Quien diría que me iba a terminar enamorando de mi salvador. Sam Winchester.
Yo solo era una chica común y corriente que se adentro a un mundo desconocido donde aquel cazador de ojos verdes y hoyuelos está destinado a salvarme.
Estábamos de regreso al búnker, luego del pequeño incombeniente con Dean, la mayoría del viaje fue tranquilo, charlamos un poco, cantamos y hasta paramos para comer, pero cuándo ya faltaban unos pocos kilómetros, empecé a tener contracciones, al principio eran leves, pero con el transcurso del tiempo se hicieron más fuertes, me asusté porque el bebé aún era muy pequeño para nacer. Un grito que no pude retener salió asustando a los hermanos, la primera reacción de Dean fue frenar de golpe y la de Sam fue bajar, para luego subir a la parte trasera conmigo. -¿Qué pasa amor?-preguntó preocupado, mientras pasaba una mano por mi espalda para dejarla en mi estómago y la otra estaba debajo de la mía, por lo que la apreté cuando una nueva contracción llegó. -el bebé-dije como pude -no, no puede ser, apenas tiene cinco meses y medio-dijo un asustado Dean desde el asiento delantero. -pues, quiere nacer ahora-gruñí. -Dean, vayamos a un hospital-pidió Sam asustado. -cla-claro-prendió el auto y seguimos por la carretera, gracias a Dios que por aquí no pasaban muchos autos, porque sino hubieramos tenido un accidente. -Sam, tengo miedo-giré para verlo -todo va a salir bien-intentó tranquilizarme, aunque yo pienso que lo dijo para auto convencerse a sí mismo. -si yo...-respiré hondo-si yo no sobrevivo... quiero que sepas que-sentí unas lágrimas acumuladas en mis ojos-los amo y que me gustaría que se lo recordaras a Thommy. -lo haré-el también tenía los ojos lagrimosos-pero espero que nada te pase, no lo soportaría-besó mi frente.
Tomé al pequeño bebé de la cuna que nos proporcionaba el hospital y lo acomodé en mis brazos, gracias a Dios toda había salido bien,y por alguna razón Thommy nació con el peso normal de un bebé de nueve meses, supongo que el ser hijo del verdadero amor, te da ciertos beneficios. La puerta se abrió dejando ver a Sam y a Dean con comida y un bolso que supuse era el que tenía mi ropa y la del bebé. -¿Cómo esta la mamá mas hermosa de Kansas?-preguntó Dean con una sonrisa dejando la bolsa con alimentos sobre la mesa de luz a mi derecha -¿Y ese alago a que viene, Dean-o?-levanté una ceja divertida -¿Qué no puedo alagar a mi cuñada? -bueno sí, pero es raro viniendo de ti-dijo Sam por mi, a lo que yo asentí de acuerdo, mientras dejaba al pequeño entre mis piernas sobre la sábana que me cubría.-¿Cómo te sientes?-me miró dejando el bolso a mis pies con cuidado de no tocar a Thommy, el cual movió sus manitos por sobre su cabeza, intentando mirar a su padre. -¡Muy bien!-suspiré-me alegra saber que podré disfrutar de mi hijo. -y de nosotros-Dean sonrió coqueto -exacto, y de ustedes-mordí mi labio inferior, mientras los observaba-¿Qué haría sin mi alce y sin mi ardilla? -tenemos que hablar de los apodos con Crowley-dijo Sam muy seriamente. -¿Vas a negarme que no eres como un alce?-pregunté divertida -si es así, entonces Thommy es un alce bebé-siguió el juego -¡Sip!-tomé al pequeño y besé su pequeña mejilla para luego pasarselo a Sam, pero Dean se adelantó y lo recibió acomodandolo en su pecho. -¡Dean!-se quejó mi novio. -¿Qué?-fingió demencia,mientras miraba con adoración al pequeño bultito verde en sus brazos-es mi ahijado, tengo el derecho-rió divertido. -si, pero yo soy su padre, tengo mucho más que derechos-estiró sus manos para que se lo de-Dean... -¡Bien!-se lo dió. -ustedes dos tengan cuidado, que lo que se están dando no es un muñeco, es mi hijo-bromeé. -admitelo, es un muñeco como su tío-dijo Dean presumido.
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-si es un muñeco-concordé-pero como su padre-le saqué la lengua, para luego reír-es broma, es un muñeco como ambos. -no nos vamos a llevar todo el crédito-dijo Sam admirando al bebé que a su vez lo miraba con una mueca, que aparentaba ser una sonrisa y que el alto le devolvió.-su madre también le heredo su belleza-esta vez conectamos miradas. -vas a matarme-dije tapandome la cara ya que me había sonrojado. -esperemos que no-rió. La puerta siendo tocada, nos alertó a todos, Dean sacó su pistola y estiró la mano libre para sujetar el picaporte, nos echó una ultima mirada y abrió la puerta dejando ver a Cas, el mayor guardó el arma y lo dejó pasar, cerrando tras el ángel. -¡Cas!-dije Feliz recibiendo un abrazo de parte del alado que correspondí. -¿Cómo estás?-preguntó con una pequeña sonrisa-me alegra que hayas sobrevivido. -muy bien y la verdad a mi igual me alegra-sonreí observando a mi novio y a mi hijo. -¿Lo quieres tener, Cas?-preguntó el alto -ah yo... claro-con cuidado Sam le pasó a Thommy, si Cas de por si era tierno, imaginenlo con un bebé, simplemente adorable. -no lo puedo creer, ¡Se ven tan tiernos! -exclamé. La manito del bebé se posó en la mejilla del Ángel, en ese momento los ojos de nuestro amigo se pusieron turquesa, mientras miraba un punto fijo en ningun lugar en específico, luego de unos minutos volvió a la normalidad, nos miró confundido, luego bajó la vista a Thommy. -¿Cas que pasó?-preguntó Sam acercándose. -el... el me lo mostró-murmuró mirando a los hermanos sorprendido, Dean tomó al pequeño y me lo pasó, mientras hacían que el ojiazul se sentará. -¿Qué?-quise saber -el futuro-sonrió-era magnífico, como si todo lo ocurrido nunca hubiese pasado. -¿Creen que eso sea posible?-acaricié la mejilla sonrojada de Thommy. -no lo descartaría-opinó Sam-pero tampoco me haría ilusiones, todos sabemos que cuando algo termina, siempre surge otro conflicto, es un círculo vicioso.-tomó asiento a mi lado. -pero ¿Y que tal si tenemos esa vida normal que tanto soñamos?-pregunté esperanzada. -eso sería grandioso y es lo que quiero mas que otra cosa,pero-suspiró-yo no... -me haría ilusiones-terminé por él, no, pude evitar entristecer un poco-lo entiendo.
Dos días después nos encontrabamos preparando todo para regresar al búnker, pues ya nos habían dado el alta. -¿Seguro que puedes?-preguntó Sam intentando hacer que le diera el bolso, pero la verdad no pesaba y no me molestaba. -por supuesto que si-dije bajando las pequeñas escaleras con cuidado ya que también cargaba a Thommy. Cuándo llegamos al Impala, Dean tomó mi bolso y lo guardó en la cajuela mientras Sam me abría la puerta trasera del auto, le sonreí y lo besé antes de entrar. Supuestamente estábamos yendo al búnker, pero me parecía raro que Dean halla tomado por otro lado, pero decidí no preguntar. Al cabo de un tiempo el auto se estacionó frente a una hermosa casa de dos pisos, de ladrillo y de aspecto acogedor, pues no era ni muy pequeña ni muy grande. -¿Qué significa esto?-pregunté sorprendida Sam bajó y abrió mi puerta invitandome a bajar, estiró una mano y la sujete para impulsarme hacia afuera con sumo cuidado, sin soltarme me llevó hasta quedar frente a la pequeña cerca que nos separaba de la casa. -significa que al fin podremos vivir como una familia normal-explicó el alto. -¿Es nuestra? -si, toda nuestra-giró a verme-¿Te gusta? -¡Me encanta!-sonreí y tomé con una de mis manos el rostro de Sam y lo besé. -a esta familia le falta algo-opinó Dean, sacando un whisky escocés y dándole un trago-el tío borracho-rió para luego atravesar la cerca y encaminarse hasta la entrada de la casa. -Dios, ¡Espero que no!-exclamó Sam preocupado. -yo creo que deberiamos dejarlo...ya sabes ahora estará sólo en el búnker y un poco de compañía tampoco nos hará daño. -puede que tengas razón-miró a su hermano. -vamos Sammy, ya quiero entrar-se quejó mi cuñado. Nos acercamos y Sam sacó una llave que introdujo en la cerradura permitiendonos entrar luego de dos vueltas.El lugar era fantástico, ya estaba amueblado, las paredes tenían un lindo color lila, y los muebles por lo general eran blancos, lo que creo que será un problema cuando Thommy crezca, pero por ahora no me preocuparé. -¿Te gusta?-preguntó el hermano menor. -¡Me fascina!-dije feliz. -genial, un sillón-Dean se tiró quedando acostado con la botella aún es sus manos, nos miró sonriente mientras se acomodaba-es cómodo -gracias-dije mirando a los Winchester-y no sólo lo digo por la casa, me refiero también a que me hayan salvado-miré a Sam-y cuidado-esta vez mi atención fue hacia Dean-se han arriesgado por mi y yo de verdad se lo agradezco. -¡De nada!-respondieron a unísono. -gracias por estar cuando los necesite-sonreí, mi cuñado se levantó dejando el Whisky aún lado y se acercó encerrandonos con cuidado a los tres en un abrazo, que obviamente correspondí.
