Capítulo 19.

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POV. Michiru.

Hay ciertas cosas en la vida que no se pueden ocultar, y el amor es una de ellas.

Terrible para unos, afortunado para otros. Pero hay algo seguro dentro de todo eso, que dependerá de lo que tú pienses, creas y quieras para ti.

Con esto, no me refiero solamente al amor romántico, al que los amantes se prometen el uno al otro, sino al amor entre amigos, familia, personas que no comparten tu sangre y de igual forma tienen peso como el miembro más allegado a ti. Así es el amor, es un regalo. No debe ser correspondido para saber que ahí está.

En los pasados días, he tenido la oportunidad de verlo, conocerlo, quererlo, sentirlo como mío y dejarlo libre. Como debe ser. Pues aunque nos atrevemos a sentirnos dueños de ese sentimiento, nunca será completamente de nuestra pertenecía, porque existe por la otra persona y sólo ella... Es quién puede hacerlo o no vivir.

Ojalá todas las personas estuviéramos a la altura de las circunstancias...
De ese modo, no habría corazones rotos por no ser correspondidos. A mí me pasó, me han roto todo lo que quedaba de mi esperanza.
También lo hice, soy culpable de que unos ojos hermosos dejaran ir lágrimas por mis errores. Eso no me lo puedo perdonar. Sólo deseo que esa persona sea inmensamente feliz. Tal como lo ha hecho durante tanto tiempo. Para que pueda encontrar a otro ser que le recuerde que el alma no conoce de estándares, de "expectativas" palabra que justo ahora me duele punzante, de limitaciones o mentiras.

Y es que... no se manda al corazón ¿Cierto? No se le obliga a sentir algo, a desearlo, a poseerlo para después terminarlo.

Es mi dolor, mis propios temores, mi miedo a dejar mi comodidad, lo que me permite ver esto.

A un hombre que amaba a una mujer que nunca se dió por enterada de sus sentimientos. Y que para estar cerca de ella, le fue sencillo convertirse en un recordatorio.

"Tú no me verás de la forma en la que quiero, pero yo a ti siempre."

Lo noté. Lo hice.

- ¿No me doy cuenta? - Respondió atónita por la afirmación anterior.

- Ya nos conocíamos. - Soltó triste.- En la Universidad Hanako... Sólo compartimos una clase. Pero desde ese momento tenías muy claro lo que deseabas hacer con tu vida..

La rubia lo miró, se acerco un poco más. No quería pensar que realmente tuviera tan mala memoria. Hasta que abrió sus ojos rápidamente.

- ¿Charles? ¿Charles P. Meester?

- Correcto. - Afirmó levantando sus labios hinchados para trazar una leve y muy dolorosa sonrisa. - Charles Perry Meester.

- Pero... ¿Por qué? - Dudosa. Haruka dió unos cuantos pasos para sentarse junto a él.

- "George" fue el otro nombre que nunca use. El cual fue mío cuanto entre al periódico "El Vigía Deportivo"

- El tabloide más popular en chismes de deportes.

- Ese mismo. - Confesó avergonzando. - Tenoh Haruka. Siempre tan popular, siempre tan buena en todas sus presentaciones y carreras... La chica número uno en el equipo de atletismo en esos días. Incluso, dentro del campus al llegar tarde una clase.

- Siempre 5 segundos antes de la hora permitida.

- El profesor decidía simplemente no iniciar sesión hasta que llegarás, sabía que siempre terminarías por hacerlo.

Las dos caras del Espejo: Apariencias entre Decisiones. 🌙 Sailor Moon Fic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora