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· Domingo 24 de diciembre de 2006.

Jungkook entró silenciosamente a la habitación de su amigo mientras lo veía revolver su armario. Cerró la ventana y quitó sus zapatos, retirando luego su abrigo. Cada día era mucho más frío que el anterior y sentía sus huesos entumecidos.

Taehyung dio la vuelta de repente, escrutándolo con la mirada mientras sostenía algo entre sus manos. Jungkook se encogió en su lugar. No se explicaba por qué el mayor le miraba tan serio.

―¿Hyung? ―Llamó, confundido.

―Póntelo ―Dijo, caminando hasta él para extenderle la prenda que sostenía.

Jungkook tomó la prenda, desdoblándola. Miró curioso entre el suéter de lana y su amigo, aún confundido sobre qué hacer, incluso si aquel niño acababa de decirle que se lo pusiera.

―¿Me lo estás prestando? ―Taehyung sacudió la cabeza en negación.

―Es un regalo ―Corrigió, rascando su cabello. ―Mañana es navidad, así que puedes considerarlo un regalo de navidad. Solía ser mío y ahora me queda pequeño, espero que no te moleste que sea usado... ―Murmuró avergonzado.

Ahora fue Jungkook quien negó fervientemente con la cabeza, poniéndose rápidamente el suéter. No lo había dicho antes, pero suponía que Taehyung ya había notado que toda su ropa era vieja y pequeña para él. Le avergonzaba un poco verse a sí mismo frente al espejo muchas veces, pero desde que su madre había dejado la casa, su padre no le había vuelto a comprar ropa, y él estaba creciendo demasiado ese último año.

―Muchas gracias, hyung ―Su sonrisa dental fue brillante mientras sus ojitos se arrugaban de felicidad.

Taehyung desvió la mirada, sonrojándose. Aunque su primera opción había sido comprar un regalo para Jungkook, finalmente supuso que darle algo de ropa sería lo mejor. El invierno finalmente había llegado y los días serían mucho más fríos, así que no quería arriesgar a su amigo a pescar un resfriado. Se aseguraría de encontrar más ropa pequeña para Jungkook pronto, sólo tendría que encontrar la manera de que su madre no notara que las prendas poco a poco estaban desapareciendo.

―Pero, hyung... ―Dijo Jungkook de repente, un poco tristón. Taehyung giró automáticamente hasta él para ver como tiraba tímidamente de sus mangas, pues la prenda le quedaba un poco larga. ―Yo no traje un regalo para ti

―No necesito un regalo

―No es justo ―Reclamó, un puchero formándose en su labio. ―Me diste un regalo, quiero darte uno también. ¿No hay nada que quieras, hyung?

Jungkook no tenía dinero, pero era bueno en las manualidades. Quizás podría regalarle algo como eso a Taehyung, ¡él se aseguraría de hacerlo con mucho amor!

―Uhm... si insistes... ―Taehyung se lo planteó seriamente antes de tocar sus propios labios, mirando fijamente los de su amigo. ―Déjame besarte

―Siempre lo haces ―Jungkook resopló. ¿Por qué Taehyung no podía pensar en algo más?

―No, es un beso diferente ―Sonrió abochornado, dando tímidamente un paso más cerca de él. ―Hablo de un beso en los labios, Kookie

―¿Los labios? ―Frunció su ceño. ―Quieres... ¿quieres un beso especial? ―Él necesitaba confirmación. Su corazón dio un saltito cuando el mayor asintió sin dudarlo. ―Mamá dijo que los besitos especiales se dan con personas especiales ―Señaló.

―Está bien, puedo ser tu persona especial ―Aseguró, muy convencido de ello. Quería mucho a Jungkook, ¿acaso no era eso suficiente?

―Pero, hyung, ¡los besos en los labios son besos de adultos! ―Dijo casi alterado.

Niño de la luna [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora