· Sábado 30 de septiembre de 2006
Taehyung iluminó su comic con una pequeña linterna debido a que la luz que entraba por la ventana no tenía el suficiente alcance para ayudarle a leer el texto. Bostezó con pereza, confirmando la hora en el reloj de pulsera que le había regalado su padre esa última navidad, y suspiró con pesadez porque ya eran las 4 y Jungkook aún no daba señal de vida. ¿Acaso no vendría aquella noche? ¿Él había estado esperando para nada? Hubiera sido más fácil si tuviera alguna forma de comunicarse con él.
Se levantó de mala gana, estirándose tras abandonar su revista, y en cuanto miró por la ventana, sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a su pequeño amigo bajo del poste mientras estaba hecho bolita. Abrió su ventana al instante, preparándose para regañarlo por su tardanza y, aún peor, ¡por no avisarle que había llegado hace quién sabe cuánto! Mas se detuvo al oír su llanto desconsolado. ¿Por qué Jungkook estaba llorando ahora?
―¿Ha sucedido algo malo? ―Preguntó el mayor, sacando su cabeza por la ventana.
Jungkook no respondió. En cambio, debido a que continuó llorando por unos minutos más, Taehyung tuvo que limitarse a observarle hasta que se animara a hablar. ¿Pero qué tan malo podía ser lo que pasaba para que ni siquiera fuera capaz de articular palabra?
―¿Jungkook? ―Insistió después de 3 minutos demasiado eternos para cualquier niño. El aludido apenas levantó su cabeza para mirarle con ojos tristones. ―¿Qué pasó?
―Reprobé mi examen de coreano ―Respondió con voz quebradiza, su labio inferior formando de manera automática un puchero.
―¡Pero si sólo era eso! ―Taehyung le miró como un fenómeno, suspirando más calmado un minuto más tarde mientras buscaba palabras de consuelo. ―Ya sabes, sólo es coreano. Yo reprobé matemáticas y ciencias ―Sonrió para él, intentando contagiarle su alegría. Tristemente, los ojos del menor volvían a llenarse de lágrimas. ―¡Y mis padres inclusive me han castigado! ¿Tu padre te ha castigado?
Jungkook negó suavemente con la cabeza, sus lágrimas deslizándose silenciosamente por sus mejillas. Taehyung no podía comprender la razón de su llanto siendo que había salido completamente ileso de su mal resultado.
―Pues bien, deberías de animarte entonces ―Suspiró. ―Mis padres me han prohibido salir a jugar por dos fines de semana, ¿puedes creerlo? Así que no llores por reprobar coreano, pudo haber sido peor
―No lloro por reprobar coreano, lloro porque papá se ha molestado conmigo
―¿Y tan horrible ha sido?
―Él ha lanzado mi consola al piso y la ha roto ―Sollozó. ―Y era el único obsequio que me quedaba de mamá
Taehyung selló sus labios al no saber cómo responder. ¿Qué clase de padre podía hacer algo tan malo? Cualquier padre normal sólo requisaría la consola hasta que el castigo terminara, ¡pero estropearla era por mucho un exceso! ¿Acaso no habían gastado muchísimo dinero comprándola?
Jungkook volvió a llorar afligido, ocultando su rostro contra sus piernas mientras no dejaba de abrazarlas. Taehyung se sintió aún más desesperado al sentir que no podía hacer nada por él. ¡Incluso él tenía ganas de llorar al escuchar el acto desalmado cometido por el padre de su amigo!
―Hey, Kookie, no llores ―Pidió con voz suave mientras se subía a su ventana. ―Subiré mis calificaciones para que mis padres me compren esa PS2, ¿sí? Entonces te invitaré a mi casa y la compartiré contigo. Es más, ¡será de ambos! ―El menor sólo siguió llorando. ―Además ―Agregó, aclarando su garganta. ―¿No te dijo tu madre que debías de cantar cuando estuvieras triste? ¡No deberías de estar llorando!
Jungkook intentó dejar de llorar, recordando las palabras de su madre, pero el sentimiento que invadió su pequeño corazón fue aún más desolador ante su recuerdo. ¿Qué haría ahora que no tenía nada que le conectara a su madre?
El menor lloró, aún más fuerte; Taehyung sintió miedo de que sus sollozos fueran lo suficientemente altos para despertar a alguien. Saltó desde el marco de la ventana, casi tropezando con sus pantuflas que por poco escaparon de sus pies, y se dirigió rápidamente hasta el niño convertido en un ovillo.
―¿Estrellita, dónde estás? Me pregunto qué serás. En el cielo y en el mar, un diamante de verdad. ¿Estrellita, dónde estás? Me pregunto qué serás. ―Cantó mientras le abrazaba. ―Cuando el sol se ha ido ya, cuando nada brilla más, tú nos muestras tu brillar; brillas, brillas, sin parar
Continuó cantando hasta el final, provocando que el menor dejara de llorar para ponerle atención a su dulce voz, y sonrió para este en cuanto levantó su bonito rostro para observar sus ojitos llorosos.
―Eso es, cuando no puedas cantar, voy a hacerlo por ti ―Prometió, secando las pequeñas lágrimas. ―Así tu madre definitivamente escuchará a alguien en cuanto regrese. ¡Le hablaré de ti si es que tú no eres capaz de hacerlo por ti mismo!
―Hyung...
El corazón de Taehyung se sintió tibio de solo escucharlo. ¿En qué momento él se había convertido en un hyung? ¡Ah, era tan genial poder cuidar de alguien!
―Muy bien, ya no llores ―Apartó hasta el último rastro de llanto. ―No importa si ya no tienes tu consola, mientras tengas a tu madre en tu corazón, será más que suficiente ―Enseñó una linda sonrisa rectangular. ―¿No es así?
―Sí, tú... tienes razón ―Admitió, asintiendo con más ánimos. ―Siempre pienso en mamá, así que ella está aquí ―Puso su mano a la altura de su corazón.
―¡Exacto! ―Las comisuras de los labios de Jungkook se alzaron en una sonrisa, sintiéndose finalmente en paz. ―Y de verdad voy a esforzarme para conseguir esa consola, ¿de acuerdo? ―Prometió.
―De acuerdo
Taehyung sacudió sus cabellos oscuros con cariño, provocando que el menor por fin mostrara una sonrisa dental. El mayor sabía que aquella sonrisa era la más adorable que había visto en su corta vida.
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Niño de la luna [KTH+JJK]
FanfictionJungkook fue la persona especial de Taehyung. Y Taehyung, para Jungkook, fue su verdadero milagro.