Ángela empezó un nuevo colegio. 2º de infantil. No tenía amigos. Pasó todo el año sin un solo amigo. Era la más lenta en todas las asignaturas y le costaba todo mucho. No sabía hablar tan bien como los demás, y como la profesora le machacaba y todo lo que decía estaba mal dejó de hablar allí.
- Da igual si la cambias o no, tu hija va muy retrasada en todo ¿O no lo ves? Va a ir mal en cualquier otro colegio.
- Estoy segura de que no lo hace adrede. Intenta concentrarse, lo sé. Pero no puede. Esperaré un año más y sino la cambiaré. Sólo un año.Lea decidió buscar un padre para su hija. Además quería que sus padres no se sintieran agobiados y obligados a ocuparse de ellas, así que pensó en aquel amigo que él tenía hace mucho; Tom. Ángela era tratada por él como su ojito derecho y la quería como si fuese hija suya. Los tres alquilaron una casa lo bastante grande para ellos en un pueblo fuera del centro al que casi nadie nunca iba, por lo que les gustaba bastante ya que querían estar alejados de Nueva York. Pero la alegría empezó cuando su madre anunció que iban ha ser una familia de cuatro. Estaba embarazada de un chico.
- ¿Cómo quieres llamarlo? Yo quiero ponerle Jonathan.
- A mí me gusta Alan. ¡Como mi profesor de Religión!
- Me gusta mucho. ¿A ti te gusta, Tom?
- A mí también me gusta "Alan."Y así fue como unos meses después, vino al mundo Alan. Un niño rubio con unos ojos azules celeste. Más bien rellenito y blanco como un copo de nieve. ¿A quién se puede parecer? Pensaban.
Pasaba el tiempo y Luke se encontraba cada vez peor. Tosía, vomitaba, tenía mareos... Cada día tenía la mirada más apagada. Y siempre alguien lo llamaba:
- Luke, sé que no estamos juntos, pero hazme caso y vete al médico. Que te hagan otra revisión.
- Ya fui. Y lo tenía todo controlado.
- ¿Hace cuanto? Por favor, hazlo por Ángela por lo menos y vete. Puede que este peor...
- Yo ya sé lo que tengo que hacer.Colgó el teléfono. Lea suspiró. "No va ir. Lo sé. No irá a ningún médico y se encontrará en problemas gordos" Se repetía hacía sí misma una y otra vez.
Y de pronto, volvió ha sonar el teléfono.
- Luke, que ya te he dicho...
- ¡No, Lea, Tu padre se encuentra mal! Tiene mareos continuos y dolores de cabeza. Deprisa, ¡Baja al hospital!
- ¿Cómo? ¿Papá? ¡Voy lo más rápido que pueda!Lea y sus hermanas llegaron a la vez. Su padre estaba ingresado. No sabían que le pasaba pero en un principio, estaba bien. Su mujer lo exageraba mucho todo pero esa vez no lo hizo.
Volvió a sonar el teléfono de Lea
- Vaya Lea, qué ocupada estas hoy, seguramente encargando tus regalos para mañana ¿no? - Lea soltó una carcajada. Era víspera de su cumpleaños; 28 de Julio y hasta ese momento, no era su mejor día.
- Sí, vamos... ¡No veas que ocupada! ¿Sí, Dígame?Un silencio se hizo en esa sala. De silencio a sorpresa y de sorpresa a lloros y a abrazos. Definitivamente ese día no era el mejor de su vida; Sino que era el peor. ¿Cómo podía, a pesar de todo, ponerse así después de todo lo que paso? ¿Las lágrimas que ella derrochaba eran verdaderas? No sabía responder a sus propias preguntas. Tan solo sabía algo que no podía creer, algo realmente incrédulo y que jamas podría imaginar en su vida.
Luke había muerto.
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El lado oscuro de la luna.
Non-FictionComo ya sabrás, la vida da muchas vueltas. Pero hay un momento en el que deja de haber luz, solo hay oscuridad. En la vida de Ángela solo hay oscuridad y penumbras en las que ella misma tendra que poner luz y superar los obstaculos que se lo van imp...