Uno

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Antes

Llovía. Llovía a cántaros, y el piso del corredor principal era el que más perjudicado se veía, siendo que estaba completamente mojado y lleno de lodo, con pisadas de los tantos estudiantes que entraban al instituto con rapidez.

Entré antes de que el timbre sonase al aula donde tendría la clase de historia, para poder así sentarme en el fondo sin que nadie me robase el lugar. Tenía mis auriculares puestos, mientras que una canción aleatoria sonaba a través de ellos. La misma era lenta y triste, dándole así el toque al día gris que se veía por la ventana.

No tenía ganas de estudiar. O ganas de estar aquí en sí. Detestaba el colegio más que a nada en el mundo, y no por el simple hecho de no llevarme de forma excelente con la gente de aquí, sino que me molestaba levantarme temprano para tener que asistir a un lugar que no me gustaba en lo más mínimo, estudiar cosas que no me interesaban y llegar exhausta a mi casa. Todo para que, al día siguiente, la rutina se repitiera.

En menos de cinco minutos el timbre había sonado, los alumnos habían entrado al salón y mi paz interior había desaparecido. Los bancos fueron ocupados en cuestión de segundos y, antes de que la profesora Sawyer entrara en el aula, un chico se le adelantó, para no verse obligado a perderse la hora debido a que ella no lo dejara entrar. Y allí fue cuando noté que se trataba de alguien nuevo.

Su mirada se cruzó con la mía mientras dirigía sus ojos hacia el final del salón en busca de un lugar libre. Lo observé hasta que por fin corrió la vista, sentándose en un banco del medio, al lado de un chico llamado Morgan. No pude evitar preguntarme: "¿quién es él?" Siendo que me había llamado la atención. Él y sus hermosos ojos.

I saw sparksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora