Príncipe o....

salvar a....

Steve y James, hermanos peleando hombro a hombro por su familia.

Como en los viejos tiempos.

Cuando james tenía que salvar a Steve de las peleas en que se metía.

Aun con todo lo que había pasado, con todo lo que sabían que pasaría, ellos siempre serian hermanos.

-Wade con quien hablas.-

-relato a todos lo que pasa pete- Pay-

-a veces me preocupas Wade-

Yo también te amo Peter-

-tortolos si ya terminaron de hablar, tenemos que buscar la forma de detener al falso Steve-reprendió Johnny.

-porque no solo lo congelamos con la máquina que está en el laboratorio-comento como si nada Wade.

Ambos hermanos se miraron sorprendidos.

Quizás por la simpleza en que ese idiota lo dijo, o por el hecho de que ninguno se había dado cuenta que la maquina estaba en ese lugar.

Sin importar nada ambos corrieron para revisar lo que Wade había dicho.

*

*

*

Margaret era peligrosa, siempre lo supo y aun así la subestimo.

La verdad deseaba que estuviera muerta.

Esa anciana decrepita apenas y podía sostenerse en pie.

Y aun así seguía disparándole.

Howard tampoco se quedaba atrás, su amado esposo sabía perfectamente cómo defenderse.

Y poco le importaría.

De no ser porque Tony se había puerto de su lado.

Su amado niño también le disparaba.

Se notaba que él no lo deseaba, le dolía tener que apuntarle.

Su amado hijo había crecido.

-debes rendirte María, estas rodeada-

-no me detendré hasta saber que mi hijo está a salvo-

-ríndete-le grito Tony-

Y desde su lugar podía ver las pequeñas lágrimas en los ojos de su niño.

Eso le rompía el corazón.

Le recordaba las noches en vela, cuando su pequeño estaba enfermo y ella se quedaba a su lado hasta que él se dormía.

-por favor María, no queremos dañarte, solo deja caer tu arma y entrégate-le suplico Howard.

-ambos sabemos cómo debe terminar esto Howard-

Solo uno de ellos podría proteger a Tony.

Y su versión de Steve era el más indicado.

Pero, si debía admitirlo Steve Rogers y james peleando juntos, le estaban dando la suficiente batalla a su capitán, como para hacerla dudar.

*

*

La máquina estaba justa donde Wade dijo.

Era una maquina sencilla.

El único problema sería acceder a ella.

María no era ninguna idiota, su sistema de seguridad era de lo más avanzado.

Y lo peor de todo es que tenían el tiempo en contra.

Si los monitores que tenían en frente decían la verdad, a cada segundo que sus padres luchaban, ese falso Steve mejoraba y aprendía del combate.

-crees poder activarla Peter-

-sí, solo necesito hackear esto, dame dos minutos-

-claro...Peter...que pasara con nuestra familia después de esto...-

Peter dejo de teclear para mirar a su hermanito.

Jamás había escuchado ese tono en el siempre orgulloso Johnny.

-sin importar nada tu y yo siempre seremos hermanos vale, y yo siempre cuidare de ti-

Johnny sorpresivamente lo abrazo.

Él le correspondió el abrazo, antes de continuar tecleando.

También estaba preocupado, pero ya tendera tiempo para pensar en lo que pasaría después.

Ahora debía ayudar a sus padres.

*

*

*

María continuaba disparando desde su escondite, y parecía que nunca se rendiría.

Su objetivo obviamente era Howard.

Su furia era innegable, estaba acorralada.

Y su mente cada vez se volvía más inestable.

Pero lo peor fue cuando una de sus balas golpeo por error Tony.

Un leve rasguño en su mejilla.

Fue una suerte que Wade estuviera de escudo humano para él.

Pero eso no evito que María se volviera completamente loca.

Y no fue la única.

El capitán reaccionaba ante las emociones de su creadora.

Pues de inmediato corrió a ella, le quito el arma y comenzó a dispararles.

Furioso por como sucedían las cosas.

-estas bien tío Tony-

-gracias Wade, me salvaste-

-solo debemos aguantar un poco más Peter y Johnny se encargaran de todo pronto.-

María pareció escuchar ello y comenzó a reír

Una desquiciada carcajada que solo denotaba más su poca estabilidad.

De uno de sus bolsillos saco un pequeño control.

Tony miro a Wade con desesperación.

Ambos sabían que significaba eso.

Wade le hizo una señal a su tío, y comenzó a correr a la sala de control.

Tenían poco tiempo.

Segundos tal vez.

Así que con sus voces gritándole que corriera aún más rápido, su baby lo necesitaba.

Incluso con el sonido de las explosiones comenzando a sonar en el fondo.

El salvaría a su baby.

Después de todo él lo amaba.

Siempre lo hizo, y sin importar nada él daría su vida por baby.