La buena noticia.

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Me desperté y lo primero que hice fue mirar mi móvil. Tenía muchísimos mensajes de mis padres, de Poly y Vinni, y de mis amigos de España.

-Buenísimos días —Gritó Abby entrando por la puerta—

-Hola Abby —Saludé sonriendo, se sentó a mi lado -¿Tú también tienes muchas llamadas?

-Sí —Frunció el ceño -Casi todas son de España —La miré extrañada -Tal vez, deberíamos de llamar, ¿No? —Cogió mi móvil y me lo de volvió—

Marqué el número de mi madre en el teléfono y éste comenzó a hacer llamada. No lo cogía, así que decidí llamar a mi padre.

-¿Bueno? —Se escuchó la voz de mi padre desde la otra línea—

-¿Papá? ¿Me llamaron? —Pregunté—

-Ay sí Lissa, ¿Por qué no me lo cogiste? Me preocupé —Preguntó asustado -Sí, es la niña —Escuché los gritos de mi madre por atrás—

-Sois unos exagerados —Los dos reímos -Y bien, ¿Ocurre algo? —Puse el teléfono en altavoz para que Abby pudiese escuchar—

-Lissa... —Noté la voz de mi padre nervioso -No sé cómo decirte esto —Abby frunció el ceño y yo me encogí de hombros—

-Papá, dilo ya... Me estás asustando —Dije nerviosa, y noté la risa de mi madre por detrás—

-Vale bien, hayá voy... —Dijo -¡Tú y Abby se quedarán allí en Londres a vivir! —Abby y yo nos miramos perplejas -Compré la casa, ya solo no es del alquiler, es vuestra —Gritó emocionado—

-Pero papá, eso es genial —Dije feliz -Dios, ¿Cómo hicieron eso? —Grité -Juro que os amo, lo juro —Empezamos a saltar y a gritar por toda la casa—

-Sí, es genial —Habló feliz mi padre -Entre los padres de Abby y nosotros os compramos la casa —Abby empezó a llorar y escuché la risa de mi padre -Os metimos en una universidad para que empezaran sus estudios allí —Grité de emoción -Hasta que encontréis trabajo, los padres de Abby y nosotros os enviaremos dinero cada semana —Me senté emocionada—

-Dios papá, miles de gracias en serio —Grité feliz -Que no busquen a los mejores padres, porque los tengo yo —Mis padres rieron—

-Espero que vengan a vernos de vez en cuándo, aquí os extrañamos también, mucho —Advirtió mi padre—

-Sí, papá —Bufé -Bien, nos vamos papá, después te llamo, les amo a tí y a mamá —Él rió—

-Nosotros a tí también cariño, tengan cuidado y usen perservativos —Dijo y yo bufé—

-Papá.. —Alargué, y Abby rió -Adiós —Me despedí, y colgué—

Empezamos a gritar, a saltar y a bailar por toda la casa. Eso la verdad es que no me lo esperaba. Bajamos al salón a festejarlo entre las dos solas, decidimos no contarles a los chicos hasta ésta noche que saldríamos con todos, y darles la noticia a todos a la vez. Compramos Gintonic, Ron, Vozca, Wisky y todo lo que existe de alcohol en ésta tierra. Abby se acercó a un jarrón delicadamente.

-Ahora... cómo ésta casa, me pertenece, puedo hacer... —Tiró el jarrón al suelo y yo abrí los ojos riéndome -Ésto —Las dos comenzamos a reírnos cómo locas revolcándonos en el suelo—

Nos quitamos la ropa y nos quedamos en tanga y en sujetador, empezamos a bailar. Cogí copas y comencé a hechar una mezcla de todo, nos fuimos al salón y pusimos la música a tope, comenzamos a bailar por todo el salón con las copas, y no importaba si tirábamos algo al suelo, porque ésta era nuestra casa.

Todos los días de mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora