para dar ayuda extra a los estudiantes. El gimnasio está abierto hasta el amanecer, cuya hora exacta siempre sabrás en cuanto hayas completado el cambio. Hasta entonces, la hora del amanecer está indicada de forma clara en todas las aulas, salas comunes y áreas de reunión, incluidos el comedor, la biblioteca y el gimnasio.

El templo de Nyx está abierto, por supuesto a todas horas, pero los rituales formales tienen lugar dos veces a la semana después de clases. El próximo será mañana. Neferet me miró y su leve sonrisa se animó. Ahora te parece abrumador, pero te acostumbrarás con rapidez. Y tu compañera de habitación te ayudará, igual que yo.

Estaba a punto de abrir la oca para hacerle otra pregunta cuando una bola de pelo naranja apareció corriendo por el pasillo y, sin hacer ruido, se arrojó a los brazos de Neferet. Di un brinco e hice un ruidito estúpido. Después me sentí como una total imbécil cuando vi que la bola de pelo naranja no era el hombre del saco volador o lo que fuese, sino un descomunal gato.

Neferet rió y rascó las orejas de la bola de pelo.

*-Zoey, te presento a Skylar. Normalmente merodea por aquí esperando a lanzarse a mis brazos.

Es el gato más grande que he visto nunca dije, acercando la mano para que pudiera olerme.

*-Ten cuidado, tiene fama de morder.

Antes de que pudiese apartar la mano, Skylar comenzó a frotar su cara contra mis dedos. Contuve el aliento.

Neferet inclinó la cabeza a un lado, como si escuchara palabras en el viento.

*-Le gustas, lo cual es desde luego poco habitual. No le gusta nadie salvo yo. Incluso mantiene a los otros gatos alejados de este extremo del campus. Es un verdadero matón dijo con cariño.

Rasqué las orejas de Skylar con cuidado, como había estado haciendo Neferet.

Me gustan los gatos dije con ternura. Antes tenía uno, pero cuando mi madre volvió a casarse tuve que darlo al hogar de gatos callejeros para que lo adoptasen. A John, su nuevo marido, no le gustan los gatos He descubierto que lo que una persona siente hacia los gatos—y como se comportan delante de ellos—suele ser un indicativo del carácter de la gente.

Desplacé la mirada desde el gato a sus ojos verdes y vi que sabía mucho más sobre asuntos familiares raros de lo que decía. Hizo que me sintiera unida a ella, y de forma automática mi nivel de estrés bajó un poco.

*-¿Hay muchos gatos aquí?

*-Sí, los hay. Los gatos siempre han sido aliados cercanos de los vampiros

Vale, de hecho ya lo sabía. En la clase de historia del mundo del señor Shaddox {más conocido como Puff Shaddy, pero no se lo digas} aprendimos que en el pasado los gatos habían sido masacrados porque se pensaba que de alguna manera convertían a la gente en vampiros. Ya, vale, hablando de cosas ridículas. Más pruebas de la estupidez de los humanos—El pensamiento asaltó mi mente, sorprendiéndome por la facilidad con la que había empezado a pensar en los humanos como gente normal, y por tanto algo diferente a mí.

MARCADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora