El libro del Espejo

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No os voy a mentir. Soy el típico adolescente que se dedica simplemente a leer historias de miedo, ya sea tarde o noche, no importa el día mientras tenga tiempo libre. Sin embargo, ya me sé las más famosas, entre otras muchas más y no encuentro otras que me haga sentir ese miedo de no poder dormir durante varios días. Ya incluso ni me motiva pensar que encontraré una historia nueva dándole a un link sin mirar sin mirar. Cada vez que las veo, o las busco, donde sea, para mí se ha convertido en un pasatiempo, aunque cada vez más repetitivo y aburrido. Me sabe mal decirlo, pero es la verdad. Aun así, me gusta, porque algunas veces, me llegan a poner los pelos de punta.

Estoy en el sofá, tratando de escribir una Creepypasta, para innovar. No llevo mal lo de inventar relatos, poseo un buen vocabulario, y para ser más exactos, llevo a cabo un proyecto: escribo una novela de terror. Aunque lo oculto de mi familia, por miedo a que vean los pensamientos más sádicos y oscuros de mí, cuales expongo en dicho proyecto.

Como decía, escribo en mi sofá, son las 3 de la mañana, siendo domingo ahora. Mi hermana y yo nos propusimos ver un maratón de pelis que echaban en un canal, todas de comedia, aunque a mis padres no les hacía mucha gracia, porque eran para más de 18, igual se fueron a dormir al ver que no había contenido sexual – son muy explícitos con eso. Pero fue terminar la primera, y yo me puse de nuevo con el ordenador, primero en YouTube, luego con terror. Hace ya rato que mi hermana cayó dormida en el sillón, con la boca abierta, mientras ronca un poquito… Es algo gracioso, no os voy a mentir, pero no paro de girar la cabeza para comprobar que sigue dormida, y que no vea lo que hago. Ya me han espiado más de una vez trabajando en mi novela, y me han intentado masacrar a preguntas, claro que yo logré evadirlas. De todas formas, no quiero que se vuelva a repetir.

Sigo pensando en qué escribir. Una sombra que acaba con la vida de mi hermana, y luego conmigo… Nah, demasiado visto. Un monstruo de las tinieblas que ataca a mis padres, y luego nos persigue… Muy cutre. Algo con tentáculos… Eso ya existe.

Me crujo los dedos de las manos, y sigo pensando. Y me quedo mirando a mi hermana. Aun sigue siendo una incógnita para mí cómo es que ella puede conciliar el sueño con tanta facilidad, yo no soy capaz de quedarme traspuesto en el sillón ni a la de tres, y si lo hago, luego despierto dolorido, sobre todo por la espalda y el cuello.

Ahora los perros de la vecina se han puesto a ladrar. Y a buenas horas, precisamente cuando menos necesito un ruido que me moleste. Ahora mi hermana se ha despertado. Me pregunta la hora, y yo le digo que las 3 y media. Se vuelve a recostar, mientras abro de nuevo la pestaña del procesador de textos que escondí de ella.

Ya ha pasado un rato desde que se me fueron las ideas. He estado pasando el rato un poco en Internet, viendo vídeos de comedia, por no aburrirme. Pero ya son las 4, y el riesgo de que mis padres se despierten a estas horas, me asusta. Así que aviso a mi hermana y nos vamos a nuestras habitaciones, yo con mi móvil, mis auriculares y mi portátil; ella con su smathphone, únicamente. Nada más llegar a mi cuarto, cierro la puerta.

Tras dar algunas vueltas en el cuarto, abro el balcón. Hace calor, y si no respiro aire de fuera, me asfixio. No salir de casa en todo el día hace que el aire de dentro se me vicie, por lo menos para mí. De repente, veo que hay una pareja caminando por la calle, hablando de algo que no me interesaba ni parecía hacerlo, pero como no tenía nada mejor que hacer, pues me quedo viéndolos a través del hueco de la persiana, mientras me refresco con la brisa del exterior.

Entonces, veo algo raro. Se quedan quietos así porque sí, y miran hacia atrás. Buscaban algo, primero en la acera, y luego miran hacia las ventanas y balcones. Antes de que mire al mío, me aparto sigiloso de su campo de visión. Y seguidamente oigo cómo seguían caminando por la calle, pero ahora con más prisa…

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