III

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— Ven, pequeño, bailemos.

SeungCheol lo cargó de tal forma que pareciera la típica pose de baile de las películas. El de baja estatura comenzó a reír con las vueltas, la voz del mayor cantando sonó por todo el lugar.

SeokMin sabía que no se encontraban su padre y hermano mayor, por lo que podían gritar todo lo que quisieran, las películas de Disney no faltaron en acompañarlos.

— ¿Qué te gustaría ser, pequeño? ¿Princesa o príncipe?

— No puedo ser princesa, eso es para las niñas. —carcajeó el menor y pedía bajarse con la intención de poner otra película.

SeungCheol puso cara de indignado.— Me ofendes, yo soy una linda princesa. —SeokMin negó con la cabeza.— ¿Por qué no?

— No tienes un vestido bonito.

— Bien. —el más pequeño sonrió pensando que había ganado.— Si voy a ser una princesa, tendré un vestido hecho por mí.

La sonrisa de victoria de SeokMin cambió a una divertida cuando vió al mayor ponerse una sabana alrededor de la cintura, lo suficientemente larga para cubrir todas sus piernas.

— ¡Tada! —y para concluir su disfraz,se colocó una corona que le quedaba un poco chica.— Ahora soy una princesa, la mejor de todas.

— Todavía no, Cheol. Necesitas un príncipe. —exclamó feliz.

— ¿Un qué? —preguntó de manera tonta, dando vueltas para mover su vestido improvisado.— ¿Para qué quiero un príncipe si puedo estar durmiendo cuánto yo quiera?

— Para ser feliz.

SeungCheol se acercó al menor, con una mano agarró la pequeña cara de SokMin y lo obligó a verlo.— Yo soy feliz teniéndote y cuidándote, pequeño. Estoy seguro que no necesito de un príncipe para serlo.

— Aún así... ¿no te molestarás si te consigo un príncipe?

— Claro que no. —dicho eso, la puerta de la habitación fue abierta bruscamente. SeungCheol desapareció tan rápido como pudo y el hombre que acaba de entrar solo vio la sábana caer.

SeokMin saltó un poco, encontrándose con su padre y su expresión de cuando estaba enojado. Intentó apagar la televisión lo más rápido posible para no tener problemas, pero los brazos fuertes del mayor solamente lo levantaron y sacaron de ahí.

— ¿Papá?

— No hables, sé niño bueno. —el niño se quedó en silencio y observó cómo era alejado de su peluche.

El hombre bajó rápidamente las escaleras, gritando a su hijo mayor que se diera prisa en guardar todo. SeokMin volteó la cabeza para ver el carro de su padre con algunas maletas, su mente de alguien menor procesó todo y empezó a dar patadas para ser libre. Aunque sabía que eso le causaría problemas.

Escuchó un gruñido de molestia.— ¿Qué quieres, niño?

— Mi peluche. —respondió sin detenerse en sus movimientos.— ¿Puedo ir?

El más alto pareció pensarlo pero al final asintió rodando los ojos, comentándole que no tardara. SeokMin corrió lo más rápido que pudo e incluso se encontró a su hermano cargando mochilas.

Una vez que entró a su habitación, tomó el peluche de perro y bajó las escaleras casi cayéndose, salió de su hogar y el auto casi arrancando para irse sin él. Para suerte, alcanzó a entrar, empujando a su hermano en el proceso.

— No puedo creer que pelearas por un estúpido juguete. —se había burlado el mayor de los tres, pero a SeokMin no le importó, sólo abrazó a SeungCheol.

Puedes buscarme un príncipe si quieres, cariño. —escuchó en su oído, sabía que nadie podía ver al de cabellos claros, solo asintió con una sonrisa y pensando en cómo tener otro peluche.

Imaginary Friend.  [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora