Páginas En Blanco.

Capítulo 28.

Los días comenzaron a pasar, y las averiguaciones del caso no llegaban a nada.

Marinette fue dada de alta, la situación con ella no había cambiado, por lo que los doctores habían recomendado medicamentos.

Todo para poder ayudar un poco a la joven.

-¿Quieres comer algo? -pregunto su madre una vez que llegaron a la casa.

-Si por favor. -respondió la azabache con una sonrisa.

Ella en verdad lo estaba intentando, quería salir adelante y no dejar que todo aquello la venciera.

-Voy a estar en mi cuarto. -dijo y su madre asintió.

Al llegar ahí noto su cuarto limpio, posiblemente su madre se había encargado de limpiarlo en su ausencia.

Tomó su celular el cual su madre se había encargado de entregárselo una vez salió del Hospital, al prenderlo noto varias notificaciones, tanto en mensajes, como en sus redes sociales. Muchas de ellas brindándole su apoyo y otras, principalmente las primeras preguntado lo que había ocurrido.

Decido ignorar todo eso y llamó a su mejor amiga para informarle que había salido del Hospital, lo cual quiso ocultar a sus amigos.

-¡¿Marinette?! -fue lo primero que escucho la azabache una vez que Alya contestará el teléfono.

La azabache no pudo evitar sonreír ante el tono de su amiga se oía sorprendida y no era para menos.

Habían pasado varios días sin verse.

-Hola Alya. -saludo Marinette con un tono de disculpa, sabía que su amiga la había pasado mal por lo que la había obligado a pasar. -¿Como estas? -pregunto tratando de sonar normal.

-Nada de como estas chica!! -grito Alya desde la otra línea. -¿Donde estas?! -pregunto rápidamente.

-Estoy en casa. -dijo con calma la azabache. -lo siento por no decirte, es solo que.... Deseaba tiempo a solas... -dijo en un tono más bajo.

-Serás idiota!! -grito Alya, sonaba molesta. -Tuviste varios días para descansar de mi, no creas que te dejaré sola en tu primer día fuera del Hospital. -dijo y del otro lado se oía un gran alboroto. -Mamá voy a salir!!

-No espera no tienes que venir!! -trato de detenerla pero ya era tarde, Alya había colgado. -Bueno creo que tendré visitas.... -dijo sonriendo levemente.

Camino un poco por su habitación, veía sus libros, sus pósters, y sus peluches, todo parecía que no había sucedido nada, pero al verse en un espejo aún podía ver algunos de los moretones que aquel chico le había provocado, lo cual le recordaba que se encontraba manchada, sucia.

Pero no debía pensar mucho en eso, tenía que seguir, no podía hundirse con eso, no debía dejarlo ganar.

No iba a permitir que el ganara incluso muerto.

-¡¡MARINETTE!! -La puerta fue abierta con gran estruendo, lo cual estremeció y sorprendió a la joven azabache quien volteo rápidamente para encontrarse con su mejor amiga en el marco de la puerta conteniendo sus lágrima... -Marinette.... -dijo con una voz quebrada, dejando que sus lágrimas fluyeran libremente. -Gracias a Dios volviste... -dijo mientras corría y la abrazaba.

La chica de ojos azules correspondió el fuerte abrazo de su amiga y lloro a su lado, la había extrañado, y se arrepentía enormemente el haberle prohibido la visita a ella y sus amigos, pero era necesario para que ella misma se estabilizará.

-Lo lamento tanto... -aun si la culpa no se iría. -No debí preocuparte así...

-No.. -negó la joven con anteojos. - El que me llamaras ahora me dice que estas lista para tener compañía. Y que mejor que la mía. -dijo separándose de su amiga y sonriendo aún con lágrimas bajando se sus ojos.