CAPITULO 8

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La parte de la Casa de la Noche, que albergaba las habitaciones estaba al otro lado del campus, por lo que teníamos una caminata bastante larga por delante y Neferet parecía estar avanzando lentamente, a propósito, dándome suficiente tiempo de sobra para seguir haciendo preguntas y seguirme asombrando. No es que me importase. Caminar a lo largo del extenso grupo de edificios tipo castillo, con Neferet explicando los pequeños detalles acerca de que era qué, me dio una idea del lugar. Era extraño, pero de una forma buena.

Además, me sentía bien caminando. En efecto, aunque suene raro, me sentía yo de nuevo. No tosía. El cuerpo no me dolía. Y la cabeza me había dejado de doler. Ni siquiera pensaba en ningún momento en la perturbadora escena de la que había sido testigo por accidente. La estaba olvidando—a propósito. Lo último que necesitaba era otra cosa de la que preocuparme además de una nueva vida y una extraña marca. Así que mamada—olvidada.

Intentando apartarlo de mi cabeza, me dije a mi misma que, si no hubiese estado caminando por el campus de una escuela a una hora intempestiva de la noche junto a una vampiresa, casi podría fingir que era la misma persona que ayer. Casi.

Bueno, vale. Tal vez ni siquiera casi, pero mi cabeza estaba mejor, y estaba casi preparada para conocer a mi compañera de habitación cuando Neferet por fin abrió la puerta de los dormitorios de las chicas.

El interior fue una sorpresa. No estoy segura de lo qué esperaba—tal vez que todo fuese negro y escalofriante. Sin embargo, era bonito, con un suave color azul y amarillo pálido, con cómodos sofás y cojines muy mullidos lo suficientemente grandes como para sentarse sobre ellos y salpicar la estancia de M&Ms gigantes color pastel. La suave luz de gas procedente de varios candelabros antiguos de cristal hacía que el lugar el lugar pareciese el castillo de una princesa. En las paredes de color crema había grandes pinturas al óleo, todas ellas de mujeres con aspecto exótico y poderoso. Flores recién cortadas, en su mayoría rosas, estaban en floreros de cristal sobre las mesas que estaban llenas de libros y bolsos y cosas normales de adolescentes. Vi varios televisores de pantalla plana, y reconocí el sonido del Real World de la MTV, proveniente de una de ellas. Asimilé todo aquello con rapidez, mientras intentaba sonreír y parecer amigable ante las chicas que se habían callado en el instante que entré en la habitación y ahora me estaba mirando. Bueno, borra eso. No me miraban exactamente a mí. Miraban la Marca de mi frente.

*-"Señoritas, esta es Zoey Redbird. Dadle la bienvenida a la Casa de la Noche. "

Por un segundo pensé que nadie diría nada, quería morirme por la mortificación de ser la chica nueva. Entonces, una chica se levanto de entre las integrantes de un grupo que se amontonaban cerca de un televisor. Era rubia, pequeña y casi perfecta. De hecho, me recuerda a una versión más joven de Sarah Jessica Parker {la cual no me gusta, por cierto—es tan... tan... irritante y tan forzadamente desenfadada}.

*-"Hola Zoey. Bienvenida a tu nuevo hogar. "La sonrisa del clon de SJP era cálida y genuina, y estaba haciendo un claro esfuerzo por mantener el contacto visual para no mirar sorprendida mi Marca oscurecida. Al instante me sentí mal por hacer una comparación negativa de ella. "Soy Aphrodite", dijo.

Aphrodite? Bueno, tal vez no me había precipitado tanto al hacer la comparación. Como alguien normal podría elegir llamarse Aphrodite? Por favor. Hablando de delirios de grandeza de grandeza. Puse una sonrisa en la cara, sin embargo, y dije un radiante, "¡Hola Aphrodite!"

*-"Neferet, ¿deseas que le enseñe su habitación a Zoey?"

Neferet dudó, y lo cuál me pareció algo extraño. En lugar de responder de inmediato se quedó allí y miró a los ojos de Aphrodite. Entonces, tan pronto como habían comenzado las miradas silenciosas, el rostro de Neferet mostró una amplia sonrisa.

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