Príncipe o....

Reencuentro...

Él era idéntico a su figura del museo.

Quizás más alto e intimidante...

Pero era el a final de cuentas.

Su padre....

Su verdadero padre...

Y no es que haya olvidado a Steve, quien lo cuido desde que nació...

Bueno el causo que James no estuviera...

Pero eso no borraba el amor que sentía por su padre...

Bueno su padrastro....

Dios no sabía que pensaba ahora.

Steve era su padre, pero también James...

Bueno no lo conoció hasta ahora....

Si fue culpa de Steve pero....

Joder....

La cabeza estaba por explotarme.

Y no puedo ni acercarme a él.

Wade aprieta mi mano fuertemente.

Él es lo único que tengo ahora.

Mi único apoyo...

Por lo menos hasta salvar a papá y poder estar de nuevo con Johnny.

-Peter...cariño...-

-no puedo hacerlo Wade....yo....-

-el merece una oportunidad-

-ya lo sé...pero no puedo moverme....-

Wade solo le abrazo.

Justo lo que necesitaba.

Su amado idiota siempre sabía qué hacer para apoyarlo.

Algunas veces hacia idioteces, pero eso al final del día le hacia reír.

*

*

Él está casi frente a mí.

Junto a ese sujeto extraño que le abraza y le habla al oído.

Peter...

Es tan parecido a Tony.

Sus mismos ojos, sus mismas muecas, incluso habla como Tony, por lo que pude oír.

-Peter ven por favor-

Strange debió notar lo difícil que era para ambos.

Pude ver que tú te acercabas lentamente.

Y ese rubio no te soltaba.

Cosa que por alguna razón le hacía sentir bien.

Su hijo no estaba solo.

-hola Peter...-

Lo mejor era intentar romper el hielo.

-hola...ah...-

-llámame James si quieres-

-gracias James-

-esto es algo incómodo...yo...-

-estoy asustado...-

-yo también...-

Mirar los brillantes ojos de su hijo, despertó algo en el que nunca sintió.

Como un impulso incontrolable abrazo a su pequeño niño.

Quien lloro contra su pecho...

*

*

*

Esperaba volver a despertar en otra prisión oscura, como hace tantos años.

En cambio...

Esta era su habitación...

La que tenía cuando era un niño...

Todo estaba igual a como lo recordaba.

El color de las paredes.

Las sabanas.

Hasta sus juguetes.

Toda su colección del capitán américa estaba en perfecto orden, tal y como le gustaba.

Incluso ella...

Ella seguía igual a como la recordaba...