Epílogo

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La familia Im junto a la familia Choi se encontraba reunida en la casa de los primeros mencionados a petición del padre de Jaebum.

Podría haber sido una cálida reunión entre ambas familias para celebrar la reciente unión de sus hijos, pero lamentablemente no era algo como eso. El señor Im los había citado para despedirse, después de todo el médico no le dio más de tres días de vida. Además, antes de irse quería agradecerle a YoungJae por hacer feliz a su hijo, y también saludar a su futuro nieto, quién yacía dentro del omega. Así fue, YoungJae luego de haberse unido en cuerpo y alma al alfa había recibido y acogido muy bien su semilla, regalándole la ilusión de ser padre.

YoungJae reía mientras el padre de su alfa hablaba con su bebé. Cada palabra del señor Im significaba un nuevo movimiento dentro del menor.

—Este pequeñín será un buen alfa.

—¿Verdad que sí? — habló YoungJae orgulloso — Está todo el día muy inquieto, a veces no tengo más opción que recostarme porque se lleva toda mi energía. Será un alfa precioso y fuerte, como su padre — el señor Im sonrió.

—De eso no hay duda. Y... Chicos, van a casarse, ¿no? — ambos abrieron los ojos con evidente sorpresa.

—Y-yo creo que aún n... — Jaebum volvió a utilizar sus ojitos de cachorro inconscientemente, lo cual fue un golpe crítico para el omega — Por supuesto que nos casaremos — su mirada cambió de inmediato a una llena de felicidad, su lobo contagiándose con esta también.

Después de ese día fue un poco doloroso para Jaebum despedirse de su padre, pues probablemente esa sería la última vez que lo vería. De todos modos acabó tranquilo y sin mayores inconvenientes.

Jaebum tuvo una emotiva despedida con su padre acompañada de algunas lágrimas y palabras de aliento por parte del Im más grande.

Dos días después el alfa recibió la noticia de que su padre había fallecido. Se hubiera sentido terrible, pero el doctor le aseguró que se fue con una sonrisa llena de paz en el rostro.

—¿Estás bien, Jaebumie? — Jaebum asintió, acurrucándose en el cálido pecho del menor.

—Estoy bien porque te tengo.

Esa noche quien durmió a base de dulces caricias no fue YoungJae, sino el alfa. La calidez y el dulce aroma de su omega lo mantenían feliz, pleno.

Era tan gratificante para Jaebum despertar junto a su omega cada mañana y ver que su pancita seguía creciendo. El mayor también disfrutaba hablar con su pequeño, más aun cuando YoungJae sonreía tan radiante al ver eso.

—¿Quién será un gran alfa? — YoungJae sintió como su pequeño se removía inquieto dentro de él — Aunque da igual, incluso si eres un omega, ya te amo.

—Y estoy seguro de que él también te ama ya, tanto como yo — el alfa sonrió y acercó su rostro al del menor.

—¿Por qué eres tan precioso? — YoungJae se sonrojó.

—Estoy todo rellenito, además soy más ojeras que persona — Jaebum acarició el rostro del omega mientras besaba suavemente sus labios.

—¿Y? Eres el más precioso para mí.

El lobo de YoungJae se sintió tímido de repente, mientras que el de Jaebum estaba desbordante de amor.

Bésalo más, bésalo más, bésalo más.

Y eso hizo. Besó a YoungJae en cada rincón que el muy bien conocía. Besó sus lunares, besó sus manos, sus mejillas, su frente, su cuello, sus labios una infinidad de veces.

Weak [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora