Tres

110 16 4
                                    

Antes

El chico nuevo se encontraba sólo en la cafetería, sentado en una mesa aislado de todos los demás. Durante el transcurso de la semana anterior, lo único que hice fue mirarlo a la distancia y seguir preguntándome a mí misma quién era.

Con el paso del tiempo, los rumores surgieron y él, que al parecer se llamaba Peter, comenzó a juntarse con los populares. Todo ese grupo estaba conformado por chicas y chicos amantes del skate, por lo que no me sorprendió verlo con ellos, siendo que, con tan sólo mirarlo, podías darte cuenta de la onda "skater" que él poseía. Además de que venía a la escuela en patineta.

Las únicas clases que compartíamos eran las de historia y literatura, sin embargo, nunca nos habíamos hablado. De vez en cuando cruzábamos miradas, pero nada más. Peter me intrigaba muchísimo y, si debía ser honesta, me atraía.

Estando sumida en mis pensamientos, no me percaté de que, en frente mío, había una persona mirándome con mucha atención y, para mi sorpresa, estaba hablándome.

-Disculpa... -murmuró, haciendo que lo mirara.

Ay, mierda. Era él. Era Peter. Tenía al chico lindo de ojos azules en frente mío, y me estaba hablando.

-¿Qué? -pregunté, de forma brusca. No era más idiota porque no me daba el tiempo.

-Yo... eh... -dirigió su mano derecha hacia su nuca, mirándome fijamente a los ojos-. Quería preguntarte si habías hecho apuntes de la clase de historia... me la pasé conversando con Morgan y no presté mucha atención.

Pues, lamento decirte que yo tampoco presté atención por el simple hecho de ¡oh! Haber estado observándote durante la clase entera, y notando lo bien que esa camiseta negra te quedaba.

-Lo siento, yo tampoco he copiado nada -respondí apenada.

-No pasa nada -me dedicó una sonrisa algo tímida-. De todas formas, gracias.

Al notar que yo no iría a responderle, me miró una última vez para darse la vuelta e irse. Mierda, había conversado con Peter, y su voz era increíblemente grave. Creía que ahora me gustaba mil veces más.

Antes de poder reaccionar y comenzar a caminar en dirección a la cafetería, me di cuenta de una cosa: yo había observado la clase entera a Peter, y estaba segura de que no se la pasó conversando con Morgan, sino más bien anotando todo lo que la profesora decía. Entonces... ¿para qué me había pedido mis apuntes?

I saw sparksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora