ÚLTIMO CAPITULO: "Nuevas vidas"

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Después de la muerte de Surt la vida en el santuario transcurrió normalmente por 6 meses más hasta que...

— ¡¡MILOO!!

— Intenta guardar la calma, todo...

— ¡¡SÓLO DATE PRISA, MILO!! — Camus jaló con fuerza un mechón del ondulado cabello de Milo.

— ¡¡AAAHH!! CAMUS SUELTAME

Llegaron rápidamente a urgencias donde el acuariano fue ingresado por trabajo de parto.
Los caballeros de bronce y los dorados faltantes acudieron inmediatamente al hospital de la fundación Grad.

Todos esperaban impacientes en la sala de espera.

Sólo se podía escuchar los quejidos de Camus entre todas esas paredes...

Hasta que el llanto de un bebé comenzó.

Todos se levantaron de su asiento y esperaron las noticias.

La puerta de aquella habitación se abrió saliendo de ahí aquel escorpión envuelto en lágrimas con un pequeño bulto entre brazos.

— ¡Milo! — Se acercó Hyoga.

— ¡Es una niña! ¡Una preciosa niña! — Con cuidado, asomó a la niña hacia sus amigos.

Piel blanca y cabello ondulado de tonalidad azul quien sus llantos aún no se aplacaban.

Con sumo cuidado Milo cedió al rubio al nuevo ser.
Shun se acercó tomando el hombro del cisne mientras veía mejor a la bebé.

Ambos se miraban y reían; pues la niña les causaba una felicidad inexplicable.

La niña fue rodada entre los demás compañeros apreciando su inocente belleza.
Pasaron nuevamente hasta donde aún se encontraba Camus agotado.

Milo envuelto en lágrimas abrazó a Camus.

— Milo... Pesas. — Decía el peliazul en un susurro.

— Observa, Camus. — Con cuidado colocó la niña en los brazos del acuariano. — Es hermosa, me has dado la bebé más hermosa de este mundo. Mira, incluso tiene tus ojos.

Camus sonreía mientras acariciaba la mejilla del recién nacido.

— Tienes razón, es bellísima.

— ¿Cómo la llamaran? — Preguntó Saori

Milo y Camus se asintieron. — Venus. — Dijo Milo. — Se llamará Venus. — Enfatizó Camus.


***

El día transcurrió como cualquier otro.
El horario de visitas había terminado y sólo unos cuantos podían quedarse.
Al día siguiente, Camus pudo salir del hospital y regresar al santuario.
Se instaló junto a Milo en su templo para cuidar a la pequeña Venus.

Mientras tanto en la mansión; ciertas personas derramaban miel.

Besaban sus narices.
Se abrazaban.
Jugaban con sus manos.

Los demás jamás habían visto tales acciones y esto hacia enfurecer a Ikki.

No podía creer que su hermanito no estuviera muriendo de vergüenza como siempre se ponía cuando alguien más los veía besarse.

Ó Hyoga; quien no le gustaba mostrar esa clase de cariños públicamente, ahora se encontraba abrazando al omega entre sus piernas en el sofá mientras miraban una película con Shôryû en el regazo de Shun.

Nadie podía explicarlo, pero nadie tenia inconvenientes tampoco.

Seiya e Ikki decidieron acercarse.

Saint Omegaverse: Entre alphas y Betas (Hyoga x Shun)  #afro2018  FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora