CAPÍTULO X: La conferencia de prensa

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Y ahí estaba de nuevo... tocándose mientras recordaba esa bella silueta, ese cabello castaño y ojos de igual color. Estaba algo frustrado.

Había pasado ya una semana y media desde la última vez que lo vio y no podía regresar a la pastelería, sentía que haría algo muy idiota si se decidía por ello.

Y es que había intentando eso de acostarse con otros Omegas, ¡por Dios que sí! Pero... simplemente se le iban las ganas, así de sencillo.

No podía simplemente llegar y empotrar a ese lindo Omega. No podía ir y hacérselo como se le diera la regalada gana. No podía ir y meter su lengua en su entrada... sentir cómo lubricaba para él...

—Mierda —gruñó nuevamente frustrado. ¿Ya cuántas veces iban? ¿Qué le había hecho ese Omega como para tenerlo así tan loco por él?

A leguas se veía que Sakurai no se lo haría fácil. Se veía en su carita que no se dejaría coger por cualquier Alfa caliente... y eso era bueno y malo al mismo tiempo. Así al menos sabía que ese castaño podía dejarse cortejar.

Pero Kosuke en esos instantes no tenía la paciencia para eso. Aunque debía aceptar que al menos intentarlo era su mejor oportunidad.

Y así de rápido tomó la decisión de ir a la pastelería en cuanto saliera para pedirle al Omega una cita. Dios, de solo pensarlo se le hacía la cosa más cursi del mundo.

La puerta de su oficina sonó.

—Joven Wakamatsu, ¿puedo pasar? —preguntó Furi con su cabecita asomada, como siempre.

—Claro, ¿qué sucede?

—El señor Akashi me pidió que le entregara esto —dijo al tiempo que le extendía un folder amarillo—. Opina que es mejor impreso. Que lo quiere para dentro de una semana. Cualquier duda puede ir a su oficina o escribirle un correo. Y listo —sonrió Kouki.

Y ahora que lo pensaba. Tal vez Furi y Ryo se parecían un poco.

Su lado Alfa, la parte estúpida de él por cierto, dio con una idea traviesa— Furi... —dijo con algo de nervios—, ¿te gustaría salir a cenar conmigo?

De inmediato, el Omega retrocedió con cara de susto— Yo...

—Furi —escucharon los dos en el marco de la puerta—, necesito que imprimas dos juegos de los resultados, ahora —demandó con voz tensa Akashi.

—De inmediato, director —el Omega salió como alma que lleva el diablo y en dos segundos ya había desaparecido.

Una vez solos, Seijuro cerró la puerta de la oficina del rubio— Wakamatsu, no quiero que vuelvas a pedirle algo como eso a Furihata. Comprende que de por sí las relaciones en el trabajo están prohibidas, si es con un Omega, las cosas podrían complicarse más —terminó diciendo con voz tranquila.

El Alfa casi sudaba frío— E-Entiendo, señor. Perdóneme, no volverá a ocurrir —aseguró pasando saliva por la reacción de su jefe.

—Si quieres salir con alguien mejor que sea de tu Universidad, Wakamatsu. Así que bien, una vez zanjado este asunto, vine a decirte que este proyecto lo quiero para el final de la semana, ¿no es mucho problema? Comprendo que tienes otras obligaciones —Akashi se veía casi imperturbable, pero su voz delataba un ligero enojo.

—¡Claro que puedo, señor! Para el final de la semana estará listo.

Dicho esto, su jefe salió de la oficina.

Y Wakamatsu dio un suspiro enorme. Sentía que estuvo a punto de perder la cabeza, como si hubiera hecho algo terrible. ¿Tal vez a Akashi le molestaba que se juntaran personas de diferentes rangos?

Medios Tonos (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora