Todos los días de mi vida.

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Me desperté un poco cansada, y decidí darme un baño de agua fría. Me metí en la ducha y me lavé el pelo dos o tres veces. Me salí y me sequé y alisé mi cabello. Me vestí con unos shorts y una camisa corta dónde ponía 'Follow me, baby'. Mis vans, y una trenza hacia el lado. Marqué el número de Abby en el teléfono.

-Hey Liss, ¿qué tal? —Dijo desde la otra línea—

-Hola Abby, estoy nerviosa por el viaje a Londres —Dije sentándome en mi cama encendiendo mi portátil—

-Ya... solo queda un día, que es hoy, y ya mañana nos vamos, ¿No es estupendo? —Habló feliz—

-Sí, Poly y Vinni no lo saben... ¿Cómo se lo diremos? —Pregunté, y ella se quedó en silencio durante un rato—

-Hoy, quedaremos con ellos y le diremos, ¿Sí? No te preocupes, ellos lo entenderán, tienen que comprender que necesitamos unas vacaciones... —Dijo como algo obvio—

-Tienes razón. Bien, voy a desayunar y después te mando un mensaje, ¿Sí? —Dije intentando sonar lo más feliz—

-Está bien, te amo Liss —Me dijo—

-Yo también, Abby —Me despedí de ella y tras eso colgué—

Bajé a la cocina y olí desde las escaleras el holor de las tortitas de mi madre, iba a hechar de menos despertarme y oler eso.

-Buenos días ma —Saludé a mi madre con un beso y me senté en la mesa—

-Buenos días cielo, ¿quieres tortitas? —Asentí sonriendo—

-Hola cielo, ¿nerviosa? —Dijo mi padre dándome un beso—

-Sí papá, allí me tengo que independizar sin ustedes... será difícil —Hablé -Pero bueno, viene Abby, y allí aré amigos y tal —Sonreí y mi padre me miró serio—

-¿Qué clase de amigos, Lissa? —Frunció el ceño—

-Paaapaaa —Alargué -Amigos de amigos —Dije molesta y el rió—

-Lo sé, cielo —

Mi madre puso las tortitas en la mesa y nos sentamos los tres juntos. Éste sería mi último desayuno con mis padres durante un año. Terminé de comer y subí a mi habitación a hacer las maletas.

Realmente, metí de todo en mis maletas. Tacones altos... vestidos... shorts... camisetas cortas... pinturas... cremas... pintauñas... mi portátil que no faltase, mi Iphod, planchas, secador... y mil cosas más. Llevaba tres maletas grandes y cuándo por fín las tenías hechas, decidí llamar a Abby para quedar con Poly y Vinni.

Poly y Vinni son nuestros dos mejores amigos, aquí, en España. Y no quisimos decirles que nos íbamos un año a Londres, porque se pondrían realmente mal. Pero hoy tendríamos que explicarles.

                         *  *  *

-¿Qué? —Gritó Poly -¿Ustedes están locas? ¡No nos avisaron! ¿En serio, de verdad nos vais a hacer esto? —Exclamó Poly realmente estresado—

-Poly, por favor, tranquilízate... solo es un año, y volveremos bien, lo prometemos —Dijimos las dos intentando calmarles—

-Lissa, Abby... tenéis unos malditos dieciocho años. Tenéis que madurar y afrontar las cosas más antes, no el día antes de que os vayáis. ¿Es que no entendéis lo que sois para nosotros? Todo. Sois nuestras hermanas, y a las primeras personas que debíais de a ver avisado era a nosotros —Nos explicó Vinni, esa era la real razón—

-Lo sentimos mucho, Poly, Vinni, de verdad, tenéis toda la razón, sólo perdónenos... por favor —Les dijimos y ellos sonrieron—

-Anda, vengan acá —Nos abrazaron y estuvimos así mucho tiempo—

-Ahora vamos a pasar una buena tarde juntos antes de que se vayan, ¿sí? —Nosotras asentimos y fuimos con ellos.

Estuvimos toda la tarde con ellos, en la heladería, patinando, en el parque, en el muelle, montando en caballo y muchas cosas más. Nos hicimos muchas fotos antes de irnos. Nos acompañaron a casa y nos despedimos de ellos con un abrazo.

-¡Os amamos! —Les gritamos desde la puerta de mi casa—

-Y nosotros a ustedes, enanas —Nos contestaron—

Abby se quedaba en mi casa porque el día siguiente mi padre nos llevaba al aéreopuerto. Así que nos pusimos un pijamas y nos fuimos a dormir.

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