Como un sueño

266 21 4
                                    

Después de recibir un mensaje de Ryuuichirou su entrecejo se frunció y una expresión de hastío apareció en su rostro, cada día parecía ser más cansado, ese pequeño azabache le había enviado un mensaje diciéndole que se quedaría en casa todo el día, cosa que le irritó sobremanera, había mucho trabajo por hacer y él simplemente se quedaría holgazaneando en casa, Asahina Kaoru estaba más que molesto pero decidió hacer su trabajo lo más pronto posible para poder ir y recriminarle por sus inconscientes acciones.
.
.
.
.
.
Regresó a su departamento, el que ya hacia tiempo compartía con el azabache, entró y se descalzó los pies, pero escuchó ruidos provenientes de la habitación, al acercarse pudo observar como Ryuuichirou interactuaba con dos niños pequeños, por lo que supuso que ellos eran la razón de la ausencia del azabache en la editorial así que no dijo nada, Ryuuichirou al notar su presencia se acercó a él sabiendo que muy probablemente seguía molesto por haberle dejado toda la carga de trabajo por ese día.

—Asahina  Okaeri...

—que...

—¡ah! Te dejé la cena sobre la mesa del comedor, aún debe seguir caliente, nosotros ya cenamos, así que por eso no te preocupes y date prisa antes de que se enfríe.

—...entiendo...

Asahina se acercó al comedor y lo que vió le sorprendió, era una deliciosa cena y sí, aún seguía caliente, tomó asiento y se dispuso a cenar, observando los movimientos de los pequeños y de Ryuuichirou, que parecía tener todo bajo control, en un momento el azabache salió de la habitación y comenzó a hurgar en las maletas que había cerca del sofá, probablemente buscando ropa cómoda para los niños, pues ya era muy tarde y debían dormir,

—Asahina... Dejé un juego de cobijas en el sofá, lo siento pero hoy tendrás que dormir ahí.

Al girar la vista  comprobó  que efectivamente habían cobijas  y  una almohada  y  considerando el tamaño del sofá supuso que sería una noche incómoda, nunca le  habían mandado a dormir al sofá, ni siquiera  cuando discutían, así que el verse en esa situación resulto un poco...  Extraño. —...bien.

—es por los niños ¿sabes? No hay otra razón para ello, ¿entiendes? No deberías poner esa cara de insatisfacción... En serio es por ellos así que no quiero que lo malinterpretes ¿de acuerdo?

—no, está bien... No hay problema por ello.

Haruki salió de la habitación algo apenado y se acercó a Ryuuichirou

—ojisan...

—¿qué ocurre Haruki?

—es que... Mi hermana solo se duerme si toma su leche y yo... Quería saber si le regala un poco, ¡por favor!

—claro, ven, vamos a prepararla a la cocina

—¡hai! En la maleta está su vaso!— respondió feliz y sacó un vaso de una maleta, ambos entraron a la cocina—

—¿leche simple está bien?

—su favorito es con chocolate, papá casi no le da con chocolate...

—oh bueno, si tú no le dices nada yo tampoco— después de buscar en la alacena sacó un bote con chocolate y vertió un poco en la leche, una vez preparada se fueron a la habitación y le dieron la leche a Lynn, ella la terminó toda y casi al instante se quedo dormida, Ryuuichirou arropó a ambos niños antes de salir de la habitación.

Todo parecía bajo control, Asahina terminó de cenar y se levantó para ir a lavar sus trastos encontrando la cocina limpia y ordenada, lo cual le sorprendió de nuevo, realmente pensaba que encontraría un desastre en ella.

Ryuuichirou salió a la sala con otro juego de cobijas para dormir en el sillón extra, se acomodó lo mejor que pudo y después de dar las buenas noches a Asahina se durmió.

Asahina estaba que no se creía aquello, sin duda Ryuuichirou estaba haciendo un buen trabajo al cuidar de esos niños, y esa idea lo tuvo despierto por mucho tiempo, cuando su reloj marcó las tres de la mañana  se escuchó un llanto proveniente de la habitación, sin duda era la pequeña que se había despertado llorando, estaba por levantarse cuando alcanzó a ver a Ryuuichirou ya a medio camino dirigiéndose a la habitación a toda prisa, ni siquiera había notado el momento exacto en que se levantó, y no había pasado tanto tiempo desde que la pequeña comenzó a llorar, apenas habían sido unos sollozos, que todavía tardarían en hacerse más audibles, aún así, el azabache reaccionó al instante. Llegó a su lado y la consoló, poco después la niña se quedó dormida de nuevo, es lo último que pudo ver antes de caer él también en un profundo sueño.

Sintió como le movían de una forma suave para despertarlo, se sentía cansado sintiendo el no haber dormido lo suficiente, abrió los ojos con dificultad y miró a Ryuuichirou despertándole, normalmente era él quien le despertaba después de quedarse dormido en la bañera, así que estar en los zapatos del otro le tomo desprevenido.

—Asahina... Ya son las ocho, si no te alistas pronto se te hará muy tarde

—q-qué... ¿Ya es tan tarde?

—si... Bueno, puedes llegar un poco tarde, en realidad no hay problema...
Deberías tomar una ducha y desayunar.

—se me hará más tarde si tengo que ponerme a cocinar, debo darme prisa.

—el desayuno ya está listo, solo ve a tomar una ducha...

¿Qué había pasado? Ryuuichirou... ¿Hizo el desayuno? Pero... Si eran las ocho... ¿No debería estar dormido en la bañera ahora mismo? Se metió al baño y tomó una ducha rápida, se vistió y se arreglo, para cuando salió del baño el desayuno lo esperaba en la mesa, se sorprendió de verse en aquella situación... Bueno, no debía sorprenderse tanto, en realidad, Ryuuichirou-sama siempre había sido autosuficiente, le vió manejarse estupendamente en la cocina mientras preparaba los desayunos de los niños que no tardarían en despertar, le vió tranquilo e impasible al cocinar, limpiando y ordenando todo, aquel día el azabache se había levantado más temprano, mucho más temprano que lo acostumbrado, el azabache ya se había duchado antes, se había arreglado y había preparado el desayuno de todos incluido el suyo, era... Extraño... Como un sueño.

Él lo conocía desde niños, conocía lo caprichoso que era, lo rebelde que podía llegar a ser, lo desordenado que era, pero... Sabía que era una fachada, sabía que lo usaba a él para hacer incluso las tareas más simples sólo por el gusto de ver complacidos sus deseos, sólo por estar con él y claro, él no podía negarle nada, pero aún así... El verle de aquella forma tan autosuficiente le hizo sentir que ya no le necesitaba... Absolutamente para nada... En realidad... Nunca le necesitó, era él, Asahina Kaoru el único de los dos que no podría vivir sin el otro, pues él solo vivía para el azabache.

Hasta ese entonces jamás le negó nada, nunca lo había hecho, salvo que lo que ahora quería el menor era... Muy difícil, le pedía un hijo...  Y estaba casi seguro de que aquello que vió la noche anterior y ahora mismo era solamente para demostrarle que podía ser un buen padre pero, eso era algo que ya sabía, Ryuuichirou sería un buen padre pero él...  no quería un hijo, no quería compartir al chico con nadie, pero a pesar de ello, su corazón se estrujó cuando miró la calidez en la mirada del menor al hacer aquellas cosas por unos niños que no eran suyos, esa sonrisa que jamás había visto antes, que no era burlona, no era sarcástica, no era por compromiso, esa sonrisa... Provenía de lo más profundo de su ser, y volvió a sentirse mal cuando recordó la expresión en el rostro del otro cuando le negó aquellos hijos, recordaba sus ojos llorosos, esos ojos que de pronto perdieron brillo, el temblor de sus manos y de sus piernas anunciando que podía desmoronarse en cualquier momento, su respiración entrecortada, su voz atorada en la garganta y en como salió huyendo, sintiendo que aquel día le perdía.

Él no quería hijos por miedo a perderlo, porque quería monopolizarlo, pero quería complacerlo... ¿Cómo complacerlo?

Que Fue Lo Que Pasó!!??Donde viven las historias. Descúbrelo ahora